Métodos extremos para salvar una especie: ¿En qué consiste el descornado y por qué se realiza?
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- La frágil situación del rinoceronte en África, explicada en Dra. Fabiola Jones
El rinoceronte es uno de los animales más amenazados del planeta. Y todo por su cuerno. La caza furtiva —impulsada por el mercado negro, supersticiones y organizaciones criminales— ha alcanzado cifras estremecedoras: un solo kilo de cuerno puede superar los 80.000 dólares, una cantidad que convierte a este animal en objetivo prioritario.
Tal y como explica la veterinaria y científica Fabiola Quesada en Dra. Fabiola Jones, cuando los furtivos atacan “no solo mutilan al animal, lo destrozan”. Esta realidad ha obligado a adoptar medidas que, aunque duras, resultan esenciales para asegurar la supervivencia de la especie. Una de ellas es el descornado, una técnica extrema pero eficaz que busca proteger a los rinocerontes antes de que sea demasiado tarde.
¿En qué consiste el descornado y por qué se realiza?
El descornado es una intervención veterinaria en la que se retira el cuerno del rinoceronte de manera controlada y bajo anestesia. Es un procedimiento indoloro para el animal, ya que el cuerno está compuesto de queratina, la misma sustancia que forma nuestras uñas y, al igual que estas, vuelve a crecer con el tiempo.
La razón de practicarlo es simple y devastadora: cuando un furtivo encuentra un rinoceronte sin cuerno, no tiene ningún incentivo para matarlo. Sin cuerno, el riesgo no desaparece, pero disminuye drásticamente. Muchas de las muertes documentadas muestran animales mutilados con machetes, con heridas mortales, arrancados de la vida por un trozo de queratina al que se atribuyen propiedades inexistentes. Frente a esa dinámica, el descorne se ha convertido en una herramienta clave dentro de los programas de conservación en Sudáfrica y Namibia.
Una intervención compleja: logística, riesgo y ciencia sobre la sabana
En este segundo capítulo, acompañamos a la Dra. Fabiola Jones en una de estas intervenciones, realizada en plena sabana y que refleja a la perfección la complejidad de este tipo de operaciones. Antes del amanecer, el equipo se divide entre un helicóptero, encargado de localizar al animal, y un equipo veterinario en tierra que coordina cada paso en cuestión de minutos. Se dispara un dardo anestésico desde el aire y comienza una carrera contrarreloj. Los rinocerontes son extremadamente sensibles a los opioides utilizados en anestesia, por lo que cualquier variación en la respiración, la temperatura o la oxigenación puede ponerlos en peligro.
Mientras el animal duerme, se aprovecha para monitorizar constantes vitales, proteger ojos y vías respiratorias, tomar muestras para bancos genéticos y revisar lesiones anteriores. Son intervenciones de altísima precisión, en las que cada miembro del equipo tiene un rol específico. “Cuando trabajamos con rinocerontes, todas son maniobras arriesgadas”, explica Fabiola, consciente de que cualquier error puede comprometer la vida del animal.
El momento más duro: retirar el cuerno
Cuando el animal está estable, llega la parte más difícil. Ver una motosierra en mitad de la sabana es una imagen que golpea incluso a los profesionales más experimentados. Y aun así, forma parte del compromiso de salvar vidas. Fabiola lo expresa visiblemente emocionada: “Es esa sensación de que he fallado… de que no te he podido salvar”.
El mensaje científico, sin embargo, es claro: retirarle el cuerno le da una oportunidad real de seguir viviendo. Hacerlo de forma controlada es, literalmente, la diferencia entre vivir y morir. Y lo más importante: el cuerno vuelve a crecer, igual que crece el pelo o una uña. Es una extirpación temporal que busca preservar la vida del animal. Tras la intervención, el cuerno se custodia en instalaciones seguras del gobierno y de los propietarios, para impedir que vuelva al circuito ilegal.
Una estrategia global de conservación
El descornado no es una intervención aislada. Forma parte de una estrategia mayor que incluye vigilancia antifurtiva, monitorización por GPS, programas de cría en centros especializados, bancos genéticos y patrullas nocturnas tanto en Sudáfrica como en Namibia. Es un esfuerzo colectivo, internacional y multidisciplinar que va mucho más allá de un único rinoceronte en un único día.
En palabras de Fabiola, “no hay dinero en el planeta que justifique lo que tenemos que hacer para salvarles la vida”. Pero mientras exista la demanda ilegal, esta seguirá siendo una de las herramientas más efectivas para dar tiempo y futuro a la especie.
Dónde ver el programa
Sigue las aventuras de la Dra. Fabiola Jones cada jueves en La 1, después de La Revuelta. Los dos primeros capítulos ya están disponibles en RTVE Play.