Telediario Especial por la muerte del papa Francisco
El papa Francisco ha muerto este lunes a la edad de 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta del Vaticano. Su fallecimiento se ha producido un día después de su última aparición en público, coincidiendo con el Domingo de Resurrección, para impartir la bendición urbi et orbi desde el balcón principal de la basílica de San Pedro.
En el día que el mundo despide al santo padre, TVE ha ofrecido un Telediario Especial para homenajear a su figura y repasar su legado tras 12 años al frente de la Iglesia Católica. Además, se han analizado las claves de su pontificado y su influencia, para comprender el impacto que su muerte ha tenido en todos los rincones del mundo.
Desde 2022, su salud empeoró, con problemas de rodilla por los que se desplazaba en silla de ruedas, dolencias intestinales y respiratorias. Una de las últimas crisis de salud que sufrió le llevó a estar ingresado 38 días en el hospital el pasado mes de febrero, por una bronquitis que se le complicó. A su salida apenas podía hablar, pero se dejó ver públicamente en varias ocasiones.
"Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7.35 horas de hoy. El obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre". Así ha comunicado el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell el fallecimiento del santo padre. A mediodía las campanas de la basílica de San Pedro repiqueteaban y daban a conocer la noticia a los fieles y turistas congregados en la plaza. El tañido de las campanas ha recorrido también las iglesias del mundo. En España, las hemos escuchado en la Catedral de la Almudena de Madrid, en La Giralda de Sevilla o en El Pilar de Zaragoza.
Más de una década al frente de la Iglesia
A lo largo de su papado, orquestó un cambio de rumbo en el Vaticano, preocupado por el medio ambiente, la migración y los más necesitados. Visitó más de 60 países y tuvo mucha influencia política: sus palabras fueron escuchadas por los líderes de todo el mundo, aunque a no todos le gustaron. Impulsó también las relaciones con el mundo islámico y siempre pidió la paz en las guerras de Ucrania y de Gaza, algo que los líderes de estas regiones no han dudado en destacar.
Antes de llamarse Francisco, era Jorge Mario Bergoglio, hijo de inmigrantes italianos. Fue ordenado sacerdote en 1969 y, a partir de entonces, hizo una larga carrera dentro de los jesuitas. En 2013, llegó su momento al ser elegido papa tras la insólita renuncia de Benedicto XVI.
Desde un principio tuvo claras sus intenciones: una iglesia para los más desfavorecidos, para las minorías, prestando especial atención a los migrantes; y aportar una mirada aperturista en temas como la homosexualidad. Además, se atrevió a abordar el escándalo de la pederastia en el seno de la Iglesia Católica, organizando una cumbre y proponiendo normas para acabar con los abusos.
Poco después de conocerse la muerte del papa, los obispos españoles han expresado su dolor y su sorpresa por el fallecimiento, a pesar de su frágil estado de salud. De su legado, han destacado su cercanía con todos, en especial con los más pobres.
El presidente de la conferencia episcopal, Luis Arguello, ha destacado que asumen este Lunes de Pascua con dolor, pero también con esperanza y la vista puesta en un nuevo obispo de Roma que continúe la peregrinación de la Iglesia. Uno de los obispos españoles que formará parte del cónclave es José Omella, arzobispo de Barcelona. A partir de este martes, la nunciatura apostólica abrirá sus puertas durante varios días para que los fieles puedan firmar un libro de condolencias y ya se están celebrando varias misas en recuerdo del papa.
El papa y España
Como jefe de la Iglesia Católica no pisó suelo español porque tuvo otras prioridades –ir adonde no habían llegado otros papas o donde la Iglesia fuera minoritaria–, aunque estuvo tentado de ir a España cuando se inició la crisis migratoria en Canarias, uno de los problemas en los que más puso el foco. Sin embargo, conocía bien nuestro país. Cuando tenía 34 años, vivió en una residencia de Alcalá de Henares entre 1970 y 1971, antes de entrar en la orden.
Ya siendo papa, nombró nuevos obispos para la Iglesia española con los que compartía una misma visión: llegar hacia una institución más democrática. También obligó a la jerarquía española a investigar y denunciar los casos de pederastia y a crear oficinas para recibir denuncias.
Por su parte, el presidente del Gobierno le hizo dos visitas en 2020 y 2024 en el Vaticano. Entre esos dos encuentros, aprobó una ley de memoria histórica y replanteó los acuerdos con la Santa Sede de la Transición. Sobre la exhumación de Franco, el Vaticano dijo que no era de su competencia, pero aceptó la resignificación del Valle de Cuelgamuros y la salida del prior, aunque la Orden Benedictina permanecerá. También se ha revisado la fiscalidad respecto a los impuestos de los que la Iglesia estaba exenta. Este lunes, el Gobierno ha decretado tres días de luto oficial y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha pedido a la Iglesia que continúe el camino iniciado por el papa Francisco.
Las formaciones políticas también han lamentado la muerte del papa Francisco, aunque con diferentes opiniones sobre el legado que deja. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha destacado en redes sociales que "hablaba español y a punto estuvo de peregrinar a Santiago de Compostela". Desde Vox se han unido "al sentimiento de dolor de cientos de millones de católicos de todo el mundo" y a las "oraciones por el eterno descanso de su alma".
Los partidos de izquierda, mientras tanto, han alabado su legado y le han calificado de reformista y renovador. La vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha destacado que utilizó su posición para impulsar un mundo mejor. Esther Peña, portavoz del PSOE, ha pedido que "los pasos de gigante que dio el papa Francisco en aras de la paz, de la justicia social y de la atención a los más vulnerables, sea un camino que no se pueda desandar".
Argentina llora la muerte del primer papa latinoamericano
Cuando salió elegido, el papa Francisco dijo que los cardenales fueron a buscarle al fin del mundo. Se refería a su Argentina natal, donde inició su labor pastoral y surgió también su vocación por los pobres. En su país lloran la muerte de su ciudadano más ilustre, que hizo historia al ser el primer papa latinoamericano y jesuita.
La Catedral Metropolitana de Buenos Aires ha recordado en una misa al que fue su arzobispo hasta que marchó a Roma. "Una tristeza enorme. Fue un papa re comprometido con la pobreza, con la gente necesitada y humilde. Se le extrañará", cuentan varios fieles, que veían en Francisco una persona "especial". Aunque no pudo volver a su tierra, nunca dejó de estar en contacto con los suyos. Desde el Vaticano llamaba por teléfono a los párrocos de las villas más azotadas por la pobreza, el paro y las drogas.
Jorge Bergoglio solía dar misa al aire libre muy cerca de estos asentamientos, la mayoría ilegales, en favor de los marginados y los desprotegidos. Francisco, que se crio en el porteño barrio de las flores, contó que un día que iba al campo con sus amigos se acercó a la parroquia a confesarse. Ahí, con solo 17 años, encontró la llamada de Dios, aunque a su madre la habría gustado que fuera médico.
Más allá de Argentina, presidentes, primeros ministros y otros líderes políticos y religiosos internacionales han dicho adiós al papa A través de comunicados y de sus redes sociales, los principales mandatarios han recordado al pontífice por su legado al frente de la Iglesia Católica y su compromiso social.
Un funeral sencillo
Durante su papado, Francisco intentó diferenciarse de sus predecesores, incluso tras su muerte. Quería que su funeral fuera más sencillo y no será enterrado en las grutas vaticanas, como es tradición, sino en la basílica de Santa María la Mayor. Además, prescindirá de los tres féretros en los que se enterraba a los papas –uno de ciprés, otro de plomo y otro de roble–.
De este modo, su cuerpo reposará en un único ataúd de madera con interior de zinc. Tampoco habrá velatorio privado, ni catafalco o báculo papal en la basílica de San Pedro: su cuerpo se expondrá directamente en un féretro abierto. Pero hasta que tenga lugar su entierro, los fieles podrán rendirle homenaje.
Su sucesor será elegido en el cónclave
Por otro lado, se convocará en un plazo de entre 15 y 20 días el cónclave donde elegir a su sucesor. Esta misión comenzará cuando las puertas de la Capilla Sixtina se cierren y los 135 cardenales menores de 80 años comiencen a deliberar. Hasta que tomen una decisión, permanecerán aislados.
El proceso se divide en dos turnos, mañana y tarde, y en cada uno de ellos se realizarán dos votaciones. Los cardenales no se pueden abstener y del recuento, si nadie obtiene una mayoría de dos tercios, se mezclan las papeletas con productos químicos para que al quemarlas produzcan un humo negro. Si se llega a la votación número 34 y ninguno de los candidatos ha conseguido el apoyo necesario, la lista se limitará a los dos más votados anteriormente.
Cuando la decisión esté tomada, la fumata será blanca y las campanas de la basílica de San Pedro repicarán para confirmar la noticia.