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La neurocientífica Nazareth Castellanos y el médico Gonzalo Guerra explican cómo afecta la microbiota digestiva a nuestra salud mental

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¿Por qué estamos más deprimidos en otoño? Relación entre microbiota digestiva y salud mental

¿Por qué estamos más deprimidos en otoño? En 'Saber Vivir' la neurocientífica Nazareth Castellanos y el médico especialista en digestivo, Gonzalo Guerra, explican como el cambio de estación influye en el estado de ánimo, pero mucho más puede llegar a afectar el estilo de vida, el sueño, y la alimentación.

El especialista en medicina digestiva Gonzalo Guerra y la neurocientífica Nazareth Castellanos junto a la presentadora de Saber Vivir, Paula Sainz - Pardo

El doctor Gonzalo Guerra y la neurocientífica Nazareth Castellanos junto a la presentadora de Saber Vivir, Paula Sainz - Pardo RTVE

¿Es normal sentirse más triste o deprimido en otoño?

Decir otoño equivale para muchas personas sentirse tristes y deprimidas. En otoño hay menos luz solar, menos serotonina, menos vitamina D y por lo tanto baja el estado de ánimo. "Una de las causas de ese decaimiento es la reducción de la vitamina D, que está muy relacionada con el sistema nervioso. Al caer esa vitamina D influyen esas estructuras neuronales, que nos hacen tener un ánimo un poco más alto. Entonces es normal que sintamos mucho más cansancio, dolor muscular. La síntesis de la vitamina D, está muy relacionada con esa alegría", explica Nazareth Castellanos.

Además, como añade el doctor Gonzalo Guerra, la mayor parte de la serotonina se sintetiza en la mucosa del intestino, y todo eso repercute en el cerebro: "Una baja en los niveles va a producir pues que te funcione peor el intestino, o problemas de estreñimiento, o al contrario, de diarrea, de hinchazón. Todo eso repercute también en tu estado de ánimo. Por lo tanto, ese eje entre el cerebro y el aparato digestivo se altera en otoño también".

El doctor especializado en salud digestiva Gonzalo Guerra

El doctor especializado en salud digestiva Gonzalo Guerra RTVE

El doctor Guerra explica también que el propio aparato digestivo tiene un cerebro autónomo, el sistema nervioso entérico, que "regula todos nuestros reflejos digestivos, el tránsito intestinal, la sensación de hambre o saciedad, y que está relacionado también de manera directa con el sistema nervioso central.  Por eso, cuando tenemos una situación de más estrés ansiedad o miedo nos producirá ese dolor de tripa o esa diarrea".

Microbiota y fibra: cómo afectan a la salud mental

A mayor salud en nuestra microbiota, mayor salud en nuestro sistema digestivo y mejor estado de ánimo. La microbiota son las bacterias que habitan en el intestino, y según cómo las alimentemos, habrá poblaciones de bacterias que nos harán tener estados anímicos más difíciles que otros. Por eso hay que cuidar lo que comemos y el ejercicio que hacemos, porque nuestro estilo de vida influye en el intestino y por tanto en el cerebro

Cada persona tiene una microbiota basal diferente,  que se alterara con los cambios de estación o de dieta. "Cada vez estamos utilizando más esos complementos, esos probióticos, que son basados en bacterias parecidas a las que encontramos naturalmente en el yogur o en el kéfir, para estabilizar esa población de bacterias que tenemos en el intestino. Por lo tanto, a mayor salud de nuestra microbiota, mayor salud de nuestro aparato digestivo y secundariamente, un mejor estado de ánimo", añade el doctor Guerra.

La neurocientífica Nazareth Castellanos en el programa Saber Vivir

La neurocientífica Nazareth Castellanos en el programa Saber Vivir RTVE

El ejercicio influye en la microbiota y a su vez en el estado anímico

Las personas que no se mueven tienen una microbiota menos diversa y menos rica, eso se traduce en un peor estado anímico. "Hacer ejercicio es también una forma de cuidar nuestro estómago, nuestro intestino", afirma la neurocientífica Nazareth Castellanos. Al añadir el ejercicio físico a nuestra vida, mejorará la motilidad del intestino y hará que trastornos como el estreñimiento sea menos frecuentes.

"Me gusta mucho decir que eso de que quien mueve las piernas, mueve el corazón. También es aplicable a quien mueve las piernas, mueve el intestino", concluye Gonzalo Guerra.