Pastora Vega y Pablo Carbonell se asoman al abismo del secreto en 'Género de dudas'
- Pastora Vega y Pablo Carbonell presentan en Las mañanas de RNE la obra Género de dudas, que se entrena el 3 de diciembre
- La pieza, una tragicomedia sobre la fragilidad de las certezas, estará hasta el 11 de enero en el Teatro Infanta Isabel de Madrid
Cuando el miércoles 3 de diciembre, a las 19.00 horas, se suba el telón en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, un matrimonio consolidado y aparentemente feliz se caerá. No hace falta más cuando sus cimientos están levantados sobre una mentira. Basta un mínimo gesto, una palabra mal colocada, una llamada de teléfono inesperada o, como en este caso, una carta —una sola— para cambiar por completo una vida. O varias.
"La cuestión es hablar de hasta qué punto es aconsejable tener un secreto que te define y guardarlo de la persona con la que estás conviviendo y a la que amas durante 30 años", explica Pastora Vega en Las mañanas de RNE, con Juan Ramón Lucas y Mamen Asencio. Y lo dice con convicción. Sabe bien de lo que habla. Su personaje en Género de dudas, Julia, una mujer elegante y dinámica que siempre ha brindado apoyo incondicional a su marido Francisco (Pablo Carbonell) —un político en plena campaña electoral— se lo ha recordado: "Ni en la pareja ni en la vida hay que dar por hecho nunca nada".
Porque "estamos hablando de una cosa muy gorda", advierte su esposo sobre las tablas. "No es un 'me has puesto los cuernos' o un 'te tengo que confesar que no me gusta cómo cocinas las paellas', no. Es algo realmente fuerte", pese a que llegue de forma discreta: por correo.
"Es una carta a mi nombre", apostilla Vega. Una que, además, se abre en el peor "timing" posible, justo cuando la hija adoptiva de ambos, Lucía, aparece con "noticias más preocupantes que tranquilizadoras sobre ella".
Y "ahí lo dejan" Carbonell y Vega. Ellos, al igual que Julia y Francisco, también ocultan cierta información. "Tenemos prohibido decir cuál es el secreto que deja a mi personaje hecho una ameba", justifica riendo el actor andaluz. Aunque, "más que el secreto, que abre una cantidad de reflexiones tremendas —le completa Vega—, se trata de sentirse engañado".
"Por debajo de todo, en esta función hay un canto absoluto al respeto al otro, a la tolerancia, a la empatía y a la libertad a través de la tensión, pero con mucho sentido del humor", añade la madrileña. A ratos, prevalece la comedia. En otros, gana el drama y, en ocasiones, se impone "la ausencia de dignidad que tienen los políticos". Hasta el debate directo y de tú a tú consigue hacerse hueco en la obra. "Interactuamos con el público. Se rompe la cuarta pared", desvela Pastora Vega. Y los espectadores entran de lleno en la trama. Son uno más.
"Por momentos se pondrán de parte de Julia, pero, a veces, también entenderán a Francisco, o no querrán identificarse con ninguno y se sentirán muy incómodos", subraya. "Mientras, otra gente se va a morir de la risa y a surfear por el humor. Hay un montón de posibilidades", augura. Y todas, hasta la fecha, positivas. La obra dirigida por Gabriel Olivares y adaptada de la autora francesa Jade-Rose Parker ya "ha sido un éxito en París y Buenos Aires, donde fue número uno, y se va a estrenar en Broadway", destaca Carbonell.
Las mañanas de rne