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Charlie Pee y Jordana B: dos artistas y un talento para convertir "miserias" en arte

  • Jordana B y Charlie Pee responden en Plan B a la pregunta de '¿os conocéis?'
  • La cantante y la cómica y guionista protagonizan una charla llena de sorpresas y risas
Dos retratos: uno de una persona con camiseta naranja y el otro con chaleco gris y gafas.  Fondos con texto parcialmente visible.
La cantante Jordana B y la guionista y cómica Charlie Pee se sientan en 'Plan B' para conetsar a su clásico: '¿os conocéis?' RNE

Entraron como completas desconocidas y salieron como amigas. Aunque, en realidad, estaba cantado. Se intuía.

Antes de que cruzaran una sola palabra, Alejandro Baca estaba seguro de que la guionista y cómica Carlota Palà (Sabadell, 1990) y la cantante María Solá Oteyza (Buenos Aires, 1996) iban a congeniar. "Os conocía por separado y pensé: 'creo que serían amigas entre ellas'", confiesa el presentador de Plan B.

No se equivocaba. Acertó. Y acertó de pleno.

Las dos tienen edades parecidas. Las dos son introvertidas, pero saben cómo esconderlo —o transformarlo— cuando un micrófono se enciende. "Exponerme en público no me apetece nada. En la previa de un bolo me encuentro fatal, después piso el escenario y se me va", reconoce Carlota mientras María asiente.

"No me siento cómoda en grupos grandes. Todas las cosas que requieren gente no me gustan, pero tengo un personaje con el que me disfrazo. Antes de actuar lo paso muy mal. De hecho, tengo la compulsión de cepillarme el pelo sin parar", confiesa.

Le calma. Le serena. Y Palá lo entiende. Ella "salta sin parar" para relajarse de manera previa a sus monólogos.

Además, las dos han levantado u consolidado carreras sólidas en la comunicación y la cultura. Se han hecho un nombre propio en el sector. Y nunca mejor dicho. Ambas triunfan bajo seudónimo: Charlie Pee, en el caso de la catalana; Jordana B, en el de la argentina afincada en Madrid.

Porque tanto Charlie como Jordana comparten el don de crear arte a partir de sus miserias.

Una genera risas. "Mucha gente me dice 'es que todo te pasa a ti', pero no. Yo sé coger cualquier cosa que me sucede y transformarla. Vivo con el chip de que mi trabajo es convertir cualquier situación en material creativo", explica Charlie.

Y, de paso también en una especie de terapia personal. Puede sonar contradictorio, sin embargo, le resulta más fácil "abrirse ante 300 desconocidos hablando de cosas muy personales y fuertes", asegura, que ante su hermano. O sus amigos. O "la gente que quiero".

Otra construye ritmo y melodías. "Hay cosas muy graciosas o con las que todo el mundo se siente identificado que alguien quizá no dice por vergüenza, y tú lo cuentas como quien explica lo que ha desayunado", apunta Jordana B.

Si bien, concretamente, ella lo canta. Su magia es la de ponerle banda sonora a su vida y a la de los demás. A lo que se calla: "Jordana B es un proyecto grupal con Mané López (guitarra), Mónica Vicente (batería) y Marta Gómez (bajo) que empecé yo porque las canciones tratan un poco mis desgracias".

Las redes sociales han contribuido al éxito de los monólogos de humor en directo

Sea en el escenario que sea, las dos son artistas con una misma filosofía de vida. Esa que reza lo de "si sale bien será de puta madre, y si no me dará trabajo y me hará ganar dinero" que la catalana lleva ya aplicando 13 años. Y Jordana, casi seis.

Así de simple. Así de eficaz. Y así de claro. Como los eslóganes comerciales que Jordana B redacta cuando es María. "Nosotros cobramos un caché por actuación, pero de él yo veo un 2% que a lo mejor son 500€". Escribir publicidad es mi otra vida. Es lo que me mantiene y lo que rellena el trecho que me queda para poder vivir bien solo de la música", admite.

"Si sale bien, bien y si sale mal, habrá trabajo"

Aunque, por qué no esa filosofía de vida de convertir la pena en oro podría ser también el subtítulo de una película de comedia. Podría ser uno de esos guiones que soñaba con crear de niña Jordana B y que, en este encuentro con la cómica en la Casa de la Radio, además interpreta. Ambas son sus protagonistas.

Porque esta es la historia de una niña, María, que quería ser monja —"vi Sonrisas y lágrimas y y creía que ser monja era huir de los nazis por los montes y vivir aventuras y me flipaba la idea"—, "cantante de ópera" y "escritora", pero que terminó, "de "casualidad", en la música.

Y la de una traductora, Carlota, que se imaginaba de "bombera y veterinaria" pero que acabó de "payaso" —primero animada por su "amor platónico hacia Jim Carrey", y después empujada por un post de Facebook de Sarah Silverman que vio en la universidad mientras esperaba la última nota de la carrera que no le emocionaba—.

Dos niñas que emprendieron caminos distintos a los que pensaban recorrer y que, por azar —o por destino—, se cruzaron en un estudio de radio cumpliendo la profecía de Alejandro Baca: iban a ser amigas.