La Audiencia Nacional envía a prisión provisional a Álvaro Romillo, el empresario que financió la campaña de Alvise
- Decreta su ingreso en la cárcel por presunta estafa piramidal a través de la plataforma Madeira Invest Club
- Romillo fue detenido este jueves por riesgo de fuga tras descubrirse una cuenta con 29 millones de euros en Singapur
El juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama ha decretado el ingreso en prisión provisional sin fianza de Álvaro Romillo, el empresario que financio la campaña de Avise Pérez en las últimas elecciones europeas, por presunta estafa piramidal con criptomonedas.
El magistrado ha tomado esta decisión después de que la Fiscalía haya la misma condena para el empresario, también conocido como CryptoSpain por estafa masiva a través de la plataforma Madeira Invest Club. Romillo ha declarado ante el tribunal este viernes durante algo más de dos horas y ha respondido a preguntas del magistrado y del Ministerio Público.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Gurdia Civil le atribuye la comisión de una estafa a más de 3.000 personas por un valor que alcanza los 260 millones de euros. Estos hechos hacen que sea considerado el cabecilla de una organización criminal dedicada a la estafa y al blanqueo de capitales.
Romillo fue detenido por la Guardia Civil este jueves por posible riesgo de fuga antes de su declaración, todo tras descubrirse una cuenta en Singapur que recibió más de 29 millones de euros, provenientes de dos empresas vinculadas a él.
Estafa piramidal a través de una plataforma de inversión
La Audiencia Nacional tiene causa abierta contra CryptoSpain por una presunta estafa piramidal a través de un chiringuito financiero basado en criptomonedas.
Esta misma semana, Calama recibió dos informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de la Agencia Tributaria en los que se ponía en "evidencia la existencia de sólidos indicios racionales de criminalidad" cometidos por el empresario.
Romillo fraguó esta presunta estafa masiva a través de un "negocio fraudulento" basado en la captación de fondos que luego eran "desviados a su propio patrimonio". Utilizando su popularidad en redes sociales, promocionaba esta plataforma como un "club privado de inversión" que prometía a sus integrantes una rentabilidad anual mínima del 20%.
Las víctimas: los inversores de su plataforma
Las aportaciones de los inversores se formalizaban mediante contratos de compraventa de obras de arte digitales, que el club se comprometía a recomprar en un plazo determinado con beneficios preestablecidos.
Sin embargo, la investigación desarrollada por la Guardia Civil ha demostrado que no existía ninguna actividad económica real, por lo que se trataba de un esquema piramidal en el que las ganancias de los primeros participantes se pagaban con el dinero de los nuevos inversores.
En este sentido, "una gran parte de las cantidades recibidas eran ingresas por los denunciantes en una cuenta bancaria de la mercantil portuguesa Sabrosso LDA", como detalló el juez.