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MasterChef 13 | Bea y el triunfo de la perseverancia: cómo ha conseguido ser finalista

Bea sorprende con este platazo en plena semifinal
RTVE.es

No hay reto que le quite el optimismo a Bea, y todo ello a pesar de su gran autoexigencia. Su pase a la gran final de MasterChef 13 ha vuelto a demostrar que la manchega tiene un don para la cocina de precisión y que si se lo propone podrá llegar muy lejos. A Bea le tocó hacer un plato de altísima complejidad con el sello de Miguel Caño, chef del restaurante Nublo (La Rioja), con una estrella Michelin y dos soles Repsol. Y lo sacó adelante. El propio chef invitado quedó muy sorprendido y le lanzó una invitación: "Me parece increíble que solo con verlo una vez lo hayas podido ejecutar. Estás invitada a venir con nosotros y unirte a nuestro equipo".

La prueba comenzó con Ismael, el mejor de la prueba por equipos, asignando las cestas con las que trabajarían sus compañeras. Con tres opciones por delante, asignó a Bea la cesta técnica, a Ana la ortodoxa y a Elena y Gabriela la tradicional. Gabriela jugó con inteligencia y entregó el pin, por lo que la última expulsada antes de la final estaría entre Ana, Elena y Bea. Tres cestas para tres delantales negros y para tres recetas. En este punto, los jueces anunciaron que la prueba era de cocina emergente y tres chef con gran presente y un prometedor futuro entraron a plató. Daniel López, chef del restaurante O camiño do Inglés (Ferrol), con dos soles Repsol, explicó su versión del caldo gallego. Por su parte, Camila Ferraro, chef del restaurante Sobretablas (Sevilla), con 1 sol Repsol dio los detalles de las elaboraciones de su arroz con pato y demiglace con cebolla. El turno final fue para Miguel Caño, chef del restaurante Nublo (La Rioja), con 1 estrella Michelin y dos soles Repsol, que mostró su pañuelo sedoso de aromáticas con notas lácticas, alimonadas y ahumados.

"Estás invitada a unirte a nuestro equipo"

Las tres aspirantes en riesgo reconocieron que la propuesta de Miguel Caño les parecía la más compleja. Y al menos, la más técnica sí era. Bea fue "la afortunada" que se enfrentó a esta elaboración. Y aunque con miedo y nervios, supo controlarse para terminar triunfando en una muestra de perseverancia. Tuvo que repetir la masa para el pañuelo varias veces, pero terminó logrando un resultado impresionante. "Todos los componentes de los platos, los tiene. Me parece increíble que solo con verlo una vez lo hayas podido ejecutar. Así que estás invitada a venir con nosotros y unirte a nuestro equipo. Hemos vivido un momento mágico. Hay alguna diferencia, pero la finura y la técnica y la destreza que has empleado para hacer este plato, que era la primera vez que lo veías, me parece fascinante", celebró Miguel Caño.

La alegría de Bea era desbordante, pero no escondió todo lo que sufrió para hacerlo: "Que me den el plato más complicado, me lo tomo como un piropo. Después de 20 intentos, me he dado cuenta de que había que tratar la masa con cariño. Y lo he conseguido". Tal fue el nivel del plato de Bea que Pepe tuvo que reconocer algo insólito: "Hay un trabajo muy muy bueno. Muy elegante, muy fino. De hecho, creo que me quedo con el caldo del plato de Bea antes que con el del chef". Por todo ello, Bea, con total merecimiento, se confirmó como finalista de MasterChef 13.