Conductoras de transporte público en Chile: "Ha sido una mejora total en mi vida"
Objetivo Igualdad
- En Santiago de Chile hay un 11% de conductoras de bus, en total, 2.025 mujeres
- Con un sueldo superior a la media, están consiguiendo ser independientes de forma digna
Objetivo igualdad, domingos a las 16:30 en Canal 24 horas y en RTVE Play
Si te mueves en autobús, ¿te has fijado en quién conduce? Ver a mujeres al volante del transporte público es un fenómeno bastante reciente, al tratarse de un sector tradicionalmente masculinizado. Chile es uno de los países que está llevando a cabo políticas para fomentar que haya mujeres conductoras. Su directora de Transporte Público Metropolitano, Paola Tapia, y las conductoras Cindy Venegas y Carolina Pérez, han explicado a Objetivo igualdad cómo es conducir en un mundo de hombres.
Un trabajo masculinizado
En abril de 2025, había 2.025 conductoras de autobuses en el transporte público, frente a unos 18.000 hombres, un 11% de la plantilla. Se ha avanzado mucho en los últimos años: en 2007, en Santiago, había solo 44 mujeres al volante. A través de las políticas de igualdad se ha impulsado la feminización del transporte.
Si miramos en España, en abril, en la EMT de Madrid había 379 conductoras frente a 6.058 hombres (un 6,2%) y en los autobuses de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), 364 mujeres frente a 3.190 hombres, un 11,4%.
Paola Tapia cuenta que con el Programa Mujeres Conductoras, impulsado por el gobierno chileno junto a empresas privadas, se está becando y formando a mujeres para que se integren a la plantilla de conducción.
La directora de Transporte Público Metropolitano detalla que el 45% de esas mujeres era cabeza de familia, más del 40% tenía un trabajo informal y más de 20% estaba desempleada. "Con este programa les estamos dando una oportunidad laboral para tener autonomía económica y también para cambiar sus vidas", subraya Tapia.
"No tenía permiso de conducir"
La conductora del Transporte Público de Movilidad Cindy Venegas, madre sola de un hijo y una hija desde los 16 años, relata que tenía un negocio de comida rápida en casa de su madre. "Abrieron los cursos gratuitos, opté, salí seleccionada y ahí partió todo. No tenía licencia para poder conducir ningún tipo de vehículo. Me costó, pero la perseverancia me ayudó bastante", recuerda.
“Los compañeros más antiguos parecían reticentes al hecho de que yo fuera mujer“
Por su parte, la conductora Carolina Pérez cuenta que para ella fue clave recibir formación durante cinco meses, sin coste para ella, y un sueldo que cubría sus gastos. Al acabar, hace diez meses, entró a trabajar en uno de los operadores de autobuses. Confiesa que fue complicado: "Los compañeros más antiguos parecían reticentes al hecho de que yo fuera mujer, no somos tantas conductoras. Con el tiempo, nos hemos ido conociendo y estoy haciendo buenas amistades".
Venegas reconoce que tuvo que "defender mucho" su puesto de conductora: "Yo les decía 'quiero una mejor estabilidad para mi hogar y voy a buscar la manera de conseguirlo". Uno de sus sueños era poder mejorar el piso de protección oficial en el que vive, y lo ha conseguido antes de lo que esperaba. Tapia aclara que el salario del personal de conducción es superior al sueldo medio de esa categoría.
"El enfoque es la movilidad del cuidado"
Tapia cuenta que, en la capital de Chile, el 65% de las mujeres se mueve para cuidar a otras personas, mientras que los hombres, en un porcentaje idéntico, se mueven para ir a trabajar. Así, su departamento tiene un enfoque de la "movilidad del cuidado" al confeccionar políticas públicas. "Los hombres hacen trayectos de ida y vuelta, del hogar al trabajo. Las mujeres hacen una maraña de distintos movimientos para ir al hospital, para acompañar una persona con discapacidad, para acompañar un niño o niña", especifica.
En ese sentido, la responsable de Transporte Metropolitano cuenta el ejemplo de una localidad en la que han recuperado la cobertura de transporte público, eliminada hace 50 años: "Recuperar los autobuses ha permitido a muchas mujeres volver a retomar sus vidas, salir a desarrollar actividades de cuidado o dejar a sus hijas en un lugar seguro para que se trasladaran con motivo de sus estudios".
