Dieguito el Malo, el final del último gran quinqui
- Las hermanas de Dieguito, el último Mosso que lo detuvo y expertos en criminología reconstruyen su final en Correspondencia criminal
- Diego, El malo, pasó sus últimos 20 años pidiendo reconocimiento, comprensión y justicia para su hija
A principios de los 90, Juan Diego Redondo Puerta, el cerebro de la fuga de los 45 de la cárcel Modelo de Barcelona, estaba casado y vivía junto a su mujer y a sus dos hijos. En 1992 le llegó la citación del juzgado por aquella evasión ocurrida hace 14 años, los mismos a los que le condenaron en el juicio, celebrado en 1994.
Este quinto episodio de la segunda temporada de Correspondencia criminal es el tercero dedicado a su figura, y analiza cómo el regreso a prisión marcó un cambio decisivo en el carácter de Dieguito. Una prueba de lo difícil que es la reinserción para algunas personas, que desde la cuna parecen condenadas a vivir entre rejas.
Euforia del 92 y encierro interior
Al mismo tiempo que Barcelona lucía sus mejores galas para acoger los Juegos Olímpicos, la Justicia volvió a por Juan Diego Redondo, que para entonces contaba 30 años y se consideraba reinsertado.
Fue juzgado junto al Ingeniero y a otros 19 presos huidos por la mayor fuga jamás ocurrida en una prisión española, y con la pena de 14 años de prisión Diego se vino abajo. Su mujer entró en depresión y Mari Cruz, la hermana pequeña de nuestro protagonista, recuerda cómo él “se encerró en sí mismo”.
Esta es la época en la que Diego empezó a escribir cartas de forma compulsiva. Gracias a ellas, la grafóloga Amparo Botella detecta “su dolor”, en la forma en que “machaca” la letra E. Diego explica en estos documentos cómo él es un resultado del sistema, aunque Mireia Hernández, perita lingüista, aprecia “su falta de autocrítica”. Las cartas, “llenas de rabia”, demuestran “la compleja personalidad” de Diego, que “era víctima y líder a un tiempo”.
Con todo, será el fallecimiento de su hija Lorena lo que acabe por hundirlo. La niña murió electrocutada a causa de un cable mal protegido cuando celebraba su quinto cumpleaños. Desde entonces, Diego no parará de exigir justicia.
Mari Cruz admite que aquel atracador “sagaz y simpático se volvió una persona introvertida y violenta”. “Se pasaba las horas encerrado en la celda y sin relacionarse con los demás”, destaca el psicólogo forense Bernat Noel Tiffon.
Juan Diego no logra entender por qué la administración fue tan dura con él cuando la eléctrica nunca fue condenada. Y empieza a buscar la fama que de joven siempre había rehuido. Antes la consideraba contraproducente en su ‘oficio’; ahora la necesita para ser escuchado. Publica su libro, La Fuga de los 45, que llegó a presentar de forma oficial en Barcelona, ante una gran expectación. Y durante ese permiso también tuvo tiempo de acudir a TVE, donde Julia Otero lo entrevistó en Las cerezas.
Fin de una época
En 2004 durante su último permiso, Diego vuelve a atracar en un supermercado de Barcelona. Un atraco que se resolvió sin ningún muerto, como de costumbre, porque Diego siempre tuvo a gala no haber matado jamás a nadie ni haber robado nunca a un pobre. Esta vez le cayeron 18 años.
Para el sargento de los Mossos, Iván Moncusí, que dirigió la operación en la que lo detuvieron, Diego pertenecía a una estirpe de delincuentes “en extinción”. Su admiración quedó de manifiesto cuando acudió al calabozo para que El Malo le dedicase su libro.
Aún le quedó tiempo de conocer a la periodista Neus Sala, que lo visitó durante cinco años en la cárcel. Salió de Brians enfermo de cáncer en agosto de 2011, con la enfermedad muy avanzado y falleció unos meses después. Con su marcha, España dijo adiós al 'último gran quinqui’.
Segunda temporada
La de Diego fue una generación víctima de sus circunstancias, que transitó como pudo del Franquismo a la Democracia y que perdió a muchos de sus miembros por el camino. En estos tres capítulos de Correspondencia Criminal hemos querido acordarnos de ellos.
A lo largo de 13 episodios, esta segunda temporada del podcast sigue recogiendo las historias personales y las motivaciones de criminales muy diversos, gracias a la ayuda de documentos personales, cartas y diarios.
Para reconstruir cada caso, Neus Sala cuenta con la participación de los investigadores que estuvieron cara a cara con los criminales. Junto a Mireia Hernández y a Amparo Botella, se suman al podcast las voces del psicólogo forense Bernat Noel Tiffon y del criminólogo forense Vicente Garrido.
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