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En el Día Internacional del Cáncer Infantil, los oncólogos recuerdan que en España cada año 1.100 menores de 14 años son diagnosticados con cáncer y se registran otros 400 casos entre adolescentes con edades comprendidas entre los 14 y los 19 años. "El cáncer infantil es la primera causa de muerte en niños en España, pero actualmente estamos en un escenario de curación por encima del 80%", ha asegurado el doctor Antonio Pérez, del Hospital La Paz de Madrid.

"La inversión que se hace en investigación para cáncer infantil es muy pequeña, y sin embargo los resultados que estamos obteniendo son impresionantes". ha proseguido, para reclamar un mayor presupuesto en los ensayos clínicos dirigidos a pacientes oncológicos pediátricos.

Aproximadamente ocho de cada diez niños enfermos de cáncer consiguen superar el cáncer, un porcentaje muy superior al de adultos con esta enfermedad, cuya supervivencia ronda el 50% o 55%. Sin embargo, los expertos recuerdan el impacto que esta patología va a tener en forma de secuelas en los menores, que acarreará el 70% de ellos.

Catedrática de Farmacología, directora del Departamento de Fisiología y Farmacología de la Universidad de Cantabria e investigadora, María Amor Hurlé describe un triste panorama actual de la investigación en España, pero lo que es peor, se confiesa pesimista respecto al futuro. Considera que la precaria situación de la investigación no mejorará, por intereses partidistas.
“Soy francamente pesimista, porque creo que la investigación no da frutos en el corto plazo, y los gobiernos solo piensan en general en el corto plazo. Entonces, realizar una inversión importante, que probablemente genere réditos a los siguientes, que probablemente no sean los de mi partido, no tengo claro que exista esa generosidad. El hecho de que la investigación básica no genere productividad a coro plazo, la convierte en muy poco deseable. Muchas veces pienso que si muchos de los investigadores básicos que trabajamos en este país cerráramos el laboratorio, no se podría nadie muy nervioso”, lamenta la doctora Hurlé.
Valora con un evidente tono de amargura cómo la importante inversión que se realiza en formar a científicos, paradójicamente, acaba beneficiando a otros países. “La precariedad laboral en la investigación es un gravísimo problema. Personas que hemos formado, enormemente cualificadas, les hemos proporcionado estudios universitarios, luego estudios doctorales, hemos subvencionado estancias postdoctorales fuera de España con un montón de dinero, y esas personas al final acaban en laboratorios extranjeros. Esos laboratorios se benefician de toda la inversión que hemos realizado. Y los que retornan a España, se ven sometidos a una precariedad que no es admisible”.

Catedrática de Farmacología, directora del Departamento de Fisiología y Farmacología de la Universidad de Cantabria e investigadora, María Amor Hurlé describe un triste panorama actual de la investigación en España, pero lo que es peor, se confiesa pesimista respecto al futuro. Considera que la precaria situación de la investigación no mejorará, por intereses partidistas.
“Soy francamente pesimista, porque creo que la investigación no da frutos en el corto plazo, y los gobiernos solo piensan en general en el corto plazo. Entonces, realizar una inversión importante, que probablemente genere réditos a los siguientes, que probablemente no sean los de mi partido, no tengo claro que exista esa generosidad. El hecho de que la investigación básica no genere productividad a coro plazo, la convierte en muy poco deseable. Muchas veces pienso que si muchos de los investigadores básicos que trabajamos en este país cerráramos el laboratorio, no se podría nadie muy nervioso”, lamenta la doctora Hurlé.
Valora con un evidente tono de amargura cómo la importante inversión que se realiza en formar a científicos, paradójicamente, acaba beneficiando a otros países. “La precariedad laboral en la investigación es un gravísimo problema. Personas que hemos formado, enormemente cualificadas, les hemos proporcionado estudios universitarios, luego estudios doctorales, hemos subvencionado estancias postdoctorales fuera de España con un montón de dinero, y esas personas al final acaban en laboratorios extranjeros. Esos laboratorios se benefician de toda la inversión que hemos realizado. Y los que retornan a España, se ven sometidos a una precariedad que no es admisible”.

Secuenciar el coronavirus, descifrar toda la información de la COVID-19, es en lo que están en estos días centros de investigación de todo el mundo, especialmente desde la detección de la variante británica del coronavirus que nos ha dado una información: que se contagia más rápidamente. ¿Cómo se lleva a cabo, y cómo es de relevante secuenciar este coronavirus? En el informativo 20 Horas Fin de Semana20 Horas Fin de Semana hablamos con Ana de la Cruz, responsable en España de ILLUMINA, una compañía norteamericana que desarrolla la tecnología para secuenciar el genoma del virus. Este proceso se está usando en numerosos laboratorios para maximizar los esfuerzos contra el virus. Esto es importante, no solo para las vacunas, sino también para mejorar las pruebas PCR, ha afirmado.

La evolución del virus es un proceso natural, ha señalado la experta, y ya se conocían variaciones en diciembre. La secuenciación para detectar variantes más predominantes y virulentas y dónde se producen esas mutaciones para ayudar a mejorar las políticas de salud pública. En en caso concreto de España, por su alta positividad, se podría dar una variable relevante de la COVID-19.

Un ensayo clínico realizado en Reino Unido ha certificado que el tocilizumab, un fármaco antiinflamatorio,  es capaz de reducir el riesgo de muerte en los casos más graves de COVID-19. Este medicamento se convierte así en el segundo que ha demostrado hasta ahora eficacia para reducir la mortalidad de enfermos de coronavirus, junto con la dexametasona.

Los resultados de este estudio -denominado Recovery, que está probando en Reino Unido varios medicamentos ya existentes para otras patologías- concluyen que "de cada 25 pacientes graves tratados con tocilizumab, se salvaría una vida adicional". Esto es, por sí mismo es capaz de evitar un 4% de las muertes. Una eficacia que puede parecer discreta, pero que se dispara cuando el tocilizumab se combina con la dexametasona.

Los datos sugieren que en los pacientes de COVID-19 con hipoxia -aquellos que requieren oxígeno- e inflamación significativa, el tratamiento con la combinación de dexametasona y tocilizumab reduce la mortalidad en aproximadamente un tercio en los pacientes que requieren oxígeno simple, y casi la mitad en los que requieren tratamiento invasivo -ventilación mecánica-.  La dexametasona ha demostrado que por sí sola es capaz de reducir en un 33% las muertes en estos casos más graves.

Las mujeres representan un tercio de los investigadores en todo el mundo y en las academias científicas apenas son un 12 %. La salud es el ámbito científico en el que encontramos más mujeres, pero todavía son pocas las que alcanzan puestos de responsabilidad. Son datos de la UNESCO que, en este Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia, reivindica la necesidad de alcanzar la igualdad. [Foto: photoistock]

Tres equipos científicos trabajan con el coronavirus en el laboratorio de patógenos del Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria (IBBTEC), una de las instalaciones de alta seguridad del país en este área. Múltiples sistemas hacen prácticamente imposible que pueda producirse un escape de los gérmenes con los que se investiga en la búsqueda de nuevos avances en la contención de la infección y su tratamiento.