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Literatura

Salamanca es el escenario del nuevo thriller de Bernard Minier

  • En Lucía (Salamandra), Bernard Minier presenta a un nuevo personaje: la joven teniente Lucía Guerrero
  • Un catedrático de Criminología la acompaña en la búsqueda de un misterioso asesino en serie escondido durante décadas
  • La obra de Bernard Minier (Béziers, 1960) se ha traducido a veintisiete idiomas, con más de cinco millones de ejemplares vendidos

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Bernard Minier elige Salamanca como protagonista de su nuevo thriller, "Lucía"

Bernard Minier puede afirmar que ha protagonizado él mismo una vida muy literaria, dividida en dos. La primera parte tiene lugar hasta más o menos sus cuarenta años. Hasta entonces había sido funcionario de aduanas, y dedicaba su tiempo libre a leer. Participaba de forma esporádica en concursos literarios, para ver la respuesta a su escritura. En 2011 tuvo su primera novela lista: Bajo el hielo (Roca Editorial). Le siguieron, con gran éxito, El círculo, No apagues la luz, Noche, Hermanas. Su personaje fetiche, Martin Servaz, fue leído en veintisiete idiomas. En Lucía (Salamandra), su thriller más reciente, nos presenta a una nueva protagonista.

Otoño del 2019, Salamanca. Dos hechos se entrecruzan. Por un lado, seis brillantes estudiantes universitarios son tutelados por el catedrático de Criminología Salomón Borges. Están utilizando por primera vez un potente programa informático que permite cotejar datos de los diversos cuerpos policiales. El proceso arroja un perfil: un homicida que ha permanecido escondido durante tres décadas, un asesino en serie cuyo modus operandi consiste en escenificar composiciones renacentistas encolando los cuerpos de sus víctimas. Al mismo tiempo, en una oficina de policía de otra ciudad, Minier nos presenta una nueva protagonista: la joven teniente Lucía Guerrero, miembro de la elitista Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. Acaba de descubrir a su compañero crucificado en una colina de las afueras de Madrid. Este crimen insólito la llevará a conocer a Salomón Borges, y a recorrer con él la geografía española, desde las calles de Salamanca hasta Segovia y el Pirineo de Huesca.

«La lluvia no amainaba. Caía oblicua, copiosa, pertinaz. Lucía tiritaba. Le costaba respirar. Debería sentirse acalorada después de la subida, pero estaba congelada. El frío le calaba los huesos, le helaba la sangre. (...) Lo que había colgado a varios metros del suelo no era una estatua sino un hombre. Alguien a quien ella conocía. Su colega, su amigo, su compañero de equipo: el sargento Sergio Castillo Moreira. (...) Suspendido entre el cielo y la tierra, el cuerpo parecía levitar por encima de la colina. Sabía que resultaba físicamente imposible, pero eso era lo que veía: un cuerpo desnudo que se sostenía en el aire.»

Página Dos se cita con Minier en Salamanca. «Una novela es una mentira que cuenta la verdad.» En Lucía, el autor mezcla la erudición, la extravagancia, el humor, las referencias musicales y artísticas (es un estudioso de la pintura primitiva flamenca: Van Eyck, Campin, Bruegel, El Bosco). Decidió ambientar la historia en Salamanca porque le pareció «como un museo al aire libre, un lugar que se mueve entre un pasado noble y un presente frenético.»