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La Lotería de Navidad, el premio más compartido

  • Tres de cada cuatro españoles comparte su décimo en la lotería de Navidad
  • La costumbre nació en el siglo XIX, tras la desaparición de la 'lotto'
  • Las probabilidades de ganar disminuyen cuando se juega racionalmente

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España es, desde hace años, uno de los mayores consumidores de lotería por la compra en compañía a través de redes sociales, según  se desprende del estudio 'Loterías' de Roberto Garvía, profesor de  sociología de la Universidad Carlos III de Madrid, y editado por el  Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

El informe describe cómo la lotería ha generado tanta atracción en  los españoles y por qué consumen más que nadie, a pesar de crisis,  revoluciones, cambios demográficos o factores económicos, políticos y  sociales, entre otros factores. 

Garvía explica que el punto de partida de esta situación se  produjo en la segunda mitad del siglo XIX con el desmantelamiento de  la 'lotto', lo que dio lugar a que muchos de los antiguos jugadores  de la 'lotto', acostumbrados a pagar invertir uno o dos reales en el  juego e incapaces de hacer frente a cuatro, empezaran a jugar juntos  o en compañía. 

De esta situación, convertida ya en una práctica para reforzar  redes sociales, se aprovechó posteriormente Hacienda, porque  favorecía sus intereses. "La emergencia del juego en compañía no fue  un fenómeno anticipado o querido por el Estado, sino la consecuencia  de una decisión económica orientada a reducir los riesgos de  explotación de la vieja 'lotto'", comenta este experto. 

España gasta más en lotería que en I+D

Asimismo, señala que esta costumbre --compartir un billete de  lotería y transformarlo en un medio para reforzar lazos de amistad,  parentesco y confianza personal-- explica "lo que de otro modo bien  puede parecer aberrante",esto es, que España gaste más en lotería que  en I+D. En la actualidad, el 50 por ciento de los jugadores regulares españoles comparten su billete con otras personas, un porcentaje que  alcanza el 73 por ciento en Navidad. 

Igualmente, a esta conducta han afectado lo que Garvía llama  "compañías del tercer sector", como son las cofradías encargadas de organizar fiestas en los pueblos, asociaciones de vecinos, ONG's u  organizaciones culturales. Así, afirma que a pesar de que en España no hay una tradición de mecenazgo social, estas asociaciones sobreviven con la venta de participaciones. 

Otra de las conclusiones a las que llega el estudio es que, pese a que España parece ser una sociedad con bajos niveles de confianza interpersonal cuando se compara con otras, los españoles muestran confianza a la hora de compartir, intercambiar y repartir participaciones de lotería. 

Jugar con cabeza disminuye las probabilidades de ganancia

Por otra parte, esta investigación revela que mientras los economistas no encuentran una explicación al juego de la lotería, por  considerarlo "irracional, absurdo y supersticioso", los jugadores actúan racionalmente para maximizar su probabilidad de ganancia, una circunstancia que "provoca todo lo contrario". 

Según Garvía, este fenómeno se refiere "a la tendencia tan extendida entre los jugadores de elegir sus números de forma consciente y no aleatoria" a partir de fechas de nacimiento, por las simetrías que pueden hacerse en las casillas o, sencillamente, según  las cualidades mágicas de ciertos números. 

"El resultado de la selección consciente es que las apuestas terminan concentrándose en números inferiores al 31, de modo que, en caso de obtener premio, los que han seguido este método tienen mayor probabilidad de tener que compartirlo con otros muchos jugadores y,  así, de ver reducido el valor esperado de la apuesta", añade. 

Finalmente, considera "imposible" que los jugadores ignoren que las loterías devuelven en premios una cantidad menor de lo que recaudan, ya que, en general, la mayor parte de estos juegos devuelven en premios cerca del 50 por ciento de las apuestas.