'Vida en pausa' nos descubre el síndrome de resignación, una enfermedad de niños refugiados
- Es la primera película de ficción que aborda el síndrome de resignación infantil, una enfermedad que tiene como base una catástrofe social
- La cinta, dirigida por el griego Alexandros Avranas, pudo verse en los pasados festivales de Venecia y Sevilla y llega ahora a la cartelera


El director griego Alexandros Avranas ha presentado en De película su quinto largometraje, Vida en pausa, el drama de una familia rusa que se refugia en Suecia y se enfrenta al síndrome de resignación infantil, un sorprendente problema médico que desde 2018 ha afectado a cientos de niños refugiados a los que se les deniega el asilo.
Avranas ha explicado a Yolanda Flores cuándo descubrió la existencia de esta enfermedad. "Leí un artículo y no me lo podía creer, era el año 2018 y no sabía si esta historia era real, había ocurrido, era ciencia ficción, una distopía o qué era. Decidí hacer la película y hablar de esto porque me parece una alegoría interesante sobre nuestra sociedad y lo que le dejamos a nuestros hijos. Esos niños son víctimas de este mundo, esperando tener algo de la esperanza para despertar", afirma.
Los refugiados y su vida en pausa
Aunque el síndrome de la resignación infantil tiene un enorme protagonismo, esta es una consecuencia más a la que se enfrentan los refugiados cuando se les deniega el asilo político. "Lo que quise era trasladar las emociones de los personajes al espectador, quería mostrar cómo se siente un refugiado. Hay que tener en cuenta que llegan a un país que no conocen, piden asilo y es un proceso que puede tardar dos años. Los niños van al colegio y se integran, pero los padres viven en una especie de limbo porque están esperando a ver qué ocurre", cuenta el director.
La mayoría de los casos de síndrome de resignación se han dado en Suecia. "Suecia es un país políticamente muy duro y que se está radicalizando por la llegada de la ultraderecha. Está cambiando su enfoque hacia los refugiados, no son bienvenidos y tienen que demostrar que son merecedores de quedarse, y eso es muy difícil", subraya.
Una enfermedad que parece distópica
El síndrome de resignación es una enfermedad que se da entre niños refugiados cuando les deniegan el asilo, acontecimiento que les provoca un enorme estrés que desemboca en el colapso físico.
"Este síndrome me parece muy distópico, parece ciencia ficción —señala Avranas—. La única forma de cuidar a esos niños es aportarles seguridad y esperanza. El estado tiende a culpar del síndrome a los padres".
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Un largo casting en cuatro países
Para encontrar a las dos niñas protagonistas (Naomi Lamp y Miroslava Pashutina) se hizo un casting que duró 18 meses y se extendió a cuatro países.
Avranas destaca que finalmente se quedaron con 80 chicas y realizó con ellas un taller que duró 10 días. "Los tres últimos días se incorporaron los actores que hacían de padres (Chulpan Khamatova y Grigoriy Dobrygin) para ver cómo encajaban, y ahí seleccionamos a las dos niñas de la película", dice el cineasta, que añade que "el problema es que yo no hablo ruso y ellas no hablan ni inglés ni alemán, así que necesitábamos un traductor y nos entendíamos con los gestos".