Bayrou advierte que los diputados franceses elegirán entre "el caos o la responsabilidad" en su cuestión de confianza
- El primer ministro francés no cuenta con la mayoría en la Asamblea Nacional, por lo que su Gobierno podría caer
- El bloque de izquierdas y la ultraderecha de Marine Le Pen ya han adelantado que votarán en contra
El primer ministro francés, François Bayrou, ha advertido este martes de que los diputados franceses tienen 13 días para decidir si votarán el "caos" o la "consciencia y la responsabilidad" en la moción de confianza a la que se somete el 8 de septiembre.
"Este es el momento de la clarificación y la verdad, espero que (los diputados) que buscan la clarificación no se conviertan en los artesanos del caos. Por eso, en 13 días los (representantes) de los franceses van a elegir entre el lado del caos o el de la responsabilidad", ha afirmado Bayrou en una intervención ante el principal sindicato francés, el CFDT.
Además, Bayrou ha pedido a la oposición, y en particular al Partido Socialista, que "reflexione" sobre su decisión sobre el voto de confianza del 8 de septiembre sobre la deuda. Ha pedido que renuncie a los "reflejos espontáneos" que los empujan a derrocar a su gobierno.
"No le estoy pidiendo a nadie que se niegue a sí mismo, pero podemos pensar, tenemos derecho a cuestionar los reflejos espontáneos que podamos tener", ha comentado a la prensa. Por otro lado, el partido de Marine Le Pen, ha informado de que votarán en contra del Gobierno de Bayrou.
Una moción con muchas posibilidades de perder
El primer ministro sorprendió el lunes con el anuncio de una moción de confianza que tiene muchas posibilidades de perder, lo que provocaría la caída del Gobierno que lidera apenas un año después de su comienzo. Bayrou ha insistido en que no cederá en el combate de la deuda del país y ha defendido la necesidad de su plan de ahorro para 2026, de 44.000 millones de euros, el mismo que critica la oposición en bloque.
La continuidad del Ejecutivo dependerá, sobre todo, del voto del bloque de izquierda y de la ultraderecha de Marine Le Pen, que ya han adelantado que votarán en contra de la confianza. Por eso, Bayrou les ha llamado a reflexionar, dirigiéndose en especial al Partido Socialista: "No pido a nadie que se reniegue a sí mismo, pero se puede reflexionar. Tenemos derecho a cuestionar los reflejos espontáneos que podamos tener", ha dicho el primer ministro.
La extrema derecha fue la primera en dar el paso y anunciar abiertamente su oposición a la moción de confianza. El presidente de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, ha expresado este martes que la mejor manera de resolver la actual inestabilidad política en Francia es volver a convocar legislativas anticipadas o que el presidente del país, Emmanuel Macron, presente su dimisión.
"No hay una sola posibilidad para salir del actual impasse político: volver a las urnas [para la Asamblea Nacional] y dar la palabra al pueblo francés (...) o que [Macron] presente su dimisión y se convoque una nueva elección" a la jefatura de Estado, ha opinado en una entrevista en TF1.
Pese a todos los escenarios en contra, Barnier se ha mostrado "convencido de que muchos franceses se preguntan qué puede haber después" de una eventual caída de su Gobierno y ha señalado una posible alianza entre La Francia Insumisa (LFI) y Agrupación Nacional (RN), a las que ha definido como "organizaciones políticas antagónicas". Si esa asociación se produjera, el país se encontraría "en una crisis política", ha dicho.
El líder de los socialistas, Olivier Faure, aseguró en una entrevista en Le Monde que someterse a la confianza de los diputados supone la "autodisolución" del Gobierno. "Es evidentemente inimaginable que los socialistas voten su confianza al primer ministro", sostuvo.
De nuevo, inestabilidad
Si cae el Gobierno de Bayrou, nombrado tras el fracaso de Michel Barnier en la aprobación del presupuesto, Francia volvería a estar inmersa en la inestabilidad política que trajeron las últimas elecciones legislativas. En ellas, el bloque de izquierdas —ahora dividido— se colocó como primera fuerza, pero su escasa mayoría no logró alzar a ninguno de los suyos hasta el Palacio de Matignon (residencia oficial del jefe de Gobierno en Francia).
Lo mismo le ocurrió a la formación de Le Pen que, pese a ser la que más votos cosechó durante los comicios, se tuvo que conformar con colocarse como tercera fuerza en una dividida Asamblea Nacional. El nombramiento de Barnier no gustó a ninguno de los dos bloques, que provocaron su salida en una moción de censura 10 meses después de su llegada al poder.
El nuevo anuncio de Bayrou y el riesgo de un escenario aún más incierto para la política francesa ha traído consigo la caída de la bolsa de París, que ha cerrado a la baja por segundo día consecutivo con un retroceso del 1,7%. Además, también ha repuntado la prima, que mide el riesgo financiero en el país galo. De producirse su partida, el actual jefe de Gobierno se convertiría en el segundo primer ministro que cae en menos de un año.