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Paul Thin se reinicia con 'Reboot': "Digo cosas nuevas, pero mi forma de escribir es vintage"

  • El segundo clasificado de Operación Triunfo 2023 presenta en Podría ser peor su primer disco, Reboot
  • A través de una mezcla de géneros y de experimentación narrativa y sonora, el granadino crea una obra muy personal

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Paul Thin lanza su primer disco 'Reboot', en el que mezcla géneros y experimentación narrativa y sonora.

Primero fue Pablo Suárez Delgado (Armilla, 2002), luego Paul y ahora Paul Thin. Pero no ha sido solo un nombre ni un único artista el que ha pulsado el botón de reinicio, han sido los tres a la vez. Porque el cantante granadino de 22 años no ha "reseteado" para empezar de cero, sino para transformarse. Y Reboot, su primer disco, no borra su pasado, lo reprograma. Todos los Pablos se encuentran en este álbum. Se reconfiguran.

"Veo la música como un medio más para contar historias", explica en los micrófonos del programa Podría ser peor de RNE. Por eso, cuando el segundo clasificado de Operación Triunfo 2023 vio la oportunidad de trabajar con ella, no la dejó pasar. Al contrario, la convirtió en su lienzo. "Vengo de estudiar guion y narrativa transmedia, y ahora que tengo un medio tan introspectivo para contar historias en primera persona como es la música, lo aprovecho para jugar. No solo en lo musical, sino también para venirnos arriba con todo lo que tenemos", confiesa.

Podría ser peor - Paul Thin: "Tengo una forma añeja de escribir"

Dicho y hecho. Ya lo dejó claro en noviembre con su primer EP, Spawnpoint (2024): su estilo no tiene límites. Versiones propias de "Me quedaré" de Estopa y "Punto de partida" de Rocío Jurado, en las que fusionaba la electrónica, la rumba y lo clásico eran la advertencia. Y ahora, Reboot ha sido la confirmación. La música de Paul Thin no se cierra puertas. Ni ventanas.

Catorce canciones en total, cero colaboraciones y un sonido que desafía cualquier etiqueta. Este álbum no solo se escucha, se experimenta. Reboot es un disco, hay música, pero al mismo tiempo se disfruta como si fuera cine. O una ficción sonora. "Hay varios temas, como "Informe médico", "Ética" y "No hay", que son casi ficciones sonoras. Son interludios que te van moviendo por la trama", reconoce el granadino.

Tanto se mueve, y consigue remover, que hasta se puede hablar de viaje sonoro. También de libro. Porque es posible incluso leer Reboot. "Cada canción tiene un mensaje. Es un álbum para escuchar y analizar ya que tiene detalles en la producción y en la letra. Hay metáforas a las que darle una doble forma de pensar", advierte Paul Thin.

Con metáforas es más fácil llegar. "Me gusta tratar temas complicados desde el punto de vista del amor romántico. Es una forma de que la gente se sienta identificada sin hablar directamente de fama, como hacía en "Lola", o de fe, como hago en "Descanso"", explica.

Por eso, Reboot es una obra de obras. Se escucha, se ve, se lee, se imagina y, sobre todo, se siente. No se limita a un único tema. Ni mucho menos a etiquetas, categorías o géneros cerrados. Cada canción es una escena, construida con una paleta de sonidos que viaja del trap al pop, de la rumba al jazz y del synthwave ochentero al flamenco. Un poco de todo. Y todo de calidad.

Diversidad de géneros musicales e influencias

"De pequeño escuchaba muchísimo pop en español. Por eso, en las melodías se nota ese deje del pop flamenco y la rumba más cercana a Melendi y Estopa", cuenta.

Aunque no es lo único que se le ha pegado. También hay influencias de los compases de José Mercé y los versos de Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat. "En mi casa siempre sonaban, y se me ha quedado esa forma de componer más antigua, con metáforas. Tengo una forma de escribir bastante añeja. Digo muchas cosas muy nuevas, pero mi forma de escribirlo es bastante vintage".

El talento se contagia, y cuando eso sucede, la mejor "medicina" es soltarlo y compartirlo para encontrar un "fármaco" único y personalizado. "En la adolescencia me fui más a lo anglo, y hace cuatro años me mudé a la música urbana", recuerda el granadino. "Estaba malo de la garganta, sin poder cantar, y atravesando una crisis de identidad súper fuerte". Todo le gustaba, pero nada le llenaba.

"El flamenco y la rumba eran mi raíz, pero no las sentía del todo mías. No era donde más cómodo estaba, y con el pop me pasaba lo mismo. Pero, de repente, el hip hop me encontró. Llegó en el momento justo. El rap me enseñó que se puede contar la música de otra manera, que se pueden coger elementos que igual no tendrían que estar ahí, pero que terminan estando. Con el rap encontré mi camino artístico", subraya Paul Thin.

Sin embargo, incluso con el rumbo claro, las dudas no desaparecen. "Más que síndrome del impostor, lo que tenía era miedo a que las cosas fuesen bien", admite. "Cuando llegas a un punto que se puede entender como éxito, el miedo ya no es al fracaso, sino a mantenerte. Es esa sensación de 'ahora que estoy aquí, ¿qué va a pasar? Ya que me ha ido bien, no puedo fracasar'".

Por suerte, ese temor lejos de frenarle, le empujó. Si Spawnpoint –término que en el mundo del videojuego significa "punto de partida"– fue el prólogo y Reboot, el primer capítulo de su trayectoria artística, el siguiente paso solo puede ser una evolución aún mayor. Un nuevo nivel en el juego. ¿Hasta dónde llegará Paul Thin? Solo queda escuchar, analizar y, como él mismo sugiere, "buscarle las patas al burro".