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'Habitar la sombra creando'', salud mental, arte y disidencia en Metrópolis

  • Siete artistas abordan lo disidente y lo traumático desde una perspectiva autobiográfica y anti-normativa
  • 'Habitar la sombra', con guion de Nerea Ubieto, se emite el lunes 13 de octubre en La 2
‘Habitar la sombra creando', salud mental, arte y disidencia en Metrópolis
‘Habitar la sombra creando', salud mental, arte y disidencia en Metrópolis
Nerea Ubieto

¿Qué espacio ocupa la salud mental en las prácticas artísticas contemporáneas?

Hablar de salud mental en el espacio público sigue siendo un tabú, marcado por silencios, miedos y prejuicios. El arte se convierte en un lugar donde esas experiencias estigmatizadas pueden salir a la superficie, transformándose en narrativas comunes. Para los artistas de Habitar la sombra creando, la práctica artística no es solo una herramienta de expresión, sino también un medio de supervivencia, una forma de procesar la realidad y de construir nuevos lenguajes frente a lo que la sociedad margina.

En sus testimonios, emerge la idea de que la sombra no es un territorio a erradicar, sino un espacio fértil donde conviven la fragilidad y la potencia. Consuegra Romero habla del dibujo como una conversación íntima consigo misma, una mediación entre lo que siente y lo que puede comprender. Mayte Gómez Molina subraya cómo la creación en 3D y los videojuegos permiten representar alucinaciones y distorsiones corporales imposibles de explicar solo con palabras. India Toctli plantea la neurodivergencia como “otro idioma” que enriquece la práctica artística y cuestiona la mirada normativa de la psicología y medicina tradicional.

Caleidoscope (Marta Serna)

Caleidoscope (Marta Serna)

La salud mental, en este contexto, no aparece como un problema individual aislado, sino como un entramado colectivo que conecta con desigualdades sociales, violencias estructurales y estigmas culturales. La creación se convierte en un recurso anti-patologización y en un acto político de visibilización: hablar desde lo traumático, el duelo o lo disidente, no para romantizar el dolor, sino para convertirlo en una fuente de conocimiento y creatividad

Personajes oscuros retratan identidades estigmatizadas

El trabajo de Marta Serna se adentra en universos donde la identidad se fragmenta y se multiplica. En obras como Caleidoscope, sus personajes se descomponen para convertirse en entes con una multiplicidad identitaria, rompiendo lo normativo y bailando en una danza hipnótica al sonido de las ondas de Júpiter. En Coven, tres mujeres repiten gestos que construyen una energía empoderadora, mientras que en Un-vanishing Lady reinterpreta el truco decimonónico de hacer desaparecer a la mujer, reivindicando figuras femeninas que persisten y no desaparecen, con una estética “anarco-retrofuturista” que subvierte lo opresivo.

Por su parte, Raisa Maudit plantea la sombra como un territorio filosófico y autobiográfico. En Vampire Manifesto, utiliza la figura del vampiro para hablar del dolor psiquiátrico, de la depresión y de las violencias sexuales y sistémicas, invirtiendo el arquetipo para convertir a los marginados en protagonistas. Sus investigaciones se extienden a la teología feminista en su último proyecto sobre las beguinas. En él retrata a la figura de Marguerite Porete (1250 – 1310), escritora mística condenada a la hoguera por negarse a que se quemara su libro “El Espejo de las Almas Simples”.

Vampire Manifesto (Raisa Maudit)

Vampire Manifesto (Raisa Maudit)

La exploración de identidades estigmatizadas también atraviesa la obra de Consuegra Romero, que utiliza el dibujo con bolígrafo como canalizador de emociones profundas. En series como The Tempest o Resurrection, la penumbra se convierte en aliada para hablar de machismo, racismo, salud mental o soledad. Sus trazos, atravesados por rotulador como heridas subrayadas, construyen personajes que son al mismo tiempo autobiográficos y universales, transitando de la oscuridad hacia una revelación posible.

Trauma y duelo canalizado por lo autobiográfico

El dolor se transforma en materia artística en las obras de varios de los protagonistas. En el caso de Consuegra Romero, su proyecto Isadora me habla surge de la lectura de las memorias de Isadora Duncan. El dibujo es una escucha interior y un diálogo con lo poético y lo vulnerable que explora la belleza de la muerte y la oscuridad como espacios de revelación.

Isadora me habla (Consuegra Romero)

Isadora me habla (Consuegra Romero)

Félix Fernández, en Xavier a través de mí, aborda el suicidio de su hermano desde una perspectiva de las artes vivas. Su obra se convierte en un viaje emocional y psicoactivo, donde materiales compartidos —como la música y los escritos del propio Xavier— se transforman en un legado inmaterial que ilumina el presente y que le ha ayudado a integrar la muerte de su hermano.

La experiencia personal también atraviesa el trabajo de Leila Amat, quien aborda sin concesiones el tabú del suicidio y los problemas de salud mental. Su fotografía íntima, marcada por símbolos naturales como árboles desnudos o cielos oscuros, habla del duelo, la pérdida y la recuperación. En obras como El sueño de Deméter, establece paralelismos entre su experiencia personal y la mitología clásica, explorando el dolor de la custodia perdida y la lucha por la supervivencia emocional.

Dejarnos ser como somos y que la luz brille

Desde la experiencia del dolor emerge también la posibilidad de transformar la sombra en luz. Leila Amat, al narrar sus intentos de suicidio y la retirada de la custodia de su hija, reflexiona sobre cómo la mejora de su presente vital le permitió recuperar la salud mental y volver a habitar su cuerpo.

El sueño de Demeter (Leila Amat)

El sueño de Demeter (Leila Amat)

En esta línea, el trabajo de Mayte Gómez Molina ahonda en los trastornos de la alimentación a través de recursos tecnológicos como el 3D o el videojuego. Unintended Puzzle explora la anorexia desde una narrativa interactiva, representando fenómenos como el bullying o el acoso escolar que se sufren los niñes con cuerpos no normativos. En proyectos como Like a squirrel to water, la colaboración con su madre se convierte en una metáfora de reconciliación y en un espacio donde la máscara y el juego revelan la complejidad de los cuidados invisibilizados.

Like a squarrel to water (Mayte Gómez Molina)

Like a squarrel to water (Mayte Gómez Molina)

Finalmente, India Toctli aborda la neurodivergencia desde una perspectiva luminosa. En su proyecto El otro idioma, la artista transforma la diferencia en un valor creativo y propone personajes basados en la ternura, la interdependencia y la conexión con el todo. Su trabajo rescata la figura disidente como portadora de un potencial transformador, cuestionando los diagnósticos que patologizan y reivindicando la diversidad como fuerza vital.

En todos estos relatos, la sombra se ilumina con nuevas narrativas atravesadas por lo personal, lo ficticio, lo imaginario y lo histórico. Metrópolis invita, a través de estos siete artistas, a repensar la salud mental y lo estigmatizado no como un cajón de voces silenciadas o señaladas, sino como una fuente de potencial creativo y transformador.