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Literatura

David Trueba: «Una campaña electoral es un espectáculo, una estrategia de seducción»

Noticia Página Dos

  • Página Dos entrevista al escritor y director de cine madrileño, que acaba de publicar su séptima novela
  • Queridos niños (Anagrama) muestra la trastienda de la política
  • El protagonista de esta sátira de la democracia es Basilio, «un ser sin corazón»

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David Trueba: «Una campaña electoral es un espectáculo, una estrategia de seducción»

David Trueba es lo que el lenguaje popular llamaría un culo de mal asiento. Escribe, dirige, actúa, y justo antes de acomodarse en un formato salta a otro nuevo. Esa viveza quizá se deba a crecer entre siete hermanos; el más conocido de ellos es el director de cine Fernando Trueba, ganador de un Óscar.

Mientras estudiaba Periodismo en la Complutense de Madrid, David empezó a colaborar en cortometrajes. Al terminar ese ciclo completó un curso de guión en el American Film Institute, y allí escribió el borrador de Los peores años de nuestra vida —que en 1994 dirigió Emilio Martínez Lázaro—, donde ya se adivinaban algunos de sus temas preferidos.

Los siguientes años de su profesión dan buena cuenta de lo variado de sus intereses: da el salto a la dirección con La buena vida, idea un videoclip para Albert Pla, dirige teatro, obtiene premios por Soldados de Salamina (la adaptación al cine de la novela de Javier Cercas) y el documental Balseros; es nombrado vicepresidente de la Academia de Cine, firma la miniserie ¿Qué fue de Jorge Sanz?, y al mismo tiempo escribe novelas (Abierto toda la noche, Cuatro amigos, Saber perder…) y artículos en prensa. En 2013 gana siete Goyas por Vivir es fácil con los ojos cerrados.

Cuando se le pregunta por esta fructífera hiperactividad, Trueba da razones prácticas: «Si tienes varios oficios, cuando se te cierra una puerta tienes otras por abrir. Y permite mantener vivo el entusiasmo. Mantener vivo el entusiasmo es uno de los grandes triunfos de la vida. Todo está diseñado para que perdamos la ilusión por las cosas con el paso de los años.»

En Queridos niños (Anagrama) David Trueba nos invita a sumarnos a una caravana electoral. El protagonista es Basilio, que acompaña a Amelia, la candidata a presidenta. La misión del consejero es «cargar de dinamita los discursos, rociar con gasolina dialéctica a sus rivales y prenderle fuego a todo a su paso. En este juego competir es lo de menos, lo único aceptable es ganar.»

Óscar López pregunta a David acerca del desencanto que encarna Basilio: «Sí, tiene un algo de personaje de western, una persona que ha pisado charcos y está sucio moralmente, y que por lo tanto es perfecto para la política contemporánea.»