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¿Merece la pena el cambio de hora? Así afecta a nuestra salud

  • Este fin de semana los relojes se retrasarán una hora, de las 03:00 a las 02:00, en la madrugada del 31 de octubre
  • Según los expertos, la alteración del huso horario influye gravemente en nuestra salud y no tiene sentido

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Una mujer alcanza desde la cama el reloj despertador
Cambiar la hora puede alterar uno de los pilares de nuestra salud, el sueño

En la madrugada de este 31 de octubre los relojes se retrasarán una hora, de las 03:00 a las 02:00. Esta costumbre se instauró oficialmente en la Unión Europea en 2001, pero la idea se remonta a hace casi dos siglos y medio, cuando Benjamin Franklin propuso medidas para el ahorro energético. Ese es el principal motivo por el que los europeos continúan cambiando la hora dos veces al año, en marzo y en octubre. Sin embargo, son muchos los expertos que han advertido de que la alteración de los husos horarios conlleva efectos perjudiciales. Pero, ¿cuáles son estas consecuencias? ¿Merece la pena continuar cambiando la hora?

De acuerdo con la Sociedad Española del Sueño (SES), cualquier alteración horaria implica un periodo de adaptación y este es el motivo por el que se eligió hacer la transición de madrugada. No obstante, este intento de minimizar sus consecuencias no es del todo efectivo. "El cambio de horario, aunque solo sea de una hora, altera el tiempo de exposición al sol y desequilibra al reloj interno, que tarda varios días en reajustarse", explica la organización en un comunicado.

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La importancia de la luz para nuestra salud

El cerebro tiene un pequeño grupo de células que componen el reloj biológico, que, a su vez, está programado para que durmamos de noche y estemos despiertos durante el día. Pero, como ha apuntado el doctor Eduard Estivill a RTVE.es, "hay otros ritmos circadianos que nos afectan, por ejemplo, la luz y la oscuridad". Así, la luz tiene una gran importancia en la instauración de un ritmo sueño-vigilia ordenado, por lo que cambiar la hora puede alterar uno de los pilares fundamentales de nuestra salud, el sueño.

"Cuando cambia la hora, el móvil se tiene que sincronizar, lo mismo sucede con nuestro organismo: se tiene que sincronizar y ajustar su reloj biológico a ese nuevo reloj ambiental", explica a RTVE.es la divulgadora y autora del libro Aprende a descansar (2021), Jana Fernández. Un reloj ambiental en el que la luz juega un papel fundamental.

Un sueño insuficiente, desorganizado y de mala calidad

"Tanto la oscuridad por la mañana como la luminosidad por la noche retrasan el reloj interno produciendo un desajuste", advierte por su parte la Sociedad Española del Sueño (SES). Según la organización, estos cambios provocan "un sueño insuficiente, desorganizado y de mala calidad" que puede favorecer la aparición de enfermedades como el cáncer, el Alzheimer y la hipertensión arterial, pero también "la obesidad, diabetes, infarto de corazón, el ictus, la depresión y la ansiedad".

Asimismo y de acuerdo con la SES, alterar el huso horario provoca que se tienda a dormir menos tiempo los días laborables y a dormir más los festivos, una situación que puede favorecer un bajo rendimiento laboral y escolar.

Hambre, cansancio y cambios de humor

¿Importa realmente dormir una hora más o una hora menos? Para el doctor Estivill, sí: "La alteración de los horarios siempre nos afecta, aunque sean cambios cortos como los que suceden dos veces al año". Así, tras la madrugada de este 31 de octubre tendremos hambre antes, también lo notaremos en el cansancio e incluso podremos experimentar leves cambios de humor, como apunta la divulgadora Fernández.

Por cada huso horario que cambiamos necesitaremos un día

"No es infrecuente que los primeros días después del cambio de hora algunas personas refieran irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e insomnio", advierte la SES. Sin embargo, según el doctor Estivill, en general la adaptación no debería ser muy larga. "Se considera que por cada huso horario que cambiamos necesitaremos un día" y eso significa que muchos adultos sin patologías previas no experimentarán graves consecuencias.

Asimismo, el experto en medicina del sueño reconoce que los cambios nos alteran más cuando "son de mayor número". "Por ejemplo, si viajamos a Nueva York añadimos seis horas y hacemos un día de 30 horas", algo que puede resultar en el conocido jet lag. Además, no afecta únicamente a las personas, sino también a los animales domésticos que se rigen por nuestro horario. Por ejemplo, "las vacas están acostumbradas o a producir su lecho en un horario determinado, por lo que también alteraremos su ritmo biológico", señala a RTVE.es Estivill.

Los niños y las personas mayores son más sensibles

Según Fernández, el ritmo circadiano, es decir, las oscilaciones de las variables biológicas en un ciclo de aproximadamente 24 horas, es menos flexible en niños y personas mayores. "Imaginaos un niño que toma el pecho a una hora determinada o come a una hora determinada en la guardería", aporta por su parte Estivill. También las personas que padecen insomnio o las mujeres menopáusicas, "por las secreciones hormonales" son grupos susceptibles a los cambios de hora.

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No obstante, en general las alteraciones en el reloj biológico afectan de manera diferente a cada individuo. "Hay personas que prácticamente no notan este cambio y otras que sí y a las que les cuesta casi una semana o diez días ajustar de nuevo sus relojes", explica la escritora y divulgadora.

El horario de invierno es el más beneficioso

El que vamos a experimentar ahora hacia el horario de invierno es, de acuerdo con Fernández, el menos perjudicial de los dos que realizamos anualmente, porque "al atrasar la hora ajustamos el reloj biológico al reloj ambiental de la luz natural". De hecho, la SES señala también que este es el más conveniente, pues conlleva "promover una mayor exposición a la luz natural cuando la mayoría de las personas están trabajando o aprendiendo en la escuela", en contraposición a lo que sucede con el de verano.

El horario de invierno facilita tener más horas de sueño y un despertar más natural que coincide con el amanecer, promoviendo "un ritmo biológico más estable". Según la Sociedad Española del Sueño, si hubiese un horario de verano permanente, "en los meses de invierno habría falta de luz por la mañana y en los de verano un exceso de luz por la noche". Esta situación supondría que, en algunas ciudades españolas, el amanecer no se produjese antes de la 09:30 horas y que el anochecer llegase alrededor de las 22:00 horas.

Implicaría un adelanto de todos nuestros horarios sociales

Son muchos los expertos en cronobiología que, ante el debate de mantener o no los cambios horarios y decidir en qué huso permanente debería estar España, han opinado a favor de conservar el de invierno. Algo que, según Fernández, "implicaría un adelanto de todos nuestros horarios sociales". En España somos de horarios tardíos: nos gusta cenar tarde y acostarnos tarde. Pero, "por mucho que nos pueda agradar, va en contra de nuestro reloj biológico" porque su principal sincronizador es la luz natural.

De acuerdo con el doctor Estivill, debido a esta circunstancia en España "rendimos peor" y "vamos más retrasados". Por eso "tenemos que procurar que nuestra actividad se produzca durante las horas que hay luz y que nuestro reposo y descanso se produzca durante las horas de oscuridad", apunta Fernández.

"El cambio de horario ya no tiene sentido"

Para Fernández, "el cambio de horario ya no tiene sentido". "Era puramente práctico para aprovechar más horas de luz al día y así proporcionar un ahorro energético, pero ahora mismo ya no es necesario porque el uso de la luz artificial está extendido a lo largo del día, y, además, tenemos turnos de trabajo incluso durante la noche", explica a RTVE.es. Una opinión que comparten los expertos consultados.

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Por su parte, el doctor Estivill se muestra totalmente en contra de continuar con los cambios de horario y apuesta por recuperar el del meridiano de Greenwich: "En la época de Franco adaptamos el horario de los alemanes y esto también nos distorsiona. El horario ideal sería en el que vamos a entrar ahora". Así, si nuestros horarios se pareciesen más a los del resto de Europa, "tendríamos la sensación de poder descansar más, de dormir más durante la noche y de rendir mejor durante el día".

De acuerdo con la portavoz de la Barcelona Time Use Initiative for a Healthy Society, Marta Junqué, actualmente somos "uno de los países de la Unión Europea que dormimos menos horas y peor". Cambiar el horario a, por ejemplo, el que tienen Canarias y Portugal, lograría que comiésemos y cenásemos más temprano, mejorando "la calidad del descanso". Por eso "queremos suprimir el cambio de hora".