Enlaces accesibilidad

La "terapia" teatral de Jon Arias, dejar de pedir perdón por ser hijo de Imanol Arias

  • Padre e hijo se encuentran en las tablas donde interpretan el clásico de Arthur Miller
  • Muerte de un viajante está protagonizado por el progenitor y su hijo
  • Jon Arias ha presentado en Radio Nacional esta versión de la obra de teatro
Tarde lo que tarde - Jon Arias: "'Muerte de un viajante' es el fin de mi terapia"
RTVE.es

Jon Arias explica que es “muy sencillo” interpretar a Biff Loman, el hijo del clásico teatral Muerte de un viajante de Arthur Miller. El actor y músico se encuentra en el escenario con su padre, Imanol Arias, que interpreta a Willy Loman, precisamente el progenitor en la obra. Una experiencia que la define como “interesante”, ha dicho en Tarde lo que tarde.

Con mi padre hay muchas cosas ya creadas. Hay algo de la gestualidad que tenemos muy parecida que con otro actor tendría que haber trabajado fijando tener en la imitación y a lo mejor incluso no hubiéramos llegado a conseguir esa profundidad de calcar estas cosas. Creo que le da una veracidad y una potencia bastante fuerte, pero por lo demás es muy divertido porque nuestra relación es totalmente opuesta a la de ellos. No hemos tenido episodios tan violentos ni de tanta discusión ni confrontación en nuestra vida real”.

El constante fracaso

Sobre este hijo explica que “es un chico que se da de golpe con lo que es la vida”. “Se ha depositado muchísimas expectativas por su apariencia física, su atractivo físico. Su padre le ha estado inoculando unas ideas de que lo único que necesita para triunfar es caer bien, tener contactos, tener buena presencia, generar interés hacia su propia persona y como poniéndose a él, al propio Willy Loman, como ejemplo, cuando en realidad está fracasando en su trabajo”.

“Biff descubre un secreto de su padre que hace que rompan esta relación de admiración y amor perdido que tiene por él y se va de casa. Esa vida que tiene fuera de casa es un constante fracaso, porque este glosario que le han dado para triunfar en la vida no sirve de nada. Sin constancia, sin trabajo y encima tiene muchos problemas de cleptomanía”.

Entre la rabia y la ternura

Considera “un error” llevárselo al terreno “violento” y “emocional”. Señala que Biff lo que intenta es “con toda su torpeza o con todo lo que puede, de alguna manera, hacer un acto de amor hacia su padre, de respeto hacia sí mismo. Está cargado de tantas cosas, hay tanta rabia, pero por otro lado hay tanta ternura en el personaje”.

Describe esta “fragilidad” del personaje para el actor como “muy intenso”, ya que él intenta en la obra, como si de un cuadro se tratase, “pintar con la mayor variedad de colores posible y no quedarte en los dos colores que más resaltan”.

“Todo el mundo que me conocía”

Jon Arias considera que lo lógico para él hubiera sido “estudiar interpretación” cuando terminó el colegio. “Igual que estoy muy orgulloso y adoro a mis padres, se me hacía mucha bola siempre este tema. Desde muy pequeño sentía una gran injusticia, porque todo el mundo que me conocía ya tenía información sobre mí y yo ni información sobre ellos y eso afectaba su juicio sobre mí”.

“Al final era como que eso me pesó mucho y decidí hacer otra cosa e irme a hacer música, conseguir cosas por mí mismo y donde estuviera un poco libre de todo eso. Aunque nunca, porque cada vez que han escrito de mí, sea de música o de cualquier cosa, está el hijo”.

Cuando cumplió los 28 años y decidió parar con la música, tenía “una espina clavada”, lamentaba que se podía perder todo lo relacionado con la interpretación cuando le “encanta y que es vocacional”. “Esto ha sido como el fin de la terapia de dejar de pedir perdón por ser hijo de quien soy, que es como, sí mira puedo trabajar con mi padre y podemos hacer de padre e hijo”.