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Somos cine | 'A cambio de nada'

Daniel Guzmán: "Miguel Herrán hizo las tres peores pruebas que he visto en mi vida"

  • El actor visita el Instagram de RTVE para hablar de la obra que le valió el Goya al mejor director novel
  • Daniel Guzmán fue el descubridor de Miguel Herrán: "Le vi por la calle y lo supe, me llamó la atención su mirada"
  • Peleó durante diez años para rodar A cambio de nada, una película por y para su abuela

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No le gusta usar la música para manipular, le gusta trabajar con actores desconocidos o no profesionales y cree en los rodajes debería haber haber personas de las tres generaciones: jóvenes, adultas y mayores, para dotar a los trabajos de experiencia y humanidad. Daniel Guzmán, actor y cineasta, ha sido el último en visitar el canal de IGTV de RTVE para hablar de su ópera prima, A cambio de nada, disponible durante la cuarentena en el portal Somos Cine.

Después de Isabel Coixet, Maribel Verdú y Leticia Dolera, le ha tocado el turno de hablar con Elena S. Sánchez de la historia que le valió el Goya a mejor director novel y que logró el Goya a mejor actor revelación para su protagonista, Miguel Herrán, entonces un adolescente con mirada triste al que Guzmán descubrió por la calle.

A cambio de nada cuenta la historia de Darío y Luismi, dos adolescentes unidos por una fuerte amistad que empiezan a fraguar su futuro en los espacios de marginalidad que la sociedad les deja. Guzmán nos cuenta por qué peleó durante diez años para sacar adelante esta película, cuáles son sus mensajes y significados y por qué se aproxima al cine de una forma tan naturalista: "Era una necesidad autobiográfica. Quería hablar sobre la amistad, la necesidad, las rupturas familiares y la relación con la tercera edad", dice.

Daniel Guzmán en la 30 Edición de la Gala de los Goya, el 6 de febrero de 2016

Daniel Guzmán en la 30 Edición de la Gala de los Goya, el 6 de febrero de 2016

Su abuela, musa y motor de la película

Su abuela, entonces ni profesional ni actriz, es otra de las protagonistas de esta biografía para la que siempre fue un requisito imprescindible: "Era mi objetivo personal compartir con ella esta película, vivirla, que le diese tiempo a ella a hacerla y a verla después de su estreno. Lograr eso es lo que más me ha realizado a todos los niveles, es la despedida más maravillosa que he podido vivir", explica.

Además de una pieza clave en su vida, su abuela es el espíritu que anima esta película: "Quería transmitir las vivencias que había tenido con ella. La gente mayor tiene algo muy especial, que es que saben relativizarlo todo. Sólo les preocupa lo importante, la salud; si la salud está, todo está bien. Mi abuela me había educado con mucha empatía y era un ser especial. Quería trabajar con ella porque sabía que iba a transmitir una verdad, aunque no fuese profesional. Al principio todo el mundo dudaba, pero yo sabía que lo que podía dar mi abuela no lo iba a dar nadie".

El actor Daniel Guzmán y su abuela Antonia en la presentación de la película en el Festival de Málaga

El actor Daniel Guzmán y su abuela Antonia en la presentación de la película en el Festival de Málaga

Su tratamiento fílmico de la vejez, que tiene presente delante y detrás de la pantalla, es especialmente valioso en un momento en el que, colectivamente, tenemos que repensar el modo en que nuestra sociedad trata a sus mayores: "Ahora si ya tienes cincuenta y cinco o sesenta ya no trabajas. Yo quiero todo lo contrario. Quiero formar equipo con gente mayor, quiero su visión, quiero la importancia que ellos le dan a las cosas. Me parece fundamental que en los equipos, como en los trabajos, haya gente mayor. Para mi próxima película quiero gente de las tres generaciones".

Precisamente por su falta de formación profesional, trabajar con su abuela fue un regalo: "Estaba todos los días aprendiéndose el texto y se sabía lo suyo y lo de los demás, que es lo que tenemos que hacer los actores. Era como una niña pequeña yendo de nuevo al colegio con muchísima ilusión y echándole al proyecto diez horas al día, no descansaba nunca".

Miguel Herrán, una mirada triste que encontró por la calle

Al buscar que su cine participe en la realidad y que la realidad participe en su cine, Guzmán se ha llevado sorpresas maravillosas. Una de las mejores fue descubrir al actor Miguel Herrán, que interpreta a Darío, su álter ego. Dice que buscar a alguien para encarnar a su versión adolescente no fue fácil, y entorpeció el ya de por sí largo proceso de sacar esta cinta adelante.

"Estuve seis años escribiendo y cuatro buscando la financiación. Hasta que entró Televisión Española ninguna televisión quería entrar y el Ministerio no me concedía la ayuda. La película se me iba cayendo y yo pude ver mil chavales: los buscaba por los barrios, era como buscar una aguja en un pajar. Me estaba buscando a mí, así que no me valía nadie".

Daniel Guzmán y Miguel Herrán en la 30 Edición de la Gala de los Goya

Daniel Guzmán y Miguel Herrán en la 30 Edición de la Gala de los Goya

Y entonces, un día, mientras hacía teatro een uno de los barrios, se cruzó con el joven Herrán: "Le vi pasar con dos amigos y me fijé en la mirada. No me preguntes por qué me fijé en la humanidad, la luz y cierto dolor que me transmitió su mirada. Y le llamé, pero hice que pareciese que me interesaba el amigo para que él no se sintiese presionado".

Y no lo hizo: "Miguel hizo las tres peores pruebas que yo he visto en un actor en mi vida. A la primera vino sin aprenderse el texto. De la segunda se marchó a la mitad de la prueba. A la tercera prueba no se presentó, y ahí fue cuando yo dije: 'Es este'".

Miguel Herrán recoge el Goya a Mejor actor revelación el 6 de febrero de 2016

Miguel Herrán recoge el Goya a Mejor actor revelación el 6 de febrero de 2016

Con mucho trabajo sacaron la película adelante, y en la entrega de su Goya Miguel le agradeció a Guzmán la oportunidad diciendo: "Tú me has dado una vida"

"Miguel venía de un momento muy difícil en su vida, había dejado de estudiar, estaba perdido como estábamos todos. Eso lo aprendí después, por eso tenía esa mirada. Lo que consiguió lo supo aprovechar, ha sido muy listo y la fama no le ha afectado: es muy cariñoso, tiene muy buen fondo, es inteligente y sabe el lugar en el que está. Lo está gestionando muy bien"

¿Por qué buscar actores no profesionales?

Para Daniel Guzmán, es una cuestión muy personal: "Cuando veo una película y veo que está afectada y que los actores impostan todo lo que hacen, no me interesa nada. Necesito creérmelo, necesito encontrar esa verdad. Por eso hago ensayos, engaño, trabajo de una forma muy específica con los actores para conseguir esa naturalidad y que estén abiertos al otro"

Y esto se extiende a otras áreas de la producción: "Rodamos en verano porque yo intento que no haya figuración, que metamos el cine en la vida y no intervengamos en lo demás". Igual con la música: "Yo quiero que la película hable por sí sola, no que haga sentir con una música engañosa".

El actor Daniel Guzmán, que ya había dado el salto a la dirección con el cortometraje "Sueños" (2003), con el que consiguió un Goya, estrena ahora su primer largometraje, "A cambio de nada", un viaje generacional de un chico que huye de su situación familiar buscando su lugar. El equipo está encabezado por dos actores debutantes, Miguel Herrán y Antonio Bachiller (mejor actor de reparto en Málaga), y otros más veteranos como Luis Tosar, Felipe García Vélez o María Miguel, y Antonia Guzmán, su abuela.

Un viaje iniciático en busca de los afectos

A cambio de nada es una película que transmite mucha ternura y refleja una búsqueda de muchas cosas: "Los personajes intentan buscar su lugar, y todo se basa en la búsqueda de cariño, de un amor recíproco. El amor mueve el mundo, no sólo la pareja sino por el entorno, por los amigos, por el planeta, por las personas. Esta historia se basa en la amistad. Todos los personajes están descolocados, en un lugar que no les corresponde".

¿Y por qué quiso explorar su propia adolescencia? "En la infancia está el presente, no el pasado", explica Guzmán. "Allí está lo que somos ahora mismo. La infancia y la adolescencia son importantísimas en la vida. Los momentos más importantes de mi vida sucedieron en ese momento, y son un material narrativo maravilloso para hacer cine".

Las películas para él son una búsqueda de la emoción: "Disfruto emocionándome, disfruto llorando, llorar también mola".

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