¿Cómo sobrevivir a una fiesta en La Promesa? 5 lecciones de protocolo para Adriano
- Adriano está siendo aleccionado para enfrentarse a la fiesta de nombramiento de su condado
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¿Qué harías si de la noche a la mañana te dicen que eres conde y que tienes que ir con tu mujer a una fiesta de presentación en sociedad para celebrar la concesión del título? Esta es la situación a la que se enfrenta Adriano en La Promesa. El duque de Carvajal y Cifuentes está preparando un evento de este estilo, algo que para el marido de Catalina, un labriego de las tierras de Luján, no va a ser nada fácil. Claro, que ahora es conde Campos y Luján, y no puede negarse. "Yo no sabría ni cómo comportarme", le dice a su mujer, que le anima que no va a ser tan difícil. ¿Y tú? ¿Podrías sobrevivir a una celebración ante toda la nobleza? Te dejamos las 5 lecciones esenciales que han dado a Adriano para que las guardes por si tienes que ponerlas en práctica.
Lección 1: No se besa la mano
Todo el palacio se está volcando en ayudar a Adriano para enseñarle el protocolo a seguir en una fiesta en palacio. Las primeras lecciones las ha recibido de Catalina y María Fernández, que le han explicado cómo debe presentarse ante una marquesa o duquesa. "El sombrero siempre se retira con la mano derecha, y luego se besa la mano" le dice su esposa. El joven pone en práctica las indicaciones, tal y como le han dicho, pero la hija del marqués le hace una aclaración: "Es que no se besa, se acercan los labios pero no se toca la mano". "¿Entonces por qué se llama beso, Catalina?", se pregunta Adriano. La joven no sabe muy bien cómo explicárselo a su marido, pero María Fernández interviene.
El truco está en coger la mano "como si fuera la mano de un ladrón, pero sin darle el guantazo", y un apunte muy importarte: "sin rozar, que las babas destiñen".
Lección 2: Las reverencias
Otro gesto importante a la hora de presentarse ante los distintos nobles son las reverencias. El joven se inclina demasiado en la práctica, algo que llama la atención de María Fernández: "No, no, ¿a dónde vas con tanta reverencia?".
El truco para la medida adecuada de inclinación es "como si estuvieras cogiendo los tomates de la mata, y no las papas del terruño".
Lección 3: No se da las gracias
Una vez aprendidas las presentaciones, los siguientes en aleccionar al joven labriego son Ricardo y Simona. El mayordomo le indica a Adriano cómo debe coger los platos de comida cuando se los presenten los sirvientes. A la hora de poner en práctica las indicaciones, el muchacho da las gracias por ofrecerle el consomé. Ya lo dice el dicho, el de bien nacidos ser agradecidos, y un acto de buena educación, pero no se debe dar las gracias al servicio.
El truco para no caer en la tentación de ser educado lo tiene el señor Pellicer: "usted tiene que actuar como si fuéramos invisibles".
Lección 4: No se habla con la boca llena
La siguiente lección de Ricardo es el saludo durante el reparto de comida. El mayordomo se presenta como si fuera el duque de Pellicer, algo que al marido de Catalina le hace mucha gracia, y le contesta que está encantado mientras se ríe y come un canapé. Y claro, otro acto de educación es no hablar con la boca llena.
El truco está en primero tragar y luego hablar. Limpiarse las migajas con la servilleta, pero eso sí, sin hacer esperar a un duque porque eso no es serio. Tanta información hace que Adriano colapse hasta el punto de atragantarse con el langostino en uno de los momentos más divertidos y tierra trágame del personaje.
Lección 5: Cómo hablar con la nobleza
La última lección, y no por ello menos importante, es la de Curro. El lacayo sabe lo que es enfrentarse a la nobleza, se ha criado entre fiestas, y quién mejor en La Promesa para ayudar a Adriano. En este caso, el protagonista de la serie le enseña cómo mantener una conversación con los nobles: "Hablar sin decir nada e, importante, sin comprometerse". El joven, incluso, le ha preparado un listado de frases por si las quiere memorizar para poder hacer frente a distintos casos de charlas:
- Si alguien pregunta tu opinión sobre un tema comprometido, tú siempre puedes decir: "todo depende de cómo se mire". Eso sí, con una sonrisa.
- Si alguien te pregunta sobre el futuro de cualquier asunto, es muy socorrido decir: "habrá que esperar a ver cómo evoluciona la situación". No te puedes mojar en nada y más si eres nuevo en la nobleza.
- Si no quieres entrar en polémica y quieres dejarte ver como una persona que lo piensa todo mucho, siempre puedes decir: "no es tan sencillo como parece" ó "hay muchos factores que conviene analizar en profundidad".
- Si alguien intenta que te posiciones en algún tema, que tú no quieres, la frase definitiva es: "yo prefiero no opinar, pero entiendo todas las posturas".
Adriano no cree que vaya a ser capaz de quedar bien todo el tiempo. Curro, le da un último consejo: "Hablar sin comprometerse y sin ofender a nadie". ¿Crees que sobrevivirá a la fiesta sin llamar la atención? ¿Y tú? ¿Podrías enfrentarte al riguroso protocolo de la nobleza con estas lecciones? ¡Vota en la encuesta de RTVE Play Participa!