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Un estudiante de 15 años ha abierto fuego hace unas horas en la escuela secundaria en la que estudiaba, en una zona rural del estado de Michigan, en el norte de Estados Unidos. Ha matado a tres personas antes de ser detenido y ha matado a otras ocho. Su padre había comprado el arma en el pasado Black Friday. La Policía lo está interrogando aunque, en las primeras horas, se ha negado a hablar. Informa Fran Sevilla.

Unas 400.000 personas en España sufren Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). La pandemia ha empeorado la situación de muchos chicos y chicas que llevan el culto al cuerpo a un extremo que destruye su mente y su físico. “La pandemia hizo una tormenta perfecta” dice Andrea Barrios, doctora en psicología y especialista en TCA. Begoña tiene 23 años y lleva diagnosticada desde los 16. Ha necesitado mucha ayuda. De profesionales y de sus padres de lo que dice: “Me han salvado la vida muchas veces”. Su madre, confiesa lo mal que lo ha pasado y aconseja a quienes pasen por algo así: “Que se armen de paciencia”. Es un reportaje de Alba Rubio

Laura pensó en quitarse la vida cuando los compañeros de su clase la marginaron por su cuerpo. Es parte de ese 20% de chicas en la Región de Murcia que intenta vomitar para no engordar. En su instituto se dieron cuenta y recogieron datos sobre los trastornos alimenticios del alumnado. Daniel Jiménez nos cuenta este caso concreto, que a nivel nacional se ha duplicado desde la pandemia y ya es la principal causa de de mortalidad por enfermedad mental en la adolescencia, según la Sociedad Española de Médicos. 

Distinguir un trastorno alimentario, dicen quienes lo han tenido en casa, no es fácil. Tampoco aprender a convivir con ello ni encontrar un tratamiento. Óscar Santiago es padre de una chica que lo sufrió entre los 19 y los 26 años. Ahora ella “tiene un tono mucho más vital”. Óscar reconoce la dificultad para identificar el punto en el que empieza algo así: “Finalmente fue gracias a un llamada de sus amigas. Entonces todo estalla. Todo es confuso para ella y para los que estamos con ella”. Lo fundamental, dice, es encontrar un buen tratamiento y administrar grandes dosis de amor y calma: “Esa es la vía, pero cuando te juegas el estado físico de tu hija es difícil tener esa calma”. Está de acuerdo con él Beatriz Martínez, psiquiatra del hospital Niño Jesús de Madrid que reconoce que la pandemia ha sido una etapa muy mala para las víctimas de estos trastornos: “Ha habido más aislamiento y desde que uno se da cuenta hasta que encuentra el sitio, pasan meses. Con la pandemia, aun ha sido más tiempo”. Como Óscar, la doctora Martínez dice que una de las claves es encontrar mucha paciencia para tratarlo y ayudar a quien lo sufre.

Cada vez hay más mujeres feministas que desde las redes sociales, el arte o cualquier plataforma se dirigen a las más jóvenes con mensajes que hablan de tolerancia cero con la violencia machista. Raquel Riba Rossy es ilustradora y creadora del personaje 'Lola Vendetta', que encarna la crítica social a la invisibilidad de las mujeres con cientos de miles de seguidores en redes sociales y librerías.

Alba, Zoe, Luisa, Clara. Tienen 20 años. Algunas ya han sufrido violencia de sus parejas, a través del móvil. Todas han experimentado el miedo de llegar a casa solas, de escuchar comentarios machistas. Zoe cuenta que empezó a ser consciente de la violencia que sufrían de forma casi casual: “Empecé a seguir cuentas de divulgación que publicaban indicadores sobre violencia y dije: esto me suena”. Todas ellas coinciden en que la clave está en la educación y en la implicación de los hombres: “Que señalen a su amigo, a su compañero. Es lo más incómodo, pero lo más útil”. Y llegan a una misma conclusión: “No dejarlo pasar. Cuando ves algo, actuar”. Informa Alba Rubio.

La violencia de génerp no es solo cuestión de parejas adultas. La campaña de save de Children "No es amor, sólo es abuso" intenta concienciar sobre la violencia de género en edades tempranas. Una de cada cinco adolescentes reconoce haber sufrido violencia emocional o de control en la pareja.

El suicidio se ha convertido en la principal causa de muerte entre los jóvenes españoles. En 2020, 3.941 personas se quitaron la vida en nuestro país, de ellas 300 eran niños y jóvenes. Esta semana el programa "Crónicas" centra su documental en el suicidio en los más jóvenes. Algunos nos cuentan qué les llevó a intentarlo y cómo pudieron superar esa crisis vital. Otros no pudieron seguir adelante, 70 tenían menos de 19 años. Sobre ellos hablan sus “supervivientes”. Son sus familias, que desde el dolor y la culpa, intentan que esa pérdida no se olvide.

Estamos en alerta del suicidio juvenil porque la pandemia ha agudizado aún más el sufrimiento entre los más jóvenes y no hay recursos públicos para atenderlos. Los especialistas advierten que los teléfonos de atención y prevención del suicidio, los centros de atención infanto-juvenil, los ingresos, todo está desbordado por la demanda de ayuda psicológica. Además denuncian que un abandono que puede ser fatal. El grito unánime es que la salud mental, y la prevención del suicidio, sean una prioridad política y sanitaria.

Los datos sobre violencia de género en edades tempranas son preocupantes. El programa de TVE 'Objetivo Igualdad' los recoge: El 25 % de las chicas de 16 y 17 años reconoce haber sufrido violencia psicológica o de control en pareja.

Unicef presenta hoy el informe ‘Impacto de la tecnología en la adolescencia’ donde analizan los riesgos de las redes sociales y las consecuencias que tienen en este sector de la sociedad. Nacho Guadix, responsable de Educación de UNICEF, ha destacado en conversación con RNE que es muy importante que ellos sean conscientes de los riesgos que pueden suponer estas prácticas: “Ellos no tienen los suficientes conocimientos y eso puede suponer unos daños de difícil reparación”. Apartar las tecnologías no es una opción, dice Guadix, y menos tras la pandemia, cuando todo se ha digitalizado, así es que lo mejor es la implicación: “Esto ha llegado para quedarse. En las familias en las que los padres están involucrados, los datos de riesgo son menores”. Por eso, asegura, lo importante es construir unos hábitos digitales seguros, fijar un tiempo de uso de las TIC, respetar los momentos de descanso y dar ejemplo.