Humor y violencia en 'Los Diablos' de Joe Abercrombie: "Me gustan personajes que nacen de la incompetencia"
- El autor británico está de gira con nuevo libro Los Diablos en España
- Ha presentado su nueva novela en el festival literario Celsius 232
Muchos autores han dejado huella en la fantasía reciente, pero pocos como Joe Abercrombie (Lancaster, 1974). El británico no le teme a la oscuridad; al contrario, parece disfrutarla. Ese estilo —un tanto macarra, cargado de sorna y, sobre todo, profundamente humano— le ha permitido redefinir la fantasía oscura desde dentro.
A lo largo de su carrera, ha levantado un universo propio con la serie La Primera Ley —dos trilogías entre 2006 y 2021—, novelas independientes, y la trilogía juvenil El Mar Quebrado (2014-2016). Su última apuesta es Los Diablos (2025), que inaugura otra trilogía.
Coincidiendo con su publicación en España, el británico ha hecho un alto entre presentaciones, firmas y eventos para charlar con nosotros sobre Los Diablos, su obra y el grimdark, justo antes de viajar a Avilés, donde es cabeza de cartel en el Celsius 232.
Su obra gira en torno a personajes grises y tropos clásicos pasados por su filtro: humor negro, crudeza y humanidad. "Como todos los mejores títulos, me lo otorgué yo mismo", dice entre risas sobre su autoproclamado alias: Lord del Grimdark.
"En esta vida, nunca se tienen suficientes cuchillos"
El grimdark —o fantasía oscura, si evitamos anglicismos— se asocia a mundos sucios, cínicos, violentos y sin héroes. Durante años ha estado lastrado por el desprecio de algunos lectores. Abercrombie recuerda que, en su momento, el término se usaba "casi como una burla", una forma de ridiculizar obras consideradas "excesivamente oscuras o pasadas de rosca".
"Con el tiempo, muchos lo han reclamado para definir esa ficción cínica y sucia que les gusta. A algunos les parece positivo, a otros, negativo, pero muy pocos se ponen de acuerdo sobre qué significa realmente. Si a alguien no le gusta, lo redefine para excluir todo lo que valora".
Aun así, admite que el concepto roza lo absurdo: "O es tan amplio que no significa nada, o tan estrecho que tampoco sirve de mucho". Para él, como herramienta crítica, nunca ha sido especialmente útil: "Siempre me ha parecido un poco ridículo, como un vampiro con una capa oscura sobre la cara".
Abercrombie considera que la fantasía, en especial la fantasía oscura, permite explorar los márgenes de la humanidad. "Puede, especialmente en un mundo moderno muy polarizado y partidista, servir como puerta de entrada para explorar ciertas ideas".
Violencia, poder, fanatismo: temas que atraviesan tanto La Primera Ley (2006-2021) como Los Diablos (2025). Pero se aleja de la tesis: "Nunca es mi objetivo lanzar un mensaje. Supongo que la palabra sería didáctico… si fuéramos intelectuales. Pero claro, yo no lo soy. Soy muy accesible". Su foco, dice, siempre está en los personajes.
PREGUNTA: ¿Qué es lo primero que busca al empezar una historia?
RESPUESTA: Siempre, los personajes. Gente con matices, profundidad, que parezca real. A partir de ahí, las chispas que saltan entre ellos generan el interés. Una vez tienes eso, cierto nivel de significado se vuelve inevitable… El lector aporta sus propias ideas y completa el cuadro. Así que el tema nunca es lo primero, pero espero que un buen libro siempre termine desarrollando algo en esa línea.
Los Diablos: caos, humor y monstruos
Los Diablos (2025) es la última novela de Joe Abercrombie y, sin ninguna duda, también la más divertida. Es, además, una de las que mejor reflejan su evolución como escritor. Protagonizada por la Congregación de la Santa Conveniencia —un Escuadrón Suicida medieval al servicio de una Papisa preadolescente con poderes—, la trama se sitúa en una Europa ucrónica al borde del colapso religioso. Su misión: colocar en el trono de Troya a Álex, una ladrona con destino imperial.
"Siempre me ha gustado trabajar con grupos pequeños", explica el autor británico. Le interesan los choques, las reconciliaciones, los pactos incómodos... "Puedes tener todos los planes del mundo, pero hasta que no escribes, no sabes cómo se va a relacionar un personaje. Se desarrollan durante el proceso", señala.
El grupo —que, con algunas excepciones, lleva mucho tiempo trabajando junto— recuerda inevitablemente a una party de Dragones y Mazmorras pasada de vueltas: un caballero zombi; una elfa invisible; una mujer-lobo con TDAH y memoria de pez; un vampiro obsesionado con las albóndigas; una expirata multiusos; un monje con crisis de fe y Álex, exladrona, que será futura emperatriz. Abercrombie tiene debilidad por este caos controlado: "Me gustan los personajes que nunca hacen lo que esperas. Que son algo impredecibles. Siempre acaban desviándose para atracar un banco".
Arte conceptual de Los Diablos, la nueva novela de Joe Abercrombie, donde un grupo tan disfuncional como letal se enfrenta a sus misiones entre fuego, caos y monstruos. John Anthony Di Giovanni
El humor — ácido, negro, desvergonzado— convive con una violencia desatada. "Los personajes son bastante incompetentes, muy dispersos… Me gustan los que nacen de la incompetencia, más que del talento" admite Abercrombie. Detrás del caos, sin embargo, hay control quirúrgico: "Lo más importante es que cada uno tenga su voz, su forma de pensar, su manera de hablar".
Algunos puntos de vista surgen solos —como Vigga, la mujer lobo, o Solete, la elfa— "porque es fácil soltar el chiste, hacer el remate con ellos". Otros, como Álex o el Hermano Díaz, requieren más trabajo: "Díaz empezó poco definido, pero fue tomando forma". Álex, en cambio, es la que más evoluciona: de ladrona a líder. "Tiene un arco real, necesita crecer de forma creíble. Eso lleva esfuerzo", explica.
P.: En Los Diablos hay muchas voces femeninas potentes. ¿Te planteaste ese cambio desde el principio?
R.: La Primera Ley era muy masculina, trabajaba con arquetipos como el Chico con un Destino o el Mentor Mágico. Pero el error es no hacerse la pregunta. El mundo está lleno de mujeres. Y tener más personajes femeninos simplemente refleja eso. Da variedad. Si todos los roles importantes son hombres mayores, todas las relaciones se repiten.
P.: ¿Qué pasa cuando cambias el reparto?
R.: Una de las ideas de esta trilogía era introducir una salvadora, una papisa, y un sacerdocio femenino. Cambia el tono. Sustituye al típico consejo de ancianos horribles… por ancianas horribles, que también es positivo. Si solo hay un par de mujeres, deben representar toda la feminidad. Pero si hay muchas, puedes mostrar rarezas, matices, realismo. Como en la vida. Personas raras y maravillosas. Como las reales. Que al final es siempre el objetivo.
Otro de los ejes de Los Diablos (2025) es la revisión de monstruos clásicos: zombis, vampiros, elfos, hombres lobo… Para Abercrombie no se trata de inventar ideas radicalmente nuevas; le gusta "levantar la tapa, ver qué hay dentro, entender por qué funcionan". Una mezcla entre lo clásico y lo impredecible da forma al libro y su mitología.
La química del grupo nace de su historia compartida: bromas privadas, heridas sin cerrar... una familiaridad que da cohesión. En medio, un misterio nunca resuelto: una tragedia en Barcelona apenas mencionada.
Un gato parlante, un cazador de brujas… y James Cameron
Las desventuras de Los Diablos no terminan aquí. Abercrombie ya está trabajando en el segundo volumen de la trilogía que, entre otras cosas, promete nuevos personajes, giros en el tono y más sorpresas. Entre risas el autor desvela: "El próximo libro tiene un gato parlante. No puedes equivocarte con un gato parlante".
Otro de los cambios que experimentará el libro es la aparición de un sacerdote nuevo, muy distinto al Hermano Díaz: "Mucho más fanático, centrado, peligroso y desagradable: un cazador de brujas. Eso le da al libro un tono muy distinto". El autor admite que "lo último que querría es trabajar con un solo personaje eternamente. Una trilogía ya es más que suficiente para hacer el trabajo. Después de eso, hay que pasar página".
Retrato del Barón Rikard, uno de los personajes más enigmáticos de "Los Diablos" Joel Daniel Phillips
Tampoco está garantizado que vuelvan algunos de los personajes más queridos por los lectores, como el Baron Rickard y su obsesión por las albóndigas, Vigga o Solete: "Son muy divertidos de escribir, y por eso mucha gente los señala como sus favoritos. Pero no estoy seguro de que pudieran sostener un libro entero. Funcionan bien como alivio cómico dentro de una historia más rutinaria".
Pero la próxima novela del grupo de Los Diablos no es la única novedad. Ya se ha anunciado que el director de cine James Cameron (Avatar, Titanic) ha comprado los derechos del libro y está trabajando junto con Abercrombie, que también tiene experiencia en el mundo audiovisual, para una adaptación cinematográfica de la historia.
P.: ¿Qué supone para ti que James Cameron quiera adaptar Los Diablos?
R.: Nada del otro mundo para mí. Bueno, sí, claro que es algo importante. Llevo trabajando en ese campo unos 10 o 12 años, escribiendo mucho, aunque poco ha llegado a la pantalla. Es un negocio muy impredecible. Pero claro, el señor Cameron es un tipo muy competente y exitoso, con bastante peso, así que cruzo los dedos para que, con el tiempo, esto llegue a algo maravilloso. Estoy muy emocionado con la posibilidad de trabajar en el guion… pero eso no garantiza nada. Así que ya veremos.
A pesar del entusiasmo, Abercrombie no pierde de vista lo esencial en sus novelas: el libro ya está ahí fuera y pertenece a quienes lo leen. El escritor señala que "cada lector es su propio diseñador de vestuario, su director de casting, su montador. Cada cual aporta sus ideas, sus prejuicios, su versión. Cuando escribes, lo único que puedes hacer es contar la historia que te gustaría leer, y luego dejar que el libro haga su trabajo".