Ingrid García-Jonsson y Topacio Fresh: dos caminos destinados a cruzarse
- La actriz Ingrid García-Jonsson y la galerista de arte Topacio Fresh protagonizan en Plan B una charla llena de magia
- El encuentro entre ambas destapa aficiones comunes y un destino que ya estaba escrito en las cartas
"Todo lo que tiene que ver con el mundo del tarot me gusta y me divierte. Aunque es más por lo que se construye alrededor y su relato. Por contar un cuento. No creo que adivine nunca nada", dice en Plan B, con Alejandro Baca, la actriz Ingrid García-Jonsson (Skellefteå, Suecia, 1991) sobre la afición heredada de su abuela a leer las cartas.
Sin embargo, a veces, el destino está escrito.
De haber desplegado el mazo hace unos días, la protagonista de la serie Superestar (Netflix), lo habría visto claro. Probablemente habrían aparecido ante ella arcanos destinados a cruzarse. Habría adivinado que su encuentro con la galerista de arte Topacio Fresh (Rosario, Argentina, 1973) era únicamente cuestión de tiempo.
En esa tirada imaginara, la carta de El Sol iluminaría la primera señal: un barrio compartido. "Vivimos cerca", se sorprende la nominada al Goya a Mejor actriz revelación 2014 por Hermosa juventud, cuando la ex corista de Fangoria menciona a su numeróloga, vecina de la misma manzana.
Luego, la Rueda de la Fortuna recordaría "esos amigos y compañeros comunes" —entre ellos Secun de la Rosa—, así como los numerosos escenarios que tantas veces han pisado ambas sin llegar a coincidir en tiempo.
Porque, mientras Ingrid "trabajaba en Cuarto Mileno grabando las reconstrucciones en el estudio Movistar", Topacio,—fan del misticismo y esoterismo—, "se colaba en él siempre que iba a visitar a Miguel Favorita, de las Nancys Rubias, que era jefe allí". "Me llevaba a ver al plató cuando estaba vacío", admite.
Además, aunque Ingrid no haya llegado a vivir en Argentina, sí ha rodado varias veces en el país de Topacio. Tres para ser más precisos.
"La primera fue para trabajar para Cris Morena. Después de que muriera su hija, hizo la serie homenaje Aliados —"me acuerdo de esos medios avatares que salían en la trama", interviene emocionada la galerista— en donde interpreté a una rockera mala durante la segunda temporada", completa García-Jonsson.
No es de extrañar, por tanto, que el último naipe que saliera del mazo fuera el de El Mago: un programa radiofónico, como Plan B, que junta a dos personas bajo la pregunta "¿os conocéis?" para para comprobar si, en apenas unos minutos, pueden hablar como viejas amigas.
Dos personalidades, un mismo destino
Y eso es justo lo que pasó en esta ocasión. Simplemente con una mesa y un par de sillas y micrófonos, la conversación fue rodada. Aunque no era de sorprender. Ya lo apuntaba el destino, lo aseguraban las cartas. La charla fluyó sola, igual que la química.
"Sabiendo que vive mi lado, claro que tendría una segunda cita con ella", recalca Ingrid con la invitación ya bajo el brazo. "Cuando termine el verano, hacemos una cena en casa", ofrece Topacio.
Y es que más allá de coincidencias recientes, las dos comparten también raíces parecidas: abuelas cómplices con vínculos únicos y especiales. "Mi abuela era muy gamberra. Escondía regalices masticados en los zapatos de las tiendas", desvela riendo la hispano-sueca. "Eso es maravilloso", valora Topacio Fresh. "Te enseñan la picardía desde otro lado, sin maldad. Con eso te haces más amiga de ellas".
Sin embargo, de niñas eran polos opuestos.
Ingrid, lectora voraz y dibujante que pasaba horas encerrada en su cuarto —"para que mi hermana menor no me molestara"— imitando coreografías de las Spice Girls o soñando con ser "cura negro", por su fascinación con las misas góspel, o "camarera patinadora".
Topacio, todo lo contrario: Exploradora intrépida, con vocación de veterinaria y coleccioncita de líos, "muchos líos", matiza. De hecho, hasta la "Prefectura Naval" se vio implicada en alguno.
"Era muy salvaje. Había madres que no dejaban a sus hijos juntarse conmigo porque era muy brava. Agarraba una araña y se la tiraba a la profesora; podía coger un alacrán y ponérselo en el zapato a alguien, trepar por los árboles… Y mil situaciones así".
Situaciones muy diversas que, no obstante, las guiaron a un mismo destino: vivir de la caracterización. Superar barreras. Aprender del rechazo.
"Mi vida es una construcción física que no se derrumba. Tiene más que ver con el idealismo", señala Topacio. "En escenarios me volvía una persona distinta. Me hacía la vedette, la bailarina, la corista… Eran cosas que no sentía mías, pero las hacía. Me subía a cualquier tren con tal de sobrevivir. No sabía a dónde iban muchos, pero intenté siempre conducirlos a buen puerto".
Como Ingrid. Ella también sabe bien de lo que habla la argentina. "El porcentaje de fracaso es muchísimo más alto que el del éxito", subraya la actriz. Forma parte del oficio.
"Hay rachas en las que te dan todos los papeles y otras en la que no te dan absolutamente nada", resume. Y sí, cuesta asumirlo, pero hay que aprender que "no eres tú, sino que simplemente es que en ese momento no encajas”, concluye.
Plan b