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San Genaro TV: el 'boom' de los vídeos comunitarios llega a Cuéntame

  • La serie refleja el fenómeno de las teles vecinales en los ochenta
Cuéntame cómo pasó - San Genaro se engancha al vídeo comunitario
P. ALONSO

“La televisión por cable ha nacido y nadie sabe como ha sido” decía Informe Semanal en 1987 sobre los vídeos comunitarios. Una frase que se resume a la perfección este fenómeno, genuinamente español, que se extendió como la pólvora en la década de los ochenta.

En una época de monopolio de TVE, las teles vecinales se hicieron muy populares, sobre todo, por la emisión de películas. En su papel de cronista de la época, Cuéntame cómo pasó recuerda aquel boom a través de San Genaro TV, el flamante vídeo comunitario que ha revolucionado el barrio de los Alcántara.

"Clara y Josete montan un vídeo comunitario. Pero, además, graban de vez en cuando programas, hacen publicidad de cosas del barrio y dan noticias", explica Ignacio del Moral, editor de guiones de Cuéntame cómo pasó.

Cuéntame cómo pasó - Nace San Genaro Televisión

"Fue el principio de mucho tipo de televisión", recuerda Joaquín Oristrell, otro de los responsables del guión. "Era una colección de vídeos donde se pasaba todo el pirateo del mundo. También ponían porno los sábados por la noche". Todo un reclamo al que la cantante Martirio dedicaría una estrofa en sus Sevillanas de los bloques: "Es un diario que mi marido me pida que le haga lo del vídeo comunitario".

Sexo, cables y cintas de vídeo

Tal y como refleja la serie, la fórmula era muy sencilla y, sobre todo, barata: una emisión, normalmente a base de películas, para una urbanización o bloque de viviendas. Solo se necesitaba un vídeo, un operario para poner las cintas, que en muchos casos era el propio portero de la finca, y unos cuantos metros de cable para llevar la señal hasta las casas.

Por una módica cuota mensual, que normalmente rondaba las 1.000 - 1.500 pesetas, los vecinos podían ver varios filmes diarios.

En algunos casos, los vídeos comunitarios también emitían espacios propios y hasta publicidad local. Una especie de 'televecino' que se adelantó a las televisiones privadas y que, para algunos, supuso el germen de las futuras televisiones por cable.

Su éxito fue tal que a finales de la década de los ochenta había unas 1.500 empresas dedicadas al negocio de los vídeos comunitarios en España y una audiencia estimada en cuatro millones de espectadores. Un lucrativo negocio de provocó el rechazo frontal de la industria audiovisual, que acusaba al vídeo comunitario de competencia desleal y de provocar pérdidas millonarias al sector.

Vacío legal

Los vídeos comunitarios florecieron al calor del vacío legal existente. La polémica estaba en la calle y ni los expertos se ponían de acuerdo: ¿eran o no televisiones? ¿Se limitaban al ámbito privado, como defendían sus promotores, o eran emisiones de carácter público, como acusaban sus detractores?

Informe Semanal - Video comunitario: ¿Televisión por cable?

En 1987, una sentencia del Tribunal Supremo declaraba legal el vídeo comunitario. La razón, según el alto tribunal, era que estas emisiones no se difundían por el aire sino por cable y se consumían en el ámbito de la intimidad.

Para el Supremo, la emisión iba "dirigida a los habitantes de un inmueble, sus familiares y personas que ellos inviten y permitan el acceso a sus domicilios, los cuales son locales privados". Aunque, al mismo tiempo, reconocía la ausencia de regulación en la materia.

Poco después, entraba en vigor la Ley de Propiedad Intelectual, que marcaría un punto de inflexión para estas teles de barrio. Algunos vídeos 'piratas' tuvieron que echar el cierre, aunque su estela aún perduraría años, sobre todo, en el sur de España.