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Después de su entrevista en 'Sálvame Deluxe'

Paz Padilla vuelve al trabajo tras la pérdida de su marido

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Paz Padilla, arropada por sus amigos y compañeros en su proceso de duelo
Paz Padilla, arropada por sus amigos y compañeros en su proceso de duelo

Paz Padilla vuelve a la rutina después de unos meses que no han dado tregua. En febrero fallecía su madre, Dolores Díaz, y el 18 de julio se despedía de su marido, Juan Vidal, tras la larga evolución de un cáncer terminal. Su suegra, la madre de Juan, la abandonaba tres días después a causa de la misma enfermedad. La presentadora ha tenido que aprender por la fuerza a lidiar con el duelo y con la pérdida, y se ha convertido en un ejemplo de optimismo y resiliencia para millones de españoles en la misma situación al compartir su experiencia llena de dolor, amor y humor en una impresionante entrevista.

"Como me enamoré de mi Antonio no me volveré a enamorar de nadie", afirmaba en una entrevista, pero también se declaraba decidida a ser feliz: se lo debe a la memoria de su gran amor y a todos los que la quieren. Y es que la presentadora ha sido arropada por todos sus amigos y sus compañeros de profesión. Sara Carbonero, Kiko Rivera, Carme Chaparro o Toñi Moreno son algunos de los famosos que se volcaban con ella y le prestaban su apoyo a viva voz. Ahora, la presentadora ha retornado a Sálvame y lo ha hecho con la ovación y el aplauso de sus compañeros.

"La vuelta al trabajo con el apoyo y el cariño de mis compañeros. Gracias por no haberme soltado nunca. Os quiero", escribe hoy, agradecida, bajo un vídeo de la escena emotiva que compartía en su Instagram.

Su gran historia de amor

Para Paz Padilla, cada segundo junto a su marido fue un regalo del destino. Se conocieron cuando eran adolescentes, y se separaron cuando Paz se mudó a Madrid para comenzar su carrera. Pero la vida volvió a juntarlos veinte años después y, durante cuatro gloriosos años, pudieron disfrutar intensamente el uno del otro. Por eso la presentadora se mantiene, ante todo, agradecida, y se enfrenta con buena cara a la parte más difícil de la vida.

Recibieron la noticia de su enfermedad hacía unos meses, y sabían que le quedaba poco tiempo de vida. "Con dos cojones", contaba Paz Padilla en su última entrevista, lo aceptaron y siguieron adelante: en el calor de su hogar, ella le ponía la morfina, lo mecía, le llenaba la habitación de flores, de lavanda, de música.  Le alegró y le acompañó hasta el final de su vida, y estuvo presente para despedirlo y verlo marchar.

Después brindó por la vida de su Antonio con una botella de Moët & Chandon; nunca perdió la sonrisa. Y ahora, tras un pequeño periodo de ajuste y sabiendo que nunca dejará de echarlo de menos, retoma sus labores con la misma fuerza de siempre. "Siempre estaremos fundidos en uno", le escribía. "Espérame que todavía nos queda una tercera oportunidad".

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