Enlaces accesibilidad

'Lo que sueñan los dioses', una novela gráfica mexicana con ecos mitológicos

  • Con guion de Francisco Soriano y dibujos de Eduardo Pichardo, la edita Itineraria
  • Un futuro cercano, tras un gran terremoto en México DF, en el que resurgen los mitos
'Lo que sueñan los dioses', novela gráfica mexicana
Imagen de 'Lo que sueñan los dioses'.

México DF yace en ruinas tras el gran terremoto que ha sacudido los cimientos de la antigua Tenochtitlán. El movimiento sísmico ha despertado a los dioses aztecas que dormían bajo la tierra. En la superficie, Ángela estudia la relación neurológica entre un alebrije, ser fantástico y totémico, y su soñador. El trabajo de campo la lleva a adentrarse en el territorio montañoso de Las Águilas donde acechan peligrosas criaturas.

Con esta trama entre la mitología y la ciencia ficción, Lo que sueñan los dioses nos lleva a un futuro cercano con tintes apocalípticos. Una novela gráfica independiente, ópera prima de dos autores mexicanos, con guion de Francisco Soriano y dibujos de Eduardo Pichardo, publicada por la editorial Itineraria.

Presentado en la Feria del Libro de Madrid, el cómic ha tardado tres años en ver la luz, pero la idea lleva fraguándose mucho más tiempo, como explica Soriano a RTVE.es: "Surgió como un proyecto para la materia de historieta dentro de la licenciatura de Diseño gráfico hará unos 20 años, y a raíz de la lectura de varias novelas gráficas en el boom de los 90 en México. Se fue enriqueciendo con otras influencias hasta poco antes de la pandemia, cuando comenzamos a desarrollarlo".

Fragmento de 'Lo que sueñan los dioses'

Fragmento de 'Lo que sueñan los dioses'. Francisco Soriano/Eduardo Pichardo

Nuevo mundo

El libro arranca con una relación de los hallazgos del nuevo mundo fechada en 1529, en los que encomienda a los valientes a la virgen de Guadalupe, se detallan criaturas maravillosas, dioses falsos y plantas como el peyote que "nubla la razón y lleva la mente a un estado de confusión y delirio" o el ojo de venado, semilla de "gran protección contra la brujería y los malos sentimientos".

La novela gráfica recupera elementos mitológicos tradicionales, pero cambia el contexto. "Tepeyollotl realmente es una deidad prehispánica, igual que la Coatlicue mientras que los nahuales son parte del folklore mexicano, pero todos ellos se han condensado en la historia por encima de la mitología original, la idea era que, al caer la ciudad todo se mezclaba dentro del desastre, tanto figuras contemporáneas como los alebrijes, así como dioses antiguos", indica Soriano.

Fragmento de 'Lo que sueñan los dioses'

 Francisco Soriano/Eduardo Pichardo

El dibujante Eduardo Pichardo apunta a RTVE.es que eligió contar la historia sin colores en una escala de grises para "hacer uso del alto contraste que da el blanco y negro sin matices, ya que la historia pasa en un solo día y así la noche se siente muy pesada".

Defiende que la novela tiene "su propia voz en cuanto a lo visual y buscamos la manera de que no se pareciera a algun estilo como tal", aunque entre sus influencias artísticas cita nombres como los del animador canadiense Robert Valley, el artista digital australiano Ashley Wood, el ilustrador japonés Yoshi Shinkawa o el pintor Francisco de Goya.

Pichardo confiesa que su página favorita de Lo que sueñan los dioses es "cuando Balam se enfurece y empieza a destruir todo. Disfruté mucho al dibujarla y me gustó el diseño de ese Balam (demonio con forma de jaguar en lengua maya)". A toro pasado, cree que siempre podría "cambiar algo, cuando uno es su propio crítico, pero prácticamente hicimos tres versiones de cada página para quedar convencidos de que era lo que queríamos proyectar en cada viñeta".

Portada de 'Lo que sueñan los dioses'

En la novela, ambientada en torno a 2040, aparece un misterioso Proyecto Friedrich del Pentágono para usar a los dioses como "baterías inagotables, energía limpia, sin contaminación", Soriano cuenta se le ocurrió jugando "con la idea de la muerte de los dioses de Nietzsche. El proyecto es una especie de castigo para desertores o personal caído en desgracia, por lo que el nombre refleja la imposibilidad de la misión. En cuanto que los dioses están muertos cazarlos es absurdo, una burla de alguien en una posición de poder superior".

El guionista propone a los lectores "una fábula de la actualidad mexicana que sabe que está constituida de arquetipos reconocibles pero que, gradualmente, va enredándose", añade que los personajes "parten de una normalidad dentro del caos que se ve rota por el peso de lo terrible de manera inesperada, algo que sucede en la vida de cualquiera cuando menos lo espera".

Tras el gran terremoto

La historia arranca con las consecuencias de un gran terremoto, un futuro escenario muy probable. Soriano señala que "respecto a las zonas de riesgo, existe un plano general de las áreas con fallas tectónicas que resultaría más dañadas, principalmente los barrios construidos en lo que era el lago de Texcoco que abarca la mayor parte de la ciudad actual, virtualmente y dependiendo la magnitud del sismo, toda la zona se haya comprometida por la naturaleza del subsuelo".

Mapa de Ciudad de México

Mapa de Ciudad de México Francisco Soriano/Eduardo Pichardo

Pichardo cree que la colaboración con Soriano "ha sido enriquecedora, el proyecto fue un buen reto como dibujante y considero que fue un buen trabajo en equipo con sus tropiezos como en todo, pero al final creamos una buena dinámica de trabajo". Guionista y dibujante están en negociaciones para la segunda y la tercera parte de la novela gráfica, pese a los altibajos del proceso. El ilustrador aclara que ya están trabajando y hay "algunas páginas completas" de la segunda entrega.

En cuanto a sus próximos proyectos, Pichardo está desarrollando "un cortometraje de terror y comenzando una carrera como pintor y como tatuador. Soy algo hiperactivo (bromea)", mientras que Soriano se dedica a la pintura, tiene un canal en youtube de divulgación del arte y está "por terminar una novela escrita de ficción que espero poder lanzar eventualmente".

Los dos animan a los lectores a acercarse a "una historia sin pretensiones" y aseguran que "no se van a arrepentir".

"Mudo alarido de este desplome que no acaba nunca,

las construcciones cuelgan de sí mismas. Parecen

grandes camas deshechas puestas de pie

porque sus habitantes ya están muertos.

Pese a la luz del plomo. Duele el sol

en la Ciudad de México". José Emilio Pacheco