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Los seis años de Mavi Doñate en Pekín, de las pruebas médicas al fax

  • Ha presentado el libro Bajo la mirada del dragón despierto, donde relata su estancia en China
  • A los pocos días de llegar al país asiático fue consciente del control social, tuvo que realizarse un examen médico
Mavi Doñate, periodista de TVE
RTVE.es

Wuhan creo que era una de las ciudades chinas de las que no habíamos oído hablar nunca. Cuando hablamos de China, obviamente PekínShangháiHong KongXi'an por aquello de los guerreros, pero Wuhan esa ciudad de 11 millones de habitantes en el centro capital de Hubei, otra provincia que tampoco desde fuera se controla mucho. No teníamos mucha idea. Conforme pasaban los meses pues todos teníamos ese nombre ya muy grabado”, ha señalado la periodista Mavi Doñate que durante seis años fue corresponsal para Televisión Española en Asia-Pacífico en Tarde lo que tarde. Actualmente trabaja para TVE desde París .

Tarde lo que tarde - Mavi Doñate recopila sus crónicas desde Asia-Pacífico

La periodista de TVE ha presentado su libro Bajo la mirada del dragón despierto en el programa de Julia Varela. En sus páginas recoge las experiencias personales y profesionales durante los seis años que duró su estancia. Cuenta tanto las vicisitudes de contar noticias, pero también las de la persona que reside.

Las pruebas médicas, el control existe

Cuenta que una persona cuando llega se enfrenta desde un principio a un país y a una ciudad como Pekín tan diferente y tienes que hacer una serie de cosas como “buscar piso, someterse a todos los exámenes médicos que te tienes que hacer, que son que son muy complejos y muy extraños y divertidos, te diría yo. Te llevan a las afueras de Pekín, en una especie de hospital militar en desuso, donde hay varias habitaciones y te van pasando para un análisis de sangre, un examen de vista. Según qué departamento vas es más moderno, más antiguo, tú no te entiendes con ellos porque no hablan en inglés”.

“Con el jetlag todavía", se tuvo someter a estos exámenes médicos. "Empiezas a percibir el control que existe, luego toda la burocracia, todo el papeleo para conseguir el visado, buscar piso, hacerte a la oficina. Cuando llegas a un país para ser corresponsal las primeras semanas no dejan de ser con ese añadido de estrés porque es un cambio de vida”.

País de contrastes

Cuando Mavi Doñate le dijo a su primo Ricardo que se iba de corresponsal a China, este le dijo que Pekín le “iba a encantar, pero lo que tienes que hacer es “viajar al interior, vete a pueblos, vete a provincias, ya verás. Porque es verdad que es un contraste muy grande”. Él es ingeniero y llevaba varios años yendo y viniendo, allí enseñaba prácticas empresariales.

“Cuando llegué a Pekín vi una ciudad tecnificada, llena de rascacielos, moderna, nada que ver con las provincias o con pueblos pequeños. Esa China más de campo, que quizás es la que tenemos en la cabeza todos. También hay que ver esas realidades, que él las vio y me dijo 'ya verás, son fascinantes, duras y difíciles’. Él estaba en sitios a los que no había llegado nunca un extranjero, que yo después lo experimenté. Te ponen bebés para hacerse fotos, te tocan el pelo. Es muy curioso”.

La toma de conciencia

“Hasta ese 23 de enero de 2020 en el que se cierra toda la provincia de Hubei para evitar que nadie entre y salga y con ello expandir el contagio que había y a 11 millones de habitantes de Wuhan se les obliga a meterse en sus casas”, así recuerda la periodista la toma de conciencia con lo que estaba ocurriendo con el Coronavirus. “Además con un confinamiento que a la semana ya fue completamente estricto, es decir, no podían salir a la calle para nada. Nos dimos cuenta, claro, que algo estaba pasando con esto, con todo el desplazamiento del ejército, de los militares de otras provincias, de los sanitarios, esos dos hospitales que se levantaron de la nada en 10 días”.

“Nosotros íbamos a ir y justo ese 23 de enero de la noche a la mañana se anunció que se cerraba. Lo que hicimos fue intentar aproximarnos a la provincia más próxima, que estaba al lado, para un poco palpar y ver esos controles desde la carretera que ya te impedían acceder a la provincia de Hubei”. Este cierre supuso una falta de comida en los supermercados, hasta que se organizó un dispositivo de camiones desde otras provincias.

“Después veíamos en las carreteras esos días que no había ni un coche y solamente íbamos nosotros que estábamos haciendo el reportaje y los camiones que llevaban alimentación de otras provincias, medicinas, en fin, lo que era un poco para para ir subsistiendo todo ese confinamiento que al final duró 76 días”.

Inteligencia artificial y fax

China espera en 2030 alcanzar el objetivo de ser “la primera potencia mundial en inteligencia artificial, tecnología y están en ello. Desde luego yo en 2018 ya noté un cambio abismal. Además ellos te querían demostrar, porque te autorizaban muchos reportajes de inteligencia artificial, reconocimiento facial, robots. Ellos hacen alarde de ello y ahí están. Lo que pasa es que como es un país tan contradictorio”.

Destaca otros aspectos que nos pueden parecer divertidos: “Cuando pides una autorización para ir a hacer un rodaje, te dicen que mandes un fax.  ¿A día de hoy quién manda un fax en Europa, cuando estamos conectados por WhatsApp o por correo electrónico? Es una contradicción y es lo que hace de China un país fascinante y complicado y que es un reto diario”.