Enlaces accesibilidad

Santiago Auserón: "Las élites solo se preocupan del negocio y de generar dinero rápido"

  • El cantante cree que es hora de que las clases trabajadoras se alíen para la preservación de la cultura
  • Ha presentado el proyecto Vagamundo que vuelve el 10 de junio con un concierto en el Auditorio Nacional
Santiago Auserón
CARLOS RIPOLLÉS

Santiago Auserón siente que es “un privilegio” que la Universidad Autónoma de Madrid haya contado con él para el 50º Ciclo de Grandes Autores e Intérpretes de la Música. Un concierto titulado Vagamundo que tendrá lugar el 10 de junio junto a la Orquesta Reino de Aragón, bajo la dirección de Ricardo Casero y los arreglos de Amparo Edo, en el Auditorio Nacional en Madrid.

Las tardes de RNE - Las canciones de Santiago Auserón en formato sinfónico

En Las tardes de RNE ha reivindicado su concepto de “la cultura popular” que no es elitista, pero que “está dedicada a la gente normal”. Ha explicado que le “gusta considerar que las clases trabajadoras y las clases medias, que conforman lo que hoy llamamos cultura de masas, son los herederos naturales de lo que antes era cultura de las élites”.

Ha lamentado que “muchas veces las élites solo se preocupan del negocio y de generar dinero rápido”. Ha puesto como ejemplo la publicidad de una universidad que dice que en ella “solo se habla de business [negocios]”. “Al parecer, las élites han renunciado a la tradición cultural, a la tradición humanística y a un concepto de la ciencia y de la tecnología compatible con las humanidades, que es como debe ser, y solo se dedican a la tecnología que facilita el business”.

“Si las élites han renunciado a la tradición cultural en favor del negocio, es hora de que las clases trabajadoras y las clases medias y aquellas partes de las élites que tengan mejor formación, que entre todos nos aliemos para la preservación de la cultura más refinada, que debe ser compartida a gran escala”, ha concluído.

El niño que se acerca al mar

Tras estar unos años parado el proyecto Vagamundo, lo ha retomado incluyendo algunos de sus temas más recientes. Le acompaña la Orquesta Reino de Aragón y ha explicado que “los músicos clásicos están acostumbrados a tocar partituras dificilísimas, para ellos tocar estas canciones es un jueguecito”. Ha revelado que cuando él ve “cómo echan un vistazo a los atriles, tocan algo que no conocen en la primera y aquello ya suena; yo siempre me quedo admirado al ver cómo reaccionan con esa rapidez. Son todos maestros de alto nivel y con una formación muy fuerte”.

“Para un músico callejero y autodidacta como yo, que va estudiando conforme se lo exigen las buenas compañías, es siempre una sorpresa y es una ocasión para seguir aprendiendo cosas”, ha destacado Santiago Auseron. “Cantar con una orquesta para mí es muy difícil y para ellos debe ser algo extraño, porque ellos están acostumbrados a compartir la escena con voces de formación clásica que tienen una gran preparación tímbrica” y que “al sumarse tantos músicos es una máquina muy poderosa”.

Tras 10 conciertos con este proyecto, ha contado que sus primeras sensaciones fueron como “las de un niño que se acerca al mar por primera vez. Es como verte delante de algo que tiene una dimensión que te rebasa por todas partes. Pero luego la emoción que transmite estar entre músicos tan precisos y con una sensibilidad exquisita, el estar allí en medio primero te obliga a ponerte las pilas y luego transmite una emoción muy contagiosa”.

Rehacer canciones

El hecho de arreglar sus canciones para orquesta y tenerlas que interpretar en directo es “cómo rehacer mis canciones” y “no solo es la ocasión del aprendizaje de técnicas musicales y de técnica de canto, sino también de un aprendizaje perceptivo, es decir, de tomar parte en una situación musical, habitar un espacio sonoro que de pronto adquiere una grandeza y una riqueza de matices sorprendente”.

También ha reconocido que la aparente “sencillez” de las canciones, “requiere cierta práctica”. Sus amigos jazzeros le decían, cuando grababan con él en el estudio: “esto del rock and roll parece fácil, pero luego sostener el pulso, mantener la intensidad, darle a cada nota a su espacio, su relación con el silencio, su tamaño, su matiz expresivo, tampoco es tan sencillo, es decir, las músicas populares requieren una especie de aprendizaje intuitivo que también es cultura”.