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'Días sin escuela', Elena Uriel y Sento nos muestran la guerra desde la perspectiva de los niños

  • La nueva obra de los valencianos se basa en la historia real de dos niños en la guerra de Bosnia
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Cuatro niños juegan al fútbol en una calle en ruinas; un coche abandonado y escombros sugieren un escenario postapocalíptico reflejado en la portada del cómic "Días sin escuela".
Detalle de la portada de 'Días sin escuela'

En la primavera de 1992, Denis y Selma eran dos niños bosnios de seis y cuatro años que solo pensaban en jugar y aprender, cuando estalló la guerra de los Balcanes. Un conflicto bélico que, durante tres años, convirtió sus vidas en un infierno de miedo, hambre, frío, pérdida y horror. Un verano Denis fue acogido por los artistas valencianos Elena Uriel y Sento (Vicent Josep Llobell Bisbal), que han mantenido su amistad con él y ahora han decidido contar su historia en la novela gráfica Días sin escuela (Astiberri), un testimonio tan desgarrador como necesario en un momento en el que centenares de niños siguen muriendo en conflictos como los de Ucrania o Gaza.

Elena Uriel nos comenta cómo conocieron a estos niños: "Como en casi todas las cosas importantes de la vida, la casualidad tuvo mucho que ver... A la Asociación de Vecinos de nuestro barrio llegó una invitación para asistir a una reunión informativa de la ONG Ciudadanos Sin Fronteras, que buscaba familias para acoger en verano a niños y niñas que habían vivido tres años en medio de la guerra, en los Balcanes. Asistí y… tras consultarlo con la familia, nos apuntamos como familia acogedora y, ese verano entró Denis a formar parte de nuestras vidas. A Selma, nos la trajo Denis muchos años después".

"La imagen que tengo de Denis la primera vez que lo vi era la de un niño pequeño, muy delgado y asustado -añade Sento-. Venía a una casa no musulmana, provenía de una familia de aldea bosnia rural. Le costó unos días superar sus miedos pero ayudó que estábamos en un veraneo familiar, en una casa grande, con mi hijo Arturo de su edad, y unos cuantos primos y tíos. Los helados, la piscina y un poco de ropa nueva supongo que le convenció de nuestras buenas intenciones. Denis es una persona de una tremenda curiosidad. Por eso se había apuntado en su escuela para vivir una aventura lejos de casa".

Viñetas de cómic mostrando escenas de huida, consuelo, miedo y alarma ante disparos.  Textos incluyen onomatopeyas de disparos y frases de consuelo.

Página de 'Días sin escuela'

La guerra desde la perspectiva de los niños

Una de las cosas más interesantes del cómic es que nos muestra la guerra desde la perspectiva de los niños, algo que no fue fácil de conseguir, como nos comenta Elena: "Los tres primeros veranos, Denis iba aprendiendo el idioma, pero era un niño y, ni tenía vocabulario suficiente, ni creo que necesidad de contar muchas cosas. Nosotros tampoco podíamos preguntarles, pues no hablábamos su idioma y, además, desde la ONG nos recomendaron que no lo hiciéramos".

"Cuando tres años después quiso venir a vivir a casa para poder estudiar y ¡ser futbolista!... su avance en el dominio del castellano le iba permitiendo contar muchas más cosas y expresar mejor sus sentimientos. -añade Elena-. Yo, como madre de un niño de la misma edad, sentía curiosidad por saber sobre sus vidas cotidianas, sus juegos, sus miedos, sobre la comida, las enfermedades, todo… Si él empezaba a contar, aprovechábamos y le preguntábamos más cosas y, en un momento dado, con el móvil, empezamos a grabar nuestras conversaciones".

"A lo largo de todos estos años hemos hablado mucho con ellos y, además, Sento y yo fuimos a Bosnia varias veces, una nada más acabar la guerra -añade Elena-. Conocimos a la familia y vecinos de Denis, yo me alojé en la casa que ocupaban en aquel momento y visité el pueblo donde vivían antes de empezar la guerra. Denis nos acompañaba y hacía de traductor. Sacamos muchas fotos y vivimos experiencias que hemos utilizado para el cómic".

Hay una cosa que transmite el cómic y es que, por muy mal que estén las cosas, los niños siguen siendo niños y mantienen esas ganas de jugar y vivir hasta en las peores circunstancias: "Efectivamente, los niños parecen vivir en un presente continuo -nos explica Sento-. Así nos lo contaban Denis y Selma. Después de haber comido algo se olvidaban del hambre y era su madre la que se quedaba preocupada por lo que les daría al día siguiente. Al parecer después de los momentos de terror agudo volvían a una normalidad e inconsciencia que hoy les resulta inconcebible, cuando la recuerdan".

Cuatro viñetas de cómic muestran un ataque, angustia, un grupo caminando por un bosque y dos niños con un objeto incómodo en el pantalón; estilo sencillo en tonos verdes.

Página de 'Días sin escuela'

"Usé un trazo amable para tranquilizar al lector y a mí mismo"

Sento es uno de los grandes del cómic español al que ha dedicado más de 40 años de su vida, dando muestras de su gran versatilidad. Por eso le preguntamos cómo ha elegido el estilo de este cómic: "Es una historia que está cargada de desasosiego para los lectores, así que me planteé utilizar un trazo amable, una grafía plácida para tranquilizar al lector (y a mí mismo). He pretendido fabricar unas imágenes fáciles de mirar, he tratado de expresarme con amabilidad gestual y conseguir un dibujo solvente y nada atormentado.

"Y mientras trabajaba, escuchaba Jazz instrumental de todos los tiempos, buscando un fluir natural en las imágenes", añade el artista.

En cuanto a lo de dibujar niños (algo que no a todos los dibujantes se les da bien), Sento nos comenta que: "Dibujar niños no lo siento como más difícil o fácil. La gran dificultad, para mí, es lograr que los niños, los mayores, los coches y los arboles habiten un espacio gráfico coherente. Que todo esté dibujado con la misma tranquila respiración de la línea".

Dos niños interactúan en seis viñetas de un cómic; uno muestra un objeto rectangular, causando sorpresa e interés en el otro, pero luego lo guarda, dejando al segundo decepcionado.

Página de 'Días sin escuela'

El color tiene una función narrativa

La encargada de aplicar el color a esta historia (y a otras anteriores de Sento) también ha sido Elena, que nos comenta que ese color tenía una función narrativa: "Queríamos que la historia se desarrollara en dos momentos y dos lugares muy diferentes: el pasado, la guerra, el recuerdo, en Bosnia y el presente, en una festiva reunión familiar, en un país en paz, en España".

"Queríamos facilitar mucho la lectura a las personas que quisieran adentrarse en la “pequeña” historia que les íbamos a contar -añade-. Queríamos que el ir y venir entre el pasado y el presente fuera muy fluido y estuviera muy claro. Así que decidimos trabajar con un solo tono, frío y verdoso, para todos los recuerdos que Denis y Selma nos iban contando, y con una policromía, en la que predomina un luminoso y cálido amarillo, para la charla durante la paella familiar.

"Queríamos que los lectores notaran un poco la frialdad, la inseguridad, que se debe sentir en medio del caos de una guerra y el calor y la seguridad en una feliz celebración familiar al sol", concluye Elena.

Viñeta de cómic con tonos verdes, mostrando personas caminando por un sendero en un entorno natural.  Un niño dice:

Página de 'Días sin escuela'

Además, Sento y Elena se convierten en personajes de cómic en esa paella familiar. "La verdad es que siempre es una complicación añadida representar a personas conocidas -nos confiesa Sento-. No solo en las partes que hablan del presente (en la paella) si no sobre todo en el pasado donde aparecen las familias de Denis y Selma, a los que he conocido. No puedes evitar preocuparte por lo que les parecerá tu interpretación de su vida y su aspecto. Es más fácil crear personajes ficticios, sin referencias obligatorias".

En cuanto al formato apaisado, Sento nos comenta que: "Elegí el formato horizontal porque, por primera vez, he dibujado toda esta historia con un IPad y por una cuestión de tamaño no podía poner muchas viñetas, hay una media de cinco viñetas por página. A posteriori me ha gustado el sentido más armónico de la composición de la página en horizontal".

Conversación en un cómic sobre la guerra de Bosnia en 1992, durante las Olimpiadas de Barcelona, y la indiferencia global, comparada con la actualidad. Tres mujeres discuten el tema.

Página de 'Días sin escuela'

Una historia muy actual

Desgraciadamente, como comentábamos, la historia de estos niños sigue siendo muy actual debido a guerras como la de Gaza o Ucrania. "Cuando decidimos que deseábamos contar la historia de Selma y Denis, aún no había comenzado la guerra de Ucrania -nos confiesa Sento-. Pero al poco tiempo nos dimos cuenta, desgraciadamente, de que estábamos tratando un tema de actualidad. Por eso en las primeras páginas de la paella ya mencionamos las guerras cercanas que suceden en la actualidad".

"Desde luego hemos pensado mucho en los niños que vemos en los noticieros -añade el dibujante-, y hemos imaginado más de cerca las vivencias de Denis y Selma. También pensamos en los niños actuales, nuestros nietos, que viven en nuestro país, tan ajenos a los dolores de la guerra. Vivimos en una sociedad ciega, que no tiene tiempo. Ni siquiera para informarse. Por eso, estamos presentando el libro en institutos de enseñanza media siempre que podemos".

"Los vecinos y los compañeros de trabajo de Denis se han enterado ahora de que ese cuarentón, que habla castellano y valenciano sin acento extranjero, tuvo una infancia mucho más difícil que la suya", asegura Sento.

Familia caminando en entorno natural; abuelo con bastón y vendaje; imagen en blanco y negro con filtro verde.

Viñeta de 'Días sin escuela'

Preguntamos al dibujante qué tipo de persona puede ordenar el bombardeo de lugares en los que hay niños: "Supongo que la guerra se basa en administrar el miedo con la suficiente intensidad y frialdad. Pensemos en las noticias de Gaza o Ucrania. Se trata de lograr la deshumanización del contrario. Hay que lograr que el otro pierda toda esperanza. Si una persona ha sido testigo de un acto de atrocidad, y se ha salvado y no ha intervenido en defensa de las victimas… automáticamente ese testigo pierde su condición de hombre para pasar a tener la condición de un conejo asustadizo. Ni siquiera hay que matarlo. Esto me lo dijeron en Bosnia".

En los agradecimientos del cómic mencionan a Ciudadanos sin Fronteras, el Coronel Enrique Tovar, periodistas y fotógrafos... a los que agradecen su labro. "¿No sé, estadísticamente, la importancia que a nivel general pudieron tener las intervenciones de estas personas y organismos -nos confiesa Elena-, pero sí me consta que hubo muchas personas, como Denis, a las que beneficiaron, ofreciéndoles ayuda, protección, información… en momentos de tremenda indefensión".

En cuanto a su relación actual con Denis y Selma, Elena nos comenta: "Viven al lado de casa. Tenemos dos nietos estupendos y Denis sigue siendo el encargado de las paellas familiares".

Portada de cómic: tres niños jugando al fútbol en una calle en ruinas.  Título en letras grandes y blancas.  Señal de tráfico deteriorada.

Portada de 'Días sin escuela'