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Amelia Earhart, la pionera de la aviación que desapareció sin dejar rastro

  • El 21 de mayo de 1932 aterrizaba el primer vuelo de una mujer en solitario a través del oceáno Atlántico
  • Recordamos la vida de la piloto que iba a los mandos de ese avión, una auténtica heroína del aire

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Retrato de la aviadora estadounidense Amelia Earhart.
Retrato de la aviadora estadounidense Amelia Earhart.

Habían pasado exactamente cinco años desde que Charles Lindbergh, a bordo del mítico Spirit of St. Louis, se convirtiera en el primer piloto en cruzar el Atlántico en solitario, y Amelia Earhart, una aviadora de Kansas de fama creciente, quiso adelantarse a otras mujeres que soñaban con ser las primeras en lograr tal hazaña.

Así, la conocida como Lady Lindy por su parecido a Lindbergh despegaba desde Harbour Grace, en Terranova y Labrador, hacia Gran Bretaña. Lo hacía montada en un Lockheed Vega de color rojo y pertrechada solamente de un termo con sopa y una lata de zumo de tomate. 15 horas después, el 21 de mayo, aterrizaba en Derry, en Irlanda del Norte. Ya era historia de la aviación.

Nadie podía imaginarse que tan solo cinco años después, en el verano de 1937, Amelia Earthart desaparecería en medio del océano Pacífico sin dejar rastro al intentar dar la primera vuelta al mundo sobre el Ecuador. Era muy consciente del peligro, pero pudo más su deseo de abrir camino a otras mujeres. Dejó escrito a su marido: "Las mujeres deben intentar hacer cosas como lo han hecho los hombres".

Repasamos la vida de esta auténtica heroína del aire y referencia aún de muchos pilotos con una colección de sonidos rescatados del archivo sonoro de RNE.

Una leyenda con una triste historia familiar

En este Documentos RNE con guión de Mamen del Cerro, "Amelia Earhart, una leyenda de la aviación", escuchamos lo que pensaba la aviadora de sus propias gestas y también sus últimos mensajes desde el avión en el que desapareció para siempre.

Además, recorremos la vida de esta pionera con Darío Pozo, piloto y gran especialista de la historia de la aviación; comprendemos la aventura de volar con la piloto Mercé Martí Inglada, campeona de la Vuelta al Mundo en 1994, y aprendemos cómo eran los aviones de los años 20 y 30 con la ayuda de Javier Permanyer, conservador del museo de la Fundación Infante de Orleans.

El carácter tenaz de Amelia Earhart tenía mucho que ver con su triste infancia: su padre era alcohólico y su familia conoció la ruina económica.

Es lo que destacaba en Vidas contadas Gonzalo Ugidos, que también conjetura: "Cuando se encontró con la mirada de la muerte, acaso no perdiera su sonrisa de Gioconda, que aún perdura en las fotos de esta mujer bella y aventurera".

Símbolo del feminismo

La periodista Ángeles Caso subrayaba en Gente despierta que Amelia Earthart eligió a otra mujer como instructora de vuelo, no quiso a un hombre. "Parece ser que ya de pequeña coleccionaba recortes de prensa de mujeres que había cosas excepcionales y siguió, por lo visto, fiel a ese camino".

Para Luis Corominas, periodista especializado en historia de la aviación, lo más relevante de la figura de Amelia Earhart es su fuerza como símbolo del feminismo, tal como señalaba en el microespacio de Radio 5 Por todo lo alto. "Para mí lo importante es su papel como mujer en lo que es la historia de la aviación, en un mundo muy masculinizado donde las mujeres lo habían de demostrar todo y donde ella consiguió poner un punto en la historia de la aviación".

El misterio de su desaparición

Fue la que más lejos llegó, pero no llegó hasta el final, cuenta Nieves Concostrina en esta emisión de Efemérides.

A las 8.44 horas del 2 de julio de 1937, Amelia Earhart dio su última situación desde el aire cuando llevaba recorrido el 80% de su vuelta al mundo. Volaba hacia la isla Howland, en el Pacífico, pero nunca más se supo de ella. Se emplearon cuatro millones de dólares en la búsqueda y se peinaron 250.000 millas de océano. Todo fue inútil.

Precisamente Nieves Concostrina nos contaría en Polvo eres los detalles de la expedición que intentaría encontrar los restos de Amelia Earhart en el verano de 2010. Una búsqueda que se realizaría después de descubrirse que la única pertenencia biológica que se conservaba de la aviadora, un mechón de cabello, era falsa: se trataba de un hilo de coser.