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Festival Circular, arte público sostenible y crítico

  • El Festival Circular invita a los madrileños al encuentro azaroso con el arte
  • El capítulo de Metrópolis dedicado a Circular 2025 se emite el lunes 24 de noviembre en La 2
Festival Circular, arte público sostenible y crítico
Ememem. Proceso en Circular 4 (Ememem, 2025)
Susana Blas Brunel

El festival de arte urbano ‘Circular’ llega a su cuarta edición. Comisariado por Madrid Street Art Project, se desarrolla en el barrio madrileño de San Cristóbal de Los Ángeles. Se trata de un proyecto de arte público pensado para los vecinos, y ‘a escala humana’. Durante el evento, tres artistas conviven durante dos semanas con los habitantes de San Cristóbal, un territorio con un fuerte asociacionismo vecinal y abierto a la diversidad cultural.

Metrópolis se ha desplazado a este barrio del sur de Madrid para vivir la efervescencia cultural del vecindario durante la convivencia con los artistas, que esos días ocupan las calles y las plazas de la localidad.

Las obras proponen nuevas lecturas del barrio y evidencian las carencias que padecen. Huyendo del muralismo de grandes dimensiones, se prefiere la observación de lo cotidiano, los gestos sutiles e irónicos y el uso de materiales encontrados, pensando en la sostenibilidad.

Baraja. Lydia Garvín. Circular 4 (Lydia Garvín, 2025)

Baraja. Lydia Garvín. Circular 4 (Lydia Garvín, 2025)

Metrópolis ha hablado con la comisaria Diana Prieto, que, junto a Guillermo de la Madrid, desde Street Art Project han concebido este proyecto. El festival Circular no se limita a desplegar unas obras en las calles del barrio. A través de reuniones, encuentros, lecturas, paseos, conversaciones y talleres ponen el énfasis en el trabajo comunitario. Y al llevarse a cabo en este lugar periférico, favorece la descentralización de la cultura y la democratización del arte; por esta razón ha sido importante incluir también en el programa las declaraciones de Montse Moya, representante de la Asociación Vecinal San Cristóbal y de CINESIA, el centro cultural comunitario que se convierte en sede del festival, y hervidero de la producción de los creadores.

‘Circular’ en el cambio de paradigma

‘Circular’ nació en 2019, en un tiempo de encrucijada de las estructuras sociales y artísticas. En aquella época, el arte urbano se estaba incorporando con naturalidad a las ferias tanto a las de arte actual, como a las especializadas en Street Art y ‘Nuevo arte contemporáneo’. A la vuelta de la pandemia nada volvió a ser igual. Nuestro ‘yo’ regresó más virtual que nunca y se necesitaba atender a esa manera híbrida en la que ahora entendemos el vivir.

Embalaje canasta. Circular 4 (Dosjotas, 2025)

Embalaje canasta. Circular 4 (Dosjotas, 2025)

El festival, en estos cinco años de transición tecnológica y filosófica, ha apostado por escuchar y observar lo que está ocurriendo en este cambio de paradigma. Ha decidido poner el foco en lo pequeño pero incisivo, en la reflexión crítica del paseante.

A lo largo del programa se analizan las peculiaridades de cada edición, acompañados por las reflexiones de Diana Prieto, para conocer cómo ha evolucionado este encuentro a nivel discursivo. ‘Circular’ ha descartado las estrategias del muralismo colosalista, que ha sido en parte fagocitado por el sistema cultural oficial y el turismo, y apuesta por la poesía revolucionaria de lo minúsculo, lo cotidiano, lo colectivo, lo crítico.

La edición de 2025, sutil y punzante

‘Circular’ propone una experiencia del arte sin espectacularización. Es admirable que las obras se conciban para el disfrute de los vecinos de San Cristóbal y que el itinerario persiga el encuentro azaroso con las piezas. Los tres creadores de este año son Dosjotas, Ememem y Lydia Garvín. Metrópolis ha entrevistado a cada uno de ellos y ha hecho seguimiento de sus proyectos.

Dosjotas es heredero de las tradiciones que ponen el foco en el deambular por la ciudad: surrealistas, situacionistas, grafiteros, y entiende las calles como el tablero de juego desde el que desvelar cómo se posicionan las fuerzas de poder y cómo ese control afecta a nuestra existencia.

El artista tiene sin duda ‘mucho barrio’ y su sabiduría parte de un ponderado conocimiento, intuitivo y analítico, de las dinámicas sociales. Mientras tantos creadores evitan citar sus raíces, Julio nombra con orgullo a su barrio, Usera. Sus proyectos reclaman el “derecho a la ciudad”, por encima de normas y reglamentos.

Ememem. Proyecto en Circular 4 (Ememem, 2025)

Ememem. Proyecto en Circular 4 (Ememem, 2025)

El trabajo de Ememem aúna un fuerte compromiso político a favor de lo marginal con una manera de entender la belleza como arma política de bienestar. Sus piezas curan y embellecen las grietas abandonadas de los asfaltos de los barrios.

No es difícil recordar el kintsugi japonés, la idea de embellecer lo imperfecto, de ver resiliencia en la cicatriz. Y cómo no, ver oportunidad y espacio de pensamiento alternativo en las fisuras del sistema. La fragilidad como vía de innovación y de nuevos comienzos.

Héroes y heroínas de barrio

En un mundo en el que se imponen contenidos, gustos y personajes globales uniformes, Lydia Garvín nos invita a mirar nuestro entorno más directo. Los lugares, los héroes y las heroínas van a ser los del barrio. Su baraja empodera la calle como espacio motor de organización política de la vida cotidiana. Clase, raza y género se entretejen en una diversidad urbana que parte de un trabajo minucioso previo: conocer a los habitantes reales. La idea de baraja, las cartas, aporta una interesante noción de movilidad.

Instalación Lydia Garvín. Circular 4 (Lydia Garvín, 2025)

Instalación Lydia Garvín. Circular 4 (Lydia Garvín, 2025) Delfina Lamas

Más allá de las visiones nostálgicas del ‘lugar’, sus cartas ofrecen una mirada del barrio que muta y abraza a todas las culturas que progresivamente van llegando a una población.

Con el paso del tiempo se está confirmando que el arte urbano sigue siendo disruptivo y crítico, y ‘Circular’ es un excelente ejemplo.