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'El mago de Oz': el rodaje de los horrores

Noticia Saber y Ganar 
  • El hombre de hojalata tuvo que ser hospitalizado por el maquillaje que usaron
  • La bruja mala del oeste acabó con graves quemaduras por una escena con fuego
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Escena de la película 'El mago de Oz'
Escena de la película 'El mago de Oz'

En ‘Saber y ganar’ hemos recordado ‘El mago de Oz’, una de las primeras películas de cine destinadas al público infantil, considerada una obra maestra de Hollywood que se estrenó en 1939. Con el technicolor recién estrenado, este largometraje consiguió crear un mundo de color e ilusión en el que la magia estaba presente en cada uno de sus planos, y pasó a convertirse en una de las pocas creaciones cinematográficas considerada como Memoria del Mundo de la Unesco.

No obstante, el rodaje de ‘El mago de Oz’ no fue tarea fácil. Nada menos que cinco directores pasaron a hacerse cargo de la historia. Además, hubo intoxicaciones, hospitalizaciones y diversos problemas que convirtieron el rodaje de esta película de fantasía en un proceso lleno de horrores. A continuación, recordamos algunos de ellos.

Dorothy, maltratada

Aunque el papel pudo haber recaído en manos de Shirley Temple, la niña prodigio del Hollywood inicial, finalmente fue Judy Garland quien encarnó a Dorothy, la protagonista del film. Ahora bien, la actriz ya tenía 16 años y para poder aparentar los 12 que requería el papel tuvo que sufrir la presión de un corsé que disimulara sus pechos. Además, le obligaron a llevar una peluca rubia y un maquillaje excesivo que finalmente fue eliminado ya que le daban un aspecto demasiado agrandado. No obstante, si nos fijamos bien, a lo largo de la película su peinado va cambiando constantemente debido a la inconformidad del director.

Judy Garland también sufrió acoso sexual durante la grabación, tal y como se supo años después. Además, su doble y entrenadora personal, Barbara Bobbie Koshay, la espiaba por orden del estudio y tuvo que sufrir las humillaciones de Luis B. Mayer, magnate de la Metro Goldwyn Mayer, quien la llamada “mi pequeña jorobada”, llevándola a sufrir de una gran inseguridad.

Amianto para simular nieve

En una de las escenas de la película se ve como comienzan a caer copos de nieve. Pues bien, para conseguir ese efecto se usó amianto, una sustancia cancerígena que lleva años prohibida en diversos países.  Que se sepa, hasta la fecha ninguno de los actores ha manifestado haber sufrido consecuencias de salud por ello.

El hombre de hojalata, intoxicado

Buddy Ebsen fue el primer actor elegido para dar vida a el Hombre de Hojalata. Pero tras 10 días de rodaje, tuvo que ser sustituido a causa de una intoxicación. Y es que el polvo de aluminio que se usaba para caracterizarlo hizo que reaccionara con una afectación en los pulmones que lo llevó directo al hospital. Tras estar en estado crítico, dejó el proyecto y fue el actor Jack Haley quien se quedó con el papel. Para evitar riesgos, se le aplicó una pasta plateada en su caracterización. No obstante, y para ahorrar costes, se mantuvieron algunas de las canciones que había cantado Ebsen y Haley tan solo interpretó tres.

La bruja del Oeste: quemada y accidentada

Otra de las actrices que sufrió las consecuencias del rodaje de ‘El mago de Oz’ fue Margaret Hamilton, que interpretaba a la bruja mala del Oeste. Durante una de las escenas en las que acaba rodeada de fuego, sufrió quemaduras de gravedad a causa de la grasa usada en su maquillaje y acabó ingresada en el hospital durante seis semanas. Más tarde, la actriz se negó a grabar una escena en la que debía salir volando en su escoba mientras esta echaba humo así que se contrató a una doble. Pues bien, el mecanismo falló y la sustituta sufrió un accidente que le causó graves heridas.

La pierna rota de Totó y otras complicaciones

En la lista de actores heridos hay que sumar a Totó, el inseparable perro de Dorothy, que se rompió una pata cuando lo pisaron de forma accidental. Y por si alguien duda de lo horrible que fue el rodaje, tan solo hay que recordar que los actores tenían que estar a las 4 de la madrugada en los estudios para comenzar su proceso de caracterización. Por lo general, no terminaban hasta las 20 horas y debido a lo grandes que eran sus trajes y lo difícil que les resultaba moverse, tenían que comer con ellos puestos. La dieta se basaba en líquidos ya que no podían ni masticar.

Un infierno, literal

Las temperaturas del estudio podían alcanzar los 40 grados centígrados, algo insufrible para los actores que debían llevar esos trajes tan pesados durante jornadas de más de 12 horas. Por poner un ejemplo,  el actor que daba vida al león cobarde, Bert Lahr, sufrió lo indecible por culpa de su traje que estaba hecho con piel de león real y que pesaba 40 kilos. A causa de lo que llegaba a sudar, cada noche tenía que ser lavado. Sin embargo, no se conseguía eliminar el olor que desprendía y sus compañeros de rodaje aseguraban que era insoportable.