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'Las biblias de Tijuana': cuando las estrellas de Hollywood protagonizaron los primeros cómics pornográficos

  • Un libro recopila algunas de estas historias que fueron muy populares en los años 30 en Estados Unidos
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Ilustración de mujer con estilo art déco, pose sugerente, vestida con ropa oscura, fondo con rojos y negros geométricos. Detalle de portada de cómic.
Detalle de la portada de 'Las biblias de Tijuana', diseñada por César Sebastián (El Nadir)

Los primeros protagonistas de cómics pornográficos no fueron anónimos sino las mayores estrellas del cine de los años 30, como Clark Gable, Clara Bow o los hermanos Marx. Además de personajes de cómic como Popeye, Dick Tracy o Mickey Mouse. Eran publicaciones clandestinas de ocho páginas apaisadas, con una sola viñeta por página, que cabían en la palma de la mano o en la cartera (para poder ocultarlas discretamente), y que fueron muy populares durante la Gran Depresión en Estados unidos. Recibieron el nombre de 'Biblias de Tijuana' y ahora la editorial El Nadir publica una selección en el tomo Las biblias de Tijuana, con el sugerente subtítulo de 'Los cómics que excitaron a América'.

Unos cómics realmente fascinantes por lo poco que sabemos realmente sobre ellos, pese a que en su época de mayor difusión, la Gran Depresión y los años treinta, vendían millones y millones de ejemplares, se traficaba con ellos al igual que con el alcohol y había redadas policiales para destruir las imprentas donde se imprimían y parar los camiones que los distribuían.

Normalmente, cuando pillaban a un vendedor de biblias a pequeña escala se libraba con una condena de 30 días, una multa de 100 dólares o libertad condicional tras un arresto local, al menos la primera vez. Por eso su distribución se hacía a pequeña escala en bares, mercados y sitios discretos.

Portada de cómic con ilustración en blanco y negro de pareja abrazada. Título:

Página de 'Las biblias de Tijuana'

Esas revistas también eran hijas de su tiempo, el único consuelo de hombres sin trabajo, sin dinero y sin expectativas, que encontraban un pequeño respiro en estas desenfrenadas historias.

Unos tebeos que también han sido reivindicados por grandes autores, como Art Spiegelman (Maus), por su carácter subversivo y antiautoritario, ya que se reían de los rígidos códigos de conducta de la época. Y que fueron perseguidos tanto por parte de la gente de izquierdas como de derechas. "Las biblias de Tijuana no fueron una inspiración directa para nosotros, fueron una precondición", aseguraba Spiegelman.

Por eso los podemos considerar los primeros cómics underground de la historia. Sin olvidar que su formato, esas historias de ocho páginas, acabó siendo adoptado por revistas de cómic como las míticas de terror y crímenes de la editorial EC, que también fueron perseguidas por la censura de su época.

Destacar la edición de El Nadir que, gracias a su pequeño tamaño nos recuerda a las publicaciones originales y podemos llevarla discretamente en un bolsillo del pantalón. Y que es la primera vez que estos cómics se editan en España desde la recopilación que publicó La Cúpula, en 1980, con el título de Dirty Cómics.

Viñeta de cómic: Popeye, Wimpy y un cliente piden hamburguesas. Un camarero toma nota mientras una corista observa.

Página de 'Las biblias de Tijuana'

¿Nacieron en Tijuana? ¿En Londres? ¿En Madrid?

La primera incógnita sobre estas Biblias de Tijuana es esa denominación, puesto que no estaban impresas en Tijuana ni en ninguno de los otros lugares exóticos de donde aseguraban proceder, como Londres, La Habana e incluso Madrid.

Lo que es seguro es que ese término se acuñó en el sur de California a finales de la década de los cuarenta y que podía referirse a la creencia popular de que se imprimían en Tijuana (México) y se pasaban de contrabando por la frontera. Una creencia que tenía bastante de xenófoba al pensar que los vicios solo podían venir de una ciudad fronteriza extranjera. Y la que peor fama tenía en aquella época era Tijuana donde los norteamericanos cruzaban a emborracharse y en busca de prostitutas. Además, a partir de la Gran depresión, muchos productores de cine porno se asentaron en Tijuana para escapar a la censura estadounidense.

En cuanto al nombre de biblia, también se especula que pudo ser en contraposición del libro sagrado, pero, como decimos, hay muchas teorías sobre esa denominación pero ninguna certeza.

En 'Las Biblias de Tijuana', un cómic muestra el cambio de actitud de una mujer tras unirse a un campamento nudista, contrastando su recato inicial con su posterior desnudez y actitud moderna.

Página de 'Las biblias de Tijuana'

Y la segunda incógnita es quiénes fueron sus autores que, por razones obvias, siempre permanecieron en el anonimato. Aunque los estudiosos de estas biblias son capaces de reconocer a algunos por su estilo. Lo cierto es que había algunos autores bastante buenos, mientras que la mayoría no pasaban de mediocres.

Como nos recuerdan en la estupenda introducción de este libro, el único dibujante de biblias identificado con seguridad fue Wesley Morse (1897-1963), que luego conseguiría cierta notoriedad por sus elegantes pin-ups y que también dibujó la tira cómica Bazooka Joe.

Betty atropella a Miss Cardo mientras corre, disculpándose.  Viñeta humorística con fondo de edificio 'Stage B'.

Página de 'Las biblias de Tijuana'

Por cierto, que Will Eisner (creador de The Spirit y uno de los mejores dibujantes de cómic de la historia), contaba que siendo muy joven le ofrecieron tres dólares por página para que dibujase estas biblias (lo que en la época era un dinerito). Pero rechazó la oferta por razones éticas.

Y el mítico Joe Shuster, creador de Superman junto a Jerry Siegel, también dibujó unos cuadernillos de temática sadomasoquista en 1954, titulados Nights of Horror, que fueron incautados y destruidos por las autoridades de Nueva York. Justo en la época en la que empezó el declive de las biblias, que desaparecieron en los años 60.

Mujer atada y sumergida en líquido, rodeada de mecanismos giratorios en ilustración estilo cómic en blanco y negro.  Escena de posible tortura o sumisión.

Ilustración de Joe Shuster para unos cuadernillos de temática sadomasoquista

Mae West, Clark Gable, los Hermanos Marx o Mickey Mouse

Lo que más nos sorprende, desde nuestro actual punto de vista, son los protagonistas de estas historias, sobre todo las estrellas de Hollywood de la época, como Mae West, Clark Gable, James Cagney, Clara Bowl... y los personajes de cómic como Mickey Mouse, el Pato Donald, Betty Boop, Dick Tracy... De hecho, la última historia del cómic es una orgía en casa de Jiggs y Maggie, el matrimonio protagonista de una de las series de prensa más populares de la época, Bringing up Father, de George McManus, una obra maestra que diábolo ediciones publica actualmente en estupendos volúmenes. Entre los invitados figuran otros personajes famosos de la época como Popeye o Annie, la protagonista de Little Orphan Annie, otro popular cómic de la época dibujado por Harold Gray.

Y es que en estos cómics se parodiaba a los más populares de la época. De hecho, se cuenta que, Al Capp, creador de la mítica tira Li'l Abner (también publicada por Diábolo), respiró aliviado al saber que sus personajes protagonizaban una de estas biblias, lo que era una prueba de su éxito entre el público.

Viñeta en blanco y negro: Donald sorprendido grita

Viñeta de una biblia de Tijuana protagonizada por Donald, Mickey Mouse y Minnie

En la biblia titulada James Cagney en cosas de chicas, incluida en el libro, el actor protagoniza escenas homosexuales junto a sus compañeros de reparto Pat O’Brien y Dick Powell.

Y en otras tiras de la época, que no figuran en esta antología, aparecían temas más escabrosos como la zoofilia, aunque siempre tratados desde la perspectiva de la parodia.

Desde la perspectiva actual estas biblias de Tijuana hasta nos parecen un poco Kitsch e incluso inocentes, pero viendo el éxito que tuvieron en su momento podemos asegurar que fueron un auténtico fenómeno. Y lo cierto es que, sin su existencia, el cómic underground de los años 60, posiblemente habría sido diferente.

Destacar el prólogo y el epílogo de Adrián Bago y René Parra, que nos ayudan a contextualizar estos cómics, y la traducción de Emma Tiddia y René Parra.

Portada de cómic con mujer en sofá rojo, título en rojo y negro, estilo art déco y firma

Portada de 'Las biblias de Tijuana', diseñada por César Sebastián (El Nadir)