Robert Redford, el rubio de oro del cine americano, en diez películas
- Como intérprete, fue una de las grandes estrellas de los años 60 y 70
- El actor ha fallecido a los 89 años de edad en su casa de Utah
Para explicar la fotogenia de Robert Redford, el guionista William Goldman (Dos hombres y un destino) decía que, antes de ser una estrella, nadie se volvía loco si el actor entraba en una habitación. Pero todos lo hicieron tras ser retratado en innumerables películas que marcaron el cine mundial.
Redford ya era una estrella en los años 60 (fue uno de los actores de la primera avanzada del Nuevo cine americano) y nunca dejó de serlo mientras en paralelo, como creador del Festival de Sundance, se convirtió en el artífice del cine independiente de los 90.
La jauría humana (Arthur Penn, 1967)
Forjado como actor en el teatro y series de televisión, Redford logró un Globo de Oro como actor revelación por su tercera película (La rebelde, en la que interpretaba a un actor homosexual), pero saltó a primera fila con la cuarta: La jauría humana, de Arthur Penn, es uno de los pequeños clásicos de los años 60 y también un termómetro del profundo cambio que Estados Unidos ya experimentaba.
El guion de Lillian Hellman consensaba la explosión de una comunidad sureña tras la fuga de un preso injustamente condenado al que daba vida Redford y al que persigue el atribulado alcalde al que da vida Marlon Brando.
Descalzos por el parque (Mike Nichols, 1967)
Como en La jauría humana, Redford volvió a coincidir con Jane Fonda en la versión cinematográfica de la comedia teatral de Neil Simon sobre una pareja de recién casados neoyorquina. Redford conocía su papel al dedillo (lo había interpretado en Broadway) y el éxito de la cinta le catapultó como nuevo galán del cine americano. Una etiqueta que se sacudió rápido porque los tiempos ya no buscaban un galán de alta comedia a lo Cary Grant.
Dos hombres y un destino (George Roy Hill, 1969)
Sundance Kid es el papel de su vida para el propio Redford, si tenemos en cuenta que aprovechó el nombre para bautizar a su festival de cine. La historia real de los bandoleros Sundance, un pistolero temible, y Butch Cassidy, un líder carismático, abrillantada por el guionista William Goldman, le proporcionó un BAFTA y ligó su carrera para siempre con Paul Newman.
El candidato (Bill McKay, 1972)
En el cenit de su fama, Redford se embarcó en una pequeña sátira política que acabaría ganando el Oscar a mejor guion (Jeremy Larner), en la que el actor interpretaba al idealista hijo de un gobernador al que reclutan como candidato demócrata para una campaña sin esperanzas. El candidato es un clásico de la comunicación política, donde se analiza el éxito de los mensajes vacíos y la renuncia de los principios a cambio del poder.
Las aventuras de Jeremiah Johnson (Sydney Pollack, 1972)
Redford también encarnó a otro mito del oeste: el vengativo trampero Jeremiah Johnson en la película desmitificadora que rodó su amigo Sydney Pollack sobre el hombre que pierde a su mujer india y su hijo, asesinados por otra tribu a la que perseguirá sin descanso.
Tal como éramos (Sydney Pollack, 1973)
Junto a Barbra Streisand, y otra vez con Pollack, repitió éxito con un melodrama almibarado y nostálgico donde Redford representaba otra vez esa clase blanca privilegiada, enamorado esta vez de una joven judía de fuertes convicciones políticas.
El golpe (George Roy Hill, 1973)
Repitiendo la jugada, el director George Roy Hill volvió a reunir a Redford y Newman para una trama de timadores encantadores con dobles o triples intenciones. Newman era once años mayor y la pareja contentaba sí o sí a quienes preferían uno u otro. El Golpe ganó siete Oscar y Redford obtuvo su primera (e única) nominación como actor.
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Transcripción completa
Subtitulado por Accesibilidad-TVE.
(Música)
El golpe ha ido de ser un proyecto distinto,
una película pequeña con un reparto y productores jóvenes,
con mucha gente joven, muy joven de New York.
Era segundo trabajo del guionista David Ward,
no había hecho nada importante, iba a ser su primera película.
Tenían una especie de cooperativa y querían apoyarse unos a otros
cosa que yo, respetaba mucho,
pero querían que la dirigiese Ward.
Me enviaron el guion porque nos conocíamos todos
y me preguntaron si me parecía bien que la dirigiese él.
Lo leí y pensé: "no sé, supongo, quizá".
Intente verme en la película,
parecía divertida, distinta, chocante,
pero debido a su estructura
pensé que hacía falta alguien experto.
No quería insultar, ni dejar de apoyar a un novato
pero les dije que si querían que trabajase,
quería ponerme en manos de un director con más experiencia.
Les dije que si querían que la dirigiese David,
cosa que podría entender,
deberían intentar conseguir a otro.
El reparto iba a ser distinto, con otra gente,
poco tiempo después, George, me llamó y me dijo:
"acabo de leer un guion fabuloso".
Le dije, ¡ah, sí! y me respondió, sí.
El guion le había cautivado y eso es buen síntoma
cuando el director tiene una visión seguro que te lleva a su terreno.
En Chicago tengo un amigo que se llama Henry Gondorff,
quiero que vayas a verle.
No hay en el oficio nadie mejor que él,
te enseñará cuanto debes saber.
-Que se vaya a la mierda.
El gran Henry Gondorff.
¿Te viene persiguiendo Lonnegan?
-No lo sé.
Quiero jugársela a Lonnegan.
¿Señores, no creen qué deberíamos esperarle?
¿Es usted la dueña? -Así es.
Soy el teniente Snyder.
George me mando el guion.
Mala suerte, Lonnegan.
Le dije, creo que es sensacional,
de hecho, es prácticamente perfecto,
pero ese papel no es para mí.
Me pregunto que por qué decía eso
y le respondí, "George, está claro, que se trata de un rey
que le cede su cetro al príncipe".
(Música clásica)
Después de las dos, un individuo llamará a ese teléfono
y le dará el nombre de un caballo.
Lleve estos dos de los grandes,
vaya al callejón, métase en el local de show
y apueste por ese caballo.
Como ves, es muy fácil.
Le acompañan sus gorilas. -Sí.
Tendremos que hacer algo para remediarlo.
Jackson, Jackson, ¡ah, sí!
¿Sabe cómo funciona este tinglado?
Hace tiempo que aprendí, hago de gancho,
marco la pizarra, lo que quiera.
No me asocio con chusma y solo bebo los fines de semana.
Mi especialidad, es hacer de inglés.
De esta carrera, unos 10 mil. -Lo siento, señor,
no se aceptan apuestas después de comenzar la carrera.
"Rek King Black Mishi y Rek King Kiss" gana por dos cuerpos.
Subtitulación realizada por Myroslava Bednarchuk.
El gran Gatsby (Jack Clayton, 1974)
Realmente puede considerarse una película fallida, si la ambición era estar a la altura de la novela de Scott Fitzgerald, pero la adaptación de Jack Clayton, con guion de Francis Ford Coppola, también es una película reivindicable.
El productor Robert Evans ofreció el papel a Warren Beatty y Jack Nicholson, que lo rechazaron. Cuando Redford se postuló, Evans lo rechazó porque, erróneamente, pensaba que Gatsby estaba descrito como moreno. Pese a las tibias críticas, la película fue otro éxito de taquilla para el actor.
Todos los hombres del presidente (Alan J. Pakula, 1974)
Empeñó personal de Redford, Todos los hombres del presidente nació por la obsesión del actor por el escándalo político que tumbó a Nixon en 1972. Aunque EE.UU. estaba ya saturada del Watergate, el guionista William Goldman y el director Alan J. Pakula consiguieron volver a sacarle punta en una película clásica del cine político de los años 70. Redford, como Bob Woodward, y Dustin Hoffman, como Carl Bernstein, protagonizan lo que en el fondo es una reivindicación del periodismo.
Memorias de África (Sydney Pollack,1985)
Aunque Redford relegó su carrera como actor a un segundo plano a partir de 1980, todavía cosechó un enorme impacto con la adaptación de las memorias de la escritora danesa Karen Blixen, de nuevo a las órdenes de Pollack.
La película es recordada por la interpretación de Meryl Streep, las secuencias de vuelos con los paisajes sublimados por la música de John Barry y la escena en la que Redford lava el pelo de Streep, que la actriz recordaba así en eln el Festival de Cannes de 2024, Meryl Streep: “El animal que más humanos mata es el hipopótamo. Rodábamos cerca de un río y de pronto vimos uno nadando. Redford empezó a masajearme y a la quinta toma ya estaba enamorada No quería que acabase nunca, pese al hipopótamo”.