Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

La llegada de un hijo con síndrome Down trastoca muchos proyectos familiares. De entrada, el miedo a lo desconocido inunda las emociones, pese a lo cual muchas parejas deciden seguir adelante priorizando la vida sobre cualquier otro aspecto. Eso no significa que no necesiten respaldo de sus entornos más próximos y también de las instituciones.

Celebraciones no han faltado esta semana, ni van a faltar en los próximos meses para conmemorar el trigésimo aniversario del Cervantes.

La apertura de actos la hizo oficilamente la Princesa de Asturias el 24 de marzo. En su primer acto en solitario, la heredera del trono depositó un legado en la Caja de las Letras, conoció los planes de digitalización del Instituto y recorrió una muestra de libros en lenguas cooficiales. Incluso, tomó la palabra para elogiar la biblioteca electrónica y preguntar a la secretaria general, Carmen Noguero, por los trabajadores que no han podido volver a España por la pandemia. Como agradecimiento, Doña Leonor recibió además un triple regalo literario: Joana, de Joan Margarit (en edición bilingüe castellano-catalán); Antología poética, del poeta y director del Cervantes, Luis García Montero (en una edición traducida al catalán con prólogo del propio Margarit) y Quisiera tener todas las voces, un libro de poesías en las distintas lenguas deEspaña que editó el Cervantes bajo la dirección de Víctor García de la Concha.

Por esta ventana se colarán los sonidos del acto inaugural, pero se colarán también las felicitaciones y enhorabuenas con las que el Cervantes estrenaba la semana, en un acto transmitido en línea para los trabajadores de sus casi 90 centros y aulas en todo el mundo. Mensajes de destacadas personalidades como la vicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo, el director de la Real Academia Española Santiago Muñoz Machado, el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, Vicente Molina Foix, Irene Vallejo, Miguel Ríos o Carmelo Gómez, entre otros. Además de dos invitados especiales, Manuel Gutiérrez Aragón yRosa Torres-Pardo, que depositaron sendos legados en la antigua cámara acorazada.

Según un reciente informe, 1 de cada 2 personas discrimina a otras en función de su edad. Un edadismo acentuado con la pandemia y que es necesario erradicar. Hablamos de ello con el sociólogo Iker Soria, miembro del Colegio Profesional de Ciencias Políticas, Sociología y Relaciones Internacionales.

Hace unos meses dio la vuelta al mundo la historia de Alexei, un estudiante siberiano que tenía que subirse a un arbol para conseguir conexión a internet y poder seguir estudiando desde casa en plena pandemia. A Alexei Dudoladov le conoce ya toda Rusia como el estudiante del abedul. Cuando su Universidad cerró por el coronavirus, trepó cada día al árbol para seguir a distancia las clases. Solo en su copa, a 8 metros de altura y soportando gélidas temperaturas, conseguía señal de internet. Sus vídeos, mostrando el esfuerzo y el riesgo que corría para poder estudiar se hicieron virales y desataron una ola de solidaridad. Hasta el punto de que el gobernador de la región recibió al joven, de 21 años, y le prometió llevar internet a su aldea siberiana. Ahora al fin han instalado esta torre, que abre las puertas del mundo virtual tanto a él como a otros 200 habitantes de esta zona remota. "Ha triunfado la justicia. Si uno lucha por sus derechos, todo es posible. Lo importante es creer", afirma Alexei decepcionado, en cambio, de que las autoridades no le reconozcan ningún mérito. Y digan ahora que instalar aquí la torre ya estaba previsto. Según datos oficiales, cerca del 25% de los hogares rusos no tienen todavía acceso a Internet. El gobierno tiene un plan para reducir la brecha digital y que la conexión llegue a todas las aldeas de Rusia en 2030. Alexei cree que de no ser por el escándalo y el apoyo recibido desde muchos rincones del mundo, todavía seguiría estudiando en el abedul a 8 metros de altura.

Cuentan con un cromosoma más: son niñas y niños que tienen síndrome de Down. La atención temprana, el acompañamiento familiar y la inclusión escolar posibilitan un grado de autonomía que hace no muchos años parecía impensable. Porque están llamados a llevar una vida absolutamente digna y plena.

La Cámara de Representantes de los Estados Unidos ha aprobado una ley para regularizar a unos dos millones de dreamers, los inmigrantes que llegaron cuando eran menores de edad, así como otra ley para los trabajadores del campo. Los demócratas empiezan así una dura batalla para reformar la inmigración frente a un Senado donde los republicanos pueden bloquear estas leyes.

Andrés vive por debajo de lo que es considerado legalmente en Madrid una vivienda mínima. Su inmueble –alquilado- tiene bastante menos de 38 metros cuadrados. Dispone de 15 metros. Eso sí, cumple con las recomendaciones internacionales: destinar un 30% de su sueldo a la vivienda. Los precios del mercado del alquiler y la situación precaria de los jóvenes (el 39% de ellos están desempleados) hacen que muchos de ellos tengan que conformarse solo con un techo y unas paredes. Lejos de la opinión de lo que debe ser una vivienda digna para la Organización de Naciones Unidas. En 'La Hora de La 1' analizamos la situación. 

En ‘La Hora de La 1’ hemos querido analizar la situación de los jóvenes -y su representatividad- con el politólogo Pablo Simón. Asegura el experto que “no hay proceso de conversión” en su vida laboral y que pueden tardar hasta 94 meses en conseguir su primer contrato indefinido -si es que lo consiguen-, por lo que la emancipación cada vez les queda más lejos. Sobre su voto, cree el experto, que son los grandes olvidados de los partidos que “tienen que tocar sus teclas” si quieren captarlos.

Los datos son claros. Según la EPA del cuarto trimestre, en la que ya se ve el efecto de la pandemia, los ocupados a tiempo parcial en esa franja de edad representan 10 puntos, pero, la tasa de temporalidad es 30 puntos superior que entre los mayores de 30 años. Una situación aún peor en las mujeres: “Según el INJUVE no hay igualdad de oportunidades. Ellas pierden más empleo porque tienen mayor precariedad: peores contratos y peores horarios”, añade. También lo tienen más difícil los que trabajan -o trabajaban- en una ocupación manual ya que “si tú eras un asesor fiscal o un funcionario has podido tele trabajar, pero, si eres camarero, no puedes poner un café por internet”.

¿Y esto qué provoca? En opinión de Simón que “los jóvenes más vulnerables, los mismos que en la crisis anterior sufrieron la burbuja inmobiliaria y después se han reorientado hacia el turismo o la hostelería, sean los que están sufriendo de nuevo”. Una doble crisis, dice, en la que se encuentran “con un mercado laboral cerrado para ellos”. Situaciones además que influyen en otro dato: la edad media de emancipación en España es de 29 años y ya se ve una “caída de 16 puntos en su deseo de irse de casa”.

En cuanto a su hueco en la política, explica el politólogo que: “De sus temas no se habla pues los mayores votan más, son más fieles y más numerosos. Los jóvenes son menos y son más evanescentes: a veces salen a votar y a veces no, hay que saber pulsar su tecla. Esto hace que los partidos prefieran mirar a segmentos más seguros”. En opinión de Simón es fácil captarlos ya que tampoco están pidiendo “nada loco”: “Solo hay que saber hablar su lenguaje, proponer políticas públicas para ellos que acaben favoreciendo su emancipación”. Unas cuestiones, añade, que no solo les afecta a ellos, sino también a los adultos y mayores: “Si el empleo es de mala calidad, llenamos con más dificultad la bolsa de las pensiones, se cotiza menos, el Sistema está en riesgo...es una pescadilla que se muerde la cola”, ha concluido. Un efecto mariposa que hace quesi los jóvenes están precarizados, los mayores tengan un futuro peor.

Insomnio, estrés o apatía. Son tan sólo algunas de las muchas consecuencias que deja la pandemia en los adolescentes. Además de un aumento significativo de los trastornos alimenticios y un incremento considerable del uso de las tecnologías. Todo ello acentuado en las familias donde los ingresos económicos se han visto mermados significativamente, incrementando el riesgo de pobreza infantil y las tensiones domésticas.