Jorge Blass: "La magia es un acto de gratitud"
- El ilusionista, recientemente galardonado con el 'Óscar de la Magia', presenta su espectáculo Ilusionarte
- "Toda magia tiene que ser imposible, pero tiene que ser fascinante", ha afirmado en Las tardes de RNE
El único español reconocido con el 'Óscar de la Magia' de Hollywood, Jorge Blass, llega a Madrid con su último espectáculo, Ilusionarte, un viaje a la esencia del ilusionismo del que ha conversado con David Cantero y Marta Solano en Las tardes de RNE.
"No es un show de grandes artificios, de efectos especiales o de cajas grandes, es un show en el que yo estoy en el escenario y lo que hago lo hago delante del público, muy cerquita, sin trampa ni cartón. Y eso para mí es lo más difícil", ha explicado el mago sobre un espectáculo que, además de ser una "declaración de amor" a la magia, es una muestra de agradecimiento al público. "Porque al final la magia es un acto de gratitud", sostiene el también colaborador de No es un día cualquiera.
Un arte que transmite emociones
Ilusionarte, que se ha podido disfrutar ya en ciudades como Vigo, San Cristóbal de La Laguna, Valladolid, Bilbao o Fuengirola, desembarcará en la capital madrileña a partir de este jueves 27 de noviembre en el Gran Teatro Pavón, donde se podrá apreciar la particular manera de entender la magia de Jorge Blass, para quien el ilusionismo es un "arte" que transmite emociones y lleva al espectador a "otro mundo".
"Toda magia tiene que ser imposible, pero tiene que ser fascinante —señala—, tiene que ser deseable, que lo que hagamos consiga emocionar al público y, sobre todo, conectar con el público de ahora, que es muy cambiante, muy distinto al que había cuando yo empecé hace 20 años o el de Houdini hace 100 años, que era crédulo y se creía todo. Ahora no".
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Ese afán por conseguir captar la atención de las nuevas generaciones es el que convirtió a Jorge Blass en un mago pionero en el uso de las nuevas tecnologías, también presentes en Ilusionarte.
"Hay mucha magia interactiva que el público puede hacer incluso desde la butaca. Con el propio teléfono móvil pueden hacer magia tecnológica que viven en sus manos. Hay una interacción muy fuerte. Yo creo que la magia en el siglo XXI está traspasando la cuarta pared y llegando al público para que el que quiera pueda experimentarla en primera persona", subraya.
"Hi, I'm David Copperfield"
Si le hubieran dicho al pequeño Jorge Blass que devoraba la "magia potagia" de Juan Tamariz en TVE que se convertiría en uno de los magos españoles más reconocidos dentro y fuera de nuestras fronteras le hubiera costado creérselo, pero lo cierto es que comenzó a despuntar muy pronto en el mundo del ilusionismo: con tan solo 19 años logró su primer premio internacional, la Varita de Oro de Montecarlo, que le brindó la oportunidad de cenar con el mismísimo principe Rainiero.
Los reconocimientos siguieron llegando, incluso en forma de contrato con algunos de sus colegas más célebres. "Un día me llamó por teléfono David Copperfield: Hi, I'm David Copperfield, quiero comprar los derechos de esta magia [un truco con el que hacía aparecer en el teatro a una persona elegida a través de una red social] para hacerlo en Las Vegas. Yo me quedé muerto, imagínate. Me fui a Las Vegas, negocié con él un contrato y desde entonces tengo un muy buen amigo".
La colaboración entre magos de todo el mundo es algo muy habitual. No en vano se celebran encuentros como el Festival Internacional de Magia de Madrid, dirigido por el propio Jorge Blass y cuya XVI edición llegará al Teatro Circo Price en febrero del año que viene.
"Somos un poco como los chefs que se juntan. Cuando veo las reuniones de chefs, y tengo varios amigos chefs, me recuerda mucho lo que hacemos los magos, que es coger un ingrediente, empezar a pensar cómo transformarlo, cómo crear otra cosa, y al final de ahí surgen las grandes ideas", concluye.
Las tardes de RNE