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¿Cómo ha cambiado el cine su mirada al homoerotismo?

  • "El deseo homoerótico en el cine se basa en gran manera en la mirada"
  • Alberto Mira presenta 'Entre la cámara y la carne. El cine homoerótico en 25 películas'
Deseo homoerótico
Jorge González
Jorge González

El cine siempre ha tenido la función de entretener aunque de alguna manera también educa. Nos hace diferenciar el bien del mal. Nos hace aprender y nos descubre muchos mundos. El homoerotismo ha estado presente en el cine desde hace muchas décadas pero, ¿cómo ha evolucionado? ¿Cómo nos ha cambiado la perspectiva?

En Wisteria Lane, Paco Tomás charla con Alberto Mira, que le ha dedicado su último ensayo a la historia del homoerotismo en el séptimo arte. Su obra lleva el nombre de Entre la cámara y la carne. El cine homoerótico en 25 películas.

¿Qué mirada tiene el cine actual del homoerotismo? Los desnudos, ya sean en hombres o mujeres, son algo que ha estado presente en el cine durante su historia. Si bien es cierto que estos han variado con el paso del tiempo haciéndolos más evidentes y mostrando más "carne" que, por ejemplo, a mediados del siglo XX.

"Se ha convertido en algo muy cotidiano, se ha convertido en algo que nos rodea. Y yo creo que el deseo, como comentas, tenía algo que ver con mirar a escondidas, mirar por el ojo de la cerradura, saber que no podías pero tratar de alcanzar aquello. Yo creo que hay configuraciones que son muy distintas y que el hecho de Instagram, el hecho de que en las series ahora si no ves un culo echas de menos algo. Me parece que sí, que está cambiando cómo vemos las cosas y evidentemente para la gente joven muchas cosas que comento le tiene que sonar muy raras, porque no tienen la misma relación de ansiedad y pecado frente al deseo", comenta Alberto sobre los desnudos masculinos en el cine y cómo han evolucionado con el paso del tiempo y el cambio de costumbres.

Es difícil traducir esto con vistas a futuro. ¿Qué repercusiones tendrá esto en el cine moderno? Alberto Mira habla de que él disfruta menos los desnudos de hoy en día que los que ve en películas del siglo pasado. Mira nos cuenta: "yo aprecio mucho menos los desnudos de Matt Bomer en Fellow Travelers de lo que aprecio un instante, un primer plano de Alain Delon en A pleno sol"

Lo cierto es que es complicado saber como afectará y compararlo, tampoco sería justo ni para unos ni para otros. Vivimos en un paradigma completamente distinto, la represión no es ni mucho menos la que había en los años 70, por ejemplo. El escritor nos habla de que superar esa represión "nos hizo más adultos, con heridas pero más adultos".

Las miradas del ayer y del hoy

Paco Tomás comenta: "El deseo homoerótico en el cine se basa en gran manera en la mirada. Pero es curioso que muchas de esas miradas no pasarían el filtro hoy". Es curioso y fascinante lo mucho que puede transmitir una mirada pero el motivo por el que la historia del cine y la homosexualidad ha seguido ese curso no es tan bonito como suena. Alberto lo describe muy bien: "son miradas que pertenecen mucho a un momento pre-gay y también pre-siglo XXI, en que el campo estaba definido de otra manera. La película está hecha para que pase desapercibida para cierto tipo de público que podía denunciarla, prohibirla, etcétera. La película está hecha para que funcione con ese público pero evidentemente los que estábamos un poco por debajo de este tipo de comprensión, veíamos o podíamos llegar a ver otras cosas".

Otro tema importante de destacar es como se enfoca el cuerpo obrero en la sexualidad del cine, sobre todo en el siglo XX. Un ejemplo que ponen durante la charla es la película Navajeros, de Eloy de la Iglesia. El debate se cierne sobre el uso que se le da en el filme al cuerpo de José Luis Manzano, que interpretaba a "El Jaro" y que protagonizó la película a una temprana edad. "Eloy de la Iglesia, excelente director, importantísimo históricamente, importante como artefacto histórico. Pero él nos da para mucha conversación. El deseo homosexual durante la era del armario se configuraba muchas veces, como lo que acabas de decir, el deseo por el cuerpo obrero. ¿Hasta qué punto había aquí abusos? ¿Hasta qué punto había aquí temas éticos? Yo creo que esto no nos conviene decirlo, porque queremos decir que estamos oprimidos y ya está. Pero no estábamos oprimidos y ya está. Éramos también, a nuestra manera, opresores", sentencia Alberto sobre cómo se usaron los cuerpos de obreros o quinquis en el cine.

Eloy de la Iglesia, Antonio Flores, Rosario Flores y José Luis Manzano durante el rodaje de 'Colegas'.

Eloy de la Iglesia, Antonio Flores, Rosario Flores y José Luis Manzano durante el rodaje de 'Colegas'.

Igual que hay una mirada proletaria, la hay fascista pero también de otras ideologías. La respuesta la podemos encontrar en los cimientos que comparten estas ideologías. Todas estas formas de pensar tenían un punto común en "el ideal" y en esa búsqueda hasta encontrarlo. Por lo tanto, no se puede encasillar esta conducta dentro de ideologías de izquierdas ni de derechas porque todas, en algún momento, lo han utilizado. "Yo creo que ambos utilizan el hecho de que somos seres deseantes y de que en realidad todos aspiramos a un ideal. Cuando los pósteres soviéticos también muestran a trabajadores musculosos. Nunca te muestran a trabajadores gordos, nunca te muestran a trabajadores bajitos. Son siempre espaldas anchas y mandíbulas cuadradas. Y esto, tanto entre los proletarios como entre los fascistas, es el mismo tipo de imaginería", narra Alberto Mira.

El deseo no correspondido

A nadie le sorprende la represión que han sufrido las personas homosexuales a lo largo de la historia y esto, se puede extrapolar al cine, deporte...

Los 50, fueron años en lo que el cine no representaba a estas personas. Su deseo como hombres homosexuales era clandestino, se deseaba a escondidas. ¿Qué pasaba con ese deseo? Que se disfrazaba de "no correspondido".

Alberto Mira nos trae una idea: "el personaje de la solterona se convirtió realmente en uno de los clichés del teatro escrito por homosexuales en Estados Unidos. El cliché de la solterona que tiene un amor no correspondido. Por eso a muchos homosexuales, también en España, películas como La Tía Tula, les llegan mucho porque son la situación de una mujer que desea pero no es deseada", y es que esta situación se ve reflejada en la que sentían los homosexuales al verse obligados a vivir su sexualidad a escondidas.

Para concluir, debemos tener claro de dónde venimos y más, a dónde vamos. El cine es un vehículo espectacular de ideas, pero debemos saber cómo usar una herramienta tan potente. La película Te estoy amando locamente nos deja una frase que resume bien todo esto. "Las cosas están cambiando, pero todavía no han cambiado".