La carta con la que Catalina se despide de Adriano y pide perdón a su familia en 'La Promesa'
- Adriano encuentra la carta con la que Catalina le explica los motivos de su marcha
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La Promesa sigue impactada ante la desaparición de Catalina, obligada a abandonar la finca por el barón de Valladares. Tras la aparición de los bebés, su ausencia ha generado consternación entre la familia Luján, que aún intentan comprender los motivos de esta decisión, pues en ningún momento la hija del marqués ha desvelado las duras amenazas del noble. Eso sí, antes de partir, Catalina ha dejado una carta dirigida a su marido, Adriano, y a toda su familia, en la que explica las razones de su despedida, y a la que pide perdón por los errores que puede haber cometido. Una emotiva despedida que ha dejado el palacio con el corazón roto, al igual que a los espectadores de la serie, que ven como la actriz Carmen Asecas no aparecerá más en la pequeña pantalla. ¿Te has perdido el momento? ¡Te contamos cómo ha sido la misiva de la condesa! ¡No pararás de llorar!
La carta de despedida de Catalina
Adriano, amor mío, antes que nada, quiero pedirte perdón. Admito que me he equivocado y no soporto más la tensión. Soy consciente del daño que voy a causarte, a ti y a toda mi familia. Pero después de mucho pensar, esta es la única solución que he encontrado: marcharme de La Promesa yo sola. Si alguien piensa que me marcho por cobardía, está en su derecho. Pero lo hago porque, aunque me supone un sacrificio enorme separarme de la gente que más quiero, sobre todo de mis hijos y de ti, a la postre será lo mejor para todos.
Quizá, todo el asunto de los trabajadores de la finca, se me haya ido de las manos, pero te juro que mis intenciones eran buenas. Yo solo pretendía dar a la gente un futuro mejor, pero ahora ya da igual. Me han convertido en una suerte de Juana de Arco y no lo soporto. La única forma de que se apague este incendio es que yo me vaya. Si sigo aquí, seguiré siendo la llama que lo prende todo, algo que yo nunca quise. Lamento mucho lo ocurrido, y siento vergüenza de mirar a la cara a toda la gente a la que sé estoy defraudando con esta decisión. Pero son demasiadas presiones de todas partes, de los nobles, de los trabajadores, de don Lisandro, de mi propia familia, y ya no lo aguanto. No puedo más. Ojalá tuviera una varita mágica para arreglarlo todo, pero no es el caso. Y lo único que se me ocurre es poner tierra de por medio para, al menos, no estropearlo más.
Te vuelvo a pedir perdón, Adriano. Y también te pido que te disculpes con mi familia en mi nombre. Siento el daño que os estoy causando a todos. Espero que alguna vez podáis entenderme y perdonarme. Debes estar tranquilo, cariño, y cuidar de nuestros hijos como ya has demostrado que sabes hacer. Yo no estoy bien, y no quiero que se contagien de mi desánimo y melancolía. Rafaela y Andrés estarán mejor contigo, en este momento yo no puedo ser una buena madre. Necesito tranquilidad para volver con ánimos renovados y mucho más amor que daros. No os preocupéis por mi.
Os quiero con toda mi alma, Catalina.
Un vacío difícil de llenar
La lectura de la carta ha dejado a todos en La Promesa rotos de dolor, un silencio denso invadía la biblioteca mientras Adriano leía las palabras de Catalina. Sin embargo, entre la tristeza, la joven deja una chispa de esperanza: Catalina no se despide para siempre, sino que promete regresar más fuerte y con renovadas fuerzas para volver a abrazar a los suyos. Su ausencia es un golpe muy duro para Adriano, el marqués y toda la familia Luján, pero sus palabras dejan la certeza de que el amor que la une a su familia sigue intacto, y que ese lazo será el que guíe su esperado retorno. Hasta pronto, Catalina.