El Gobierno británico aprueba la ley de recortes sociales tras ceder ante las exigencias de diputados rebeldes
- Las concesiones incluyen la suspensión de restricciones a las ayudas por discapacidad hasta una revisión posterior
- La medida se ha aprobado con 335 votos tras rechazarse una enmienda impulsada por 42 laboristas disidentes
El Gobierno laborista del Reino Unido ha aprobado en segunda lectura su controvertido proyecto de ley para recortar ayudas sociales por discapacidad y enfermedad. Su aprobación se ha llevado a cabo después de ceder a las demandas de varios diputados rebeldes que amenazaban con tumbar la reforma.
Las concesiones, realizadas a última hora del martes, han incluido la suspensión de restricciones a las ayudas por discapacidad hasta una revisión posterior. Sin embargo, el Gobierno ha limitado las nuevas reglas solo a futuros solicitantes, dejando fuera a millones de beneficiarios actuales.
Esto a su vez reduce drásticamente los ahorros previstos en la ley de Crédito Universal y Pago de Independencia Personal, que pasarán de 4.800 a apenas 2.500 millones de libras.
El liderazgo de Starmer continúa debilitándose
La votación ha terminado finalmente con 335 votos a favor y 260 en contra, tras rechazarse una enmienda impulsada por 42 laboristas disidentes que buscaba anular el proyecto. Pese a su aprobación, las tensiones internas han evidenciado nuevamente el frágil liderazgo del primer ministro, Keir Starmer. Tanto él como su gabinete se han visto forzados a negociar para evitar un fracaso parlamentario que ponía en riesgo la estabilidad del Ejecutivo.
Un año después de obtener una de las mayorías parlamentarias más amplias en la historia británica, Starmer ha visto cómo sus índices de aprobación personal se han desplomado en todos los ámbitos. Incluso varios diputados laboristas disidentes han calificado los recortes como "dickensianos" y un "desastre", lo que refleja la división sobre la reforma social incluso entre socios.
La diputada Paula Barker, del Partido Laborista, ha calificado el intento de aprobar la ley como "el espectáculo más vergonzoso que he visto nunca". Por su parte, la portavoz económica del Partido Conservador, Mel Stride, ha afirmado que el Gobierno de Starmer "solo pudo aprobar esta ley tras arrancarle el corazón".
A su vez, el coste fiscal generado por las concesiones obligará a la ministra de Economía, Rachel Reeves, a buscar nuevas fuentes de ahorro o aumentar impuestos en los próximos presupuestos de otoño, mientras el Gobierno intenta mantener el equilibrio entre disciplina interna y reformas sociales.