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La confesión de Miguel al padre Froilán, lo más visto del capítulo 219 de 'Cuéntame cómo pasó

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Cuéntame cómo pasó - Minuto de oro del capítulo 219

Una semana más, Cuéntame cómo pasó se ha convertido en el programa más visto del jueves. En esta ocasión, el capítulo 219, titulado "Una venta con freno y marcha atrás", fue seguido por una media de 4.323.000 telespectadores, lo que supone un 22% de la cuota de pantalla, marcando su máximo de esta temporada.

El minuto de oro llegó en la secuencia en la que Miguel acude a la iglesia para confesarle al padre Froilán que fueron él y Paquita quienes le atropellaron. Esta escena, seguida por 5.068.000 telespectadores (26,8% de cuota), era también una de las favoritas de la directora del capítulo, Azucena Fernández, tal y como explicó en una entrevista a Rtve.es.

Miguel, Paquita, el taxi y un cura atropellado

La confesión de Miguel en la iglesia es el colofón a una de las tramas más hilarantes del capítulo 219, que comienza cuando Paquita ve a una mujer conduciendo su propio taxi. La mujer de Miguel lleva un tiempo angustiada porque se da cuenta de que a sus 27 años la vida se le va de las manos y solo dedica su tiempo a cocinar en el Bistrot y a cuidar de su familia. Por ello cree que trabajar el taxi de Miguel es una buena idea porque mata dos pájaros de un tiro: por un lado consigue un ingreso extra para la economía familiar y, de paso, puede salir más allá de las calles de San Genaro.

Ante la insistencia de su mujer, Miguel decide enseñarle a conducir, pero a los pocos minutos sucede lo peor: Paquita atropella al padre Froilán. En un principio el párroco cae inconsciente y, cuando vuelve a abrir los ojos, solo ve a Paquita y Miguel ayudándole, por lo que en ningún momento piensa que estos sean los responsables de su atropello.

Aprovechando la circuntancia, Miguel y Paquita cuentan que se encontraron al padre Froilán tendido inconsciente en mitad de la calle, obviando la primera parte de la historia. Pero a Miguel le carcome la conciencia y finalmente decide confesarle al cura -y no a la policía- que fue su mujer quien le atropelló, aunque sin mala intención. El padre Froilán no da crédito a lo que oye, así que no le vale una simple penitencia a base de rezos, si no que le pide a Miguel y Paquita que concinen durante varios domingos comida para los pobres.