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El punto débil de Chiquito de la Calzada: la historia de amor con su esposa

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El punto débil de Chiquito de la Calzada
El punto débil de Chiquito de la Calzada

Gracias al documental 'Chiquito, el cantaor de atrás', ya disponible en RTVE Play, podemos conocer en profundidad la vida del humorista que más risas nos ha dado. Chiquito de la Calzada creó un lenguaje y un mundo completo que nadie termina de comprender y quizás por eso funciona tan bien. Muchos de sus amigos y compañeros de profesión nos han querido hablar de este genio del humor en el documental y nos han contado cuál era el punto débil del genio: su mujer, Pepita.

Llegó a rechazar trabajos por estar con ella

Él siempre dijo que era su mejor amiga y que eran inseparables, pero nos lo confirma también su sobrina Loli, "eran uno para el otro, yo creo que nacieron para estar juntos". "Su Pepita" como él la llamaba cariñosamente, era la persona que le daba la estabilidad y la fuerza en cada actuación, y en la vida en general. Fue ella quien le animó a perseguir sus sueños, a buscar el éxito y salir en cada actuación. "Échale valor", le decía Pepita a Chiquito, y él se echaba el mundo a la espalda y se enfrentaba a todo.

La vio un día entre el público en el circo de Manolita Chen, la vio sentada en primera fila y enseguida se fijó en ella. Una rubia con ojos azules que le robó el corazón y que según él mismo, «cuando la vio sintió eso de... "Hasta luego, Lucas"». Según Luis Larrodera, un viejo amigo del humorista, ese día en cuanto acabó la actuación se acercó a ella y le echó un piropo muy galante: "No se puede ser más guapa”, le dijo.

Desde ese día fueron inseparables, Pepita era el bastón en el que Chiquito se apoyaba. "Se respiraba un cariño, una confianza entre ellos…", dice Naím Thomas, que también trabajó con Chiquito. El cantante y actor cuenta en el documental que al principio del rodaje, Chiquito se sentía más inseguro, y por eso cada vez que cortaban, Chiquito le preguntaba en susurros a su Pepi: "Pepi, ¿cómo lo he hecho?".

Pepita siempre le acompañaba a los rodajes que podía y fue en uno de esos en los que se demostró la devoción que sentía por ella. Nos cuenta la anécdota Luis Larrodera, "en una de las películas que rodó Chiquito, estaban rodando una de las escenas y al fondo se vio una persona que se metió en claro, entonces el director cortó visiblemente enfadado". El director al aparecer comenzó a gritar quejándose de la presencia de "esa" mujer y resultó que no era otra que Pepita, cuando Chiquito vio que era su mujer quie había enfadado al director, «se acercó a él, educado como siempre ha sido Chiquito y le dijo: “A mí, a mí me diga lo que me tenga que decir, pero a mi Pepita me la respeta"». Estaban tan unidos que Chiquito incluso llegó a rechazar alguna actuación solo para estar más cerca de Pepita.

Un sueño truncado

Su sueño era tener hijos, pero desafortunadamente no pudieron verlo hecho realidad. "Pepita y Chiquito querían ser padres, lo han dicho siempre y lo decían además con pena, porque en el intento Pepita sufrió hasta tres abortos", cuenta Luis Larrodera. No tuvieron hijos, pero al final eso les sirvió para unirse mucho más. Adoraban a los niños y habría sido maravilloso tener al menos uno, pero en vez de eso tuvieron una sobrina, Loli, que acabó siendo casi como una hija, "nos veíamos una vez a la semana, mi tío nos contaba chistes siempre y mi padre se meaba de risa con él", fueron una familia muy unida a pesar de todo.

Nunca superó la pérdida de Pepita

Pepita murió en 2012, una tarde que volvían de comer fuera le dio un infarto y eso hizo que estuviese una semana con su vida pendiendo de hilo hasta que finalmente falleció. En ese momento Chiquito se queda perdido, por primera vez en muchos años no encuentra el rumbo que debe seguir, Pepita era su faro y sin ella no tenía sentido la vida. "Cambió muchísimo a raíz de perder a Pepita porque Chiquito quizás seguía latente muchas veces, pero Gregorio, la persona detrás del personaje se estaba apagando", dice su amigo Eduardo.

Desde ese momento no volvió a entrar en su dormitorio, puso una cama fuera y durmió en el salón, pero solo con pensar en entrar ya se ponía triste. Llegó incluso a pagar las mensualidades del móvil, un móvil que ya no usaba, solo porque "tenía una foto de Pepita en la que que decía que salía guapísima". "Ya no tenía ilusión. Se cerraba en Málaga y ahí pues no lo sé, era muy difícil hacerle salir", cuenta Fernando Esteso.

Su vida cambió por completo, según su sobrina Loli, "no murió, porque nadie muere de pena, pero le dolió muchísimo", al parecer incluso se le olvidaron los chistes. Chiquito ya no era Chiquito, tampoco era Gregorio. Cinco años más tarde, en 2017, Chiquito murióy por fin pudo descansar, los últimos años habían sido un sufrimiento, nunca estuvo solo, pero tampoco era lo mismo sin "su Pepita". Ella era su punto fuerte y también su punto débil.