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En Portada. "Juventud K"

  • Argentina ha votado en unas presidenciales que no auguraban sorpresas
  • Cristina Fernández de Kirchner fue, como decian los sondeos, clara ganadora
  • Cuenta con el apoyo de una juventud militante, clave en el éxito del kirchnerismo
  • En Portada retrata ese movimiento juvenil, especie de peronismo del siglo XXI

Por
En portada - Juventud K

FICHA TÉCNICA:

Guión: José Carlos Gallardo

Realización: Ángel Barroso

Imagen: Juan Pangol

Sonido: Ruth Patiño

Montaje: Sonia García

Producción: Fabio Díaz, Lourdes Calvo y Ana Pastor

En su cierre de campaña,  Cristina Fernández de Kirchner volvía a rodearse de los que ponen cara al recambio generacional y que el propio kirchnerismo publicita y sitúa dentro de la tradición peronista.

La presidenta dedica a los jóvenes gran parte de sus discursos y sólo hay que recordar las palabras que pronunció en su primera intervención televisiva tras la muerte de su marido, el ex presidente Néstor Kirchner. De su fallecimiento va a hacer ya un año y, entonces, Cristina Fernández les agradeció la pasión con la que lo despidieron a él y el apoyo incondicional que le ofrecieron a ella durante el velatorio en la Casa Rosada.

La Cámpora, los guardianes de la presidenta

“A nosotros no nos gusta hablar de muerte, hablamos de su paso a la inmortalidad”, nos ha dicho, para este reportaje Andrés Larroque. Andrés es el Secretario General de La Cámpora, una organización política que pretende identificarse -ya desde su denominación- con la movilización de la juventud peronista de los 70 y que se erige actualmente como la quintaesencia de la “militancia K”.

Les consideran los guardianes de la presidenta, mientras que a otras agrupaciones que enarbolan el mismo espíritu –como Movimiento Evita ó Generación 27 de Oktubre- se las recibe como las defensoras del modelo kirchnerista.

Máximo ¿El heredero?

La diferencia está en que La Cámpora tiene aparentemente como líder espiritual –por muy fuerte que suene- a Máximo, el hijo de la pareja presidencial.

Es un joven que despierta muchas dudas a la hora de plantear el futuro. Dado que Cristina Fernández va a ser reelegida, no son pocos los que ya piensan en los comicios de 2015, en la continuación del modelo. Y, dado que ella ya no podría presentarse –a no ser que también obtenga mayoría en el Congreso y plantee la reelección indefinida-, la mira de muchos está puesta precisamente en Máximo. Aunque la instauración de una dinastía no convence.

Prácticamente, no se le conoce la voz. Sus apariciones son escasas y no responde al perfil de un futurible líder. Se resguarda en el sur, en Río Gallegos, en la lejana provincia de Santa Cruz, de donde era originario su padre.

Rumbo al Sur tras el rastro de los Kirchner

Viajamos a Río Gallegos tras su rastro y el del primer Néstor Kirchner porque fue allí donde “El pingüino”, “El flaco”, se forjó como político. Estuvo 4 años como intendente de Río Gallegos y 12 como gobernador de la provincia.

A la presidencia del país llegaría, en 2003, por descarte del propio peronismo. Y, para entonces, hizo cambios en su estrategia. Por ejemplo, apostó por una Justicia independiente y por desenterrar los fantasmas del pasado, de la dictadura; una de las claves del éxito.

Néstor y los jóvenes como base social

Néstor Kirchner decidió mimar a esa juventud hastiada de los desvaríos de la clase política que llevaron a Argentina a la crítica situación del 2001. Estaban descontentos, exigían que se fueran todos y ansiaban que les tuvieran en cuenta. Néstor Kirchner lo hizo. Encontró en los jóvenes la base social que su proyecto necesitaba.

Según el historiador Omar Acha, “eso pertenece a la tradición peronista, el llamado olfato o la flexibilidad política para tomar demandas de la sociedad y utilizarlas como medio de acumulación política”.

8 años después, “se ha dado un espacio donde todos los jóvenes pueden opinar e intercambiar ideas”. Es lo que no dijo una joven veinteañera de El Calafate, la localidad santacruceña en la que murió el ex presidente.

Símbolos del kirchnerismo

Venerado, y hasta convertido en la personificación del “Eternauta” de Oesterheld, Néstor Kirchner es para muchos un símbolo. El “Nestornauta” aparece en todos los afiches de “La Cámpora”.

El kirchnerismo ha sido muy bueno creando discurso y creando ciertos mitos

Para algunos, como el periodista Martín Caparrós, “el kirchnerismo ha sido muy bueno creando discurso y creando ciertos mitos”. Para otros, como Sergio Devoto, uno de los mayores y mejores publicistas del actual oficialismo,  Néstor “necesitaba tener un caudal muy importante, juntar mucha voluntad política y esto fueron los jóvenes los que mejor le entendieron”. Y añade: “Me parece que ese diálogo que permanentemente brindaba a los jóvenes, semi-irreverente, “Vayan a por más”, transgresor… realmente lo pensaba seriamente”.

Las voces del reportaje

Periodistas como Caparrós y técnicos como Devoto toman la palabra en este reportaje pero, sobre todo, toman la palabra jóvenes que se cuadran con orgullo dentro de la “Juventud K” y que, gracias a sus contactos con el poder, tienen acceso a los recursos que se necesitan en muchos de los barrios y de las “Villas Miseria” que proliferan en Buenos Aires.

Los jóvenes “K” no son, ni mucho menos, la mayoría. Hay quienes participan en otros movimientos políticos. Y también están a los que les sigue sin importar la política, pero nuestros protagonistas hacen ruido y saben cómo hacerlo, que se hable de ellos y que hasta los medios “enemigos” del kirchnerismo, como el “Grupo Clarín”, dediquen mucha tinta a seguirles y a criticarles, incrementando su espacio.

En la Argentina de hoy, todo parece “K”. “Fútbol para Todos”, “Carne para Todos”, hasta “Pantallas LCD para Todos”. Es la política social y populista de Cristina Fernández, con sus aciertos y sus equivocaciones. Con su discurso inigualable y sus jóvenes seguidores. Y las urnas sentencian.

A ella también la seguimos. Y ahí los tenía a ellos, jaleándola, como si ninguno prestase atención a la excepcionalidad argentina, la de un país en el que –como decimos al final del reportaje- “lo que hoy es “K”, mañana puede ser X”.