MasterChef 13 | Bea gana el delantal dorado cocinando junto a su padre: "De los días más felices de mi vida"
- Bea se convierte en la primera semifinalista de la edición
- Revive los mejores momentos del undécimo programa de MasterChef 13
El primer reto del undécimo programa de MasterChef 13 fue una explosión de sentimientos. Los aspirantes, después de casi tres meses, se reencontraban con sus familiares, con lo que además cocinarían en esta prueba. Además de la recompensa y la inyección moral de poder abrazar a sus seres queridos, el mejor de la prueba tendría doble premio: el delantal dorado y un horno. Bea triunfó junto a su padre Eusebio y por fin pudo cerrar heridas del pasado.
Cuando Eusebio entró a las cocinas de MasterChef, Bea se abalanzó sobre él y se fundieron en un emotivo abrazo. "Me he roto. Ha sido muy bonito. Me ha encantado", reconoció la manchega. Lo que no se esperaba ninguno de los dos era tener que cocinar juntos. Y mucho menos con el arándano como elemento central. Pero la conjunción entre ambos fue perfecta y su merengue de arándanos triunfó entre los jueces. "Me parece que lo has hecho muy bien. Es una gran tarta de arándanos y merengue a modo de pavlova", admitió Jordi. Ruth Lorenzo, invitada de la prueba, valoró la estética y el sabor: "Cuando ves un plato tan bonito, piensas que por Dios esté tan bueno como parece. Y lo estaba. El helado me ha encantado".
Por todo ello, Bea junto a Emilio fueron los dos mejores aspirantes del reto. Pero solo uno de los dos se llevaría el delantal dorado y el horno. Y Pepe no tardó en dar la noticia: "El aspirante que se lleva el doble premio es... ¡Bea!". La manchega no podía estar más feliz. Para ello supone mucho más que un reconocimiento. Además de convertirse en primera semifinalista de la edición gracias al delantal dorado, Bea pudo por fin cerrar heridas del pasado con su padre. Durante las 11 semanas de programa, Bea verbalizó en varias ocasiones que estaba preocupada por su padre y por cómo asumiría que quería dejar de trabajar con él para dar el salto a la cocina. Y ya sabe de primera mano que no tiene nada que reprocharse. Así se lo hizo ver Eusebio: "He disfrutado como un niño pequeño. Ha sido uno de los ratos más felices de mi vida. Sigue cocinando como hoy que llegarás a la final y mucho más".
"Mi padre me ha quitado el gafe"
Con siete fosos a sus espaldas, Bea respiró aliviada al saber que continuaría en las cocinas de MasterChef una semana más: "Semifinalista me llaman. No me lo creo ni yo. Y todo gracias a mi padre. Es mi talismán. Me ha quitado el gafe". La persona que definió a la perfección el cocinado de la aspirante con su padre fue Jordi Cruz: "No he visto en esta edición ningún hombre que te haga sonreír y te dé el buen rollo que te da este señor". ¡Enhorabuena, Bea!