El camarlengo Kevin Farrell: encargado de constatar la muerte del papa y administrador en funciones
- El cardenal estadounidense, de 77 años, ha sido el responsable de certificar oficialmente la muerte del papa
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Con la muerte del papa Francisco, la Iglesia católica entra ahora en un período conocido como "sede vacante" hasta la elección del nuevo papa. Durante este tiempo, el gobierno de la Iglesia recae en el cardenal camarlengo, actualmente el estadounidense de origen irlandés Kevin Joseph Farrell, que es quien asume la administración temporal del Vaticano. Farrell fue nombrado en el cargo por el papa Francisco el 14 de febrero de 2019 en sustitución del cardenal Jean-Louis Tauran, fallecido el 5 de julio de 2018.
El cardenal Farrell ha sido el encargado de anunciar la muerte del papa Francisco. "Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, ha regresado a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso de la Santísima trinidad", ha señalado.
El cardenal Kevin Farrell pertenece a la congregación de los Legionarios de Cristo. Nació en Dublín (Irlanda) el 2 de septiembre de 1947 y ha ejercido como sacerdote en México y Estados Unidos, donde fue arzobispo auxiliar de Washington. En 2007 pasó a ser obispo de Dallas (EE.UU.) y desde el 15 de agosto de 2016 es el prefecto de uno de los nuevos dicasterios (ministerios vaticanos) creados por el papa Francisco para los Laicos, Familia y Vida.
Al morir el papa, todos los jefes de los consejos pontificios —incluido el secretario de Estado— cesan de sus cargos. Solo permanecen el camarlengo, el penitenciario mayor y el vicario para Roma. Los funerales papales se encuentran detallados en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, el libro litúrgico que recientemente modificó Francisco para simplificar el ritual de las exequias pontificias
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, sobre la Vacante de la Sede Apostólica y la elección del Romano Pontífice, recoge en su artículo 17 con detalle las tareas del camarlengo: "Apenas recibida la noticia de la muerte del sumo pontífice, el camarlengo de la santa Iglesia Romana debe comprobar oficialmente la muerte del pontífice en presencia del maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias, de los prelados clérigos y del secretario y canciller de la Cámara Apostólica, el cual deberá extender el documento o acta auténtica de muerte".
Otra de las tareas recogidas en este documento es la de "sellar el estudio y la habitación del mismo pontífice, disponiendo que el personal que vive habitualmente en el apartamento privado pueda seguir en él hasta después de la sepultura del papa, momento en que todo el apartamento pontificio será sellado". Y siguiendo con las propiedades, es también el encargado de "tomar posesión del Palacio Apostólico Vaticano y de los Palacios de Letrán y de Castel Gandolfo".
Funciones administrativas y económicas
El camarlengo es el purpurado que preside la Cámara Apostólica —órgano financiero del sistema administrativo pontificio— y desarrolla la tarea de cuidar y administrar los bienes y los derechos temporales de la Iglesia durante la sede vacante. El artículo 171 de la Constitución Apostólica Pastor Bonus recoge detalladamente su triple función administrativa como "papa en funciones".
El cardenal estadounidense Kevin Farrell con el papa Francisco. GETTY / FRANCO ORIGLIA
La primera consiste en solicitar a todas las administraciones dependientes de la Santa Sede las relaciones sobre su estado patrimonial y económico, así como la información sobre asuntos extraordinarios que estén en curso. La segunda es la de solicitar al Consejo de Asuntos Económicos los presupuestos y balances consolidados de la Santa Sede del año anterior, así como el presupuesto del año siguiente. Y la tercera es la solicitud a la Secretaría de Asuntos Económicos, cuando resulte necesario, cualquier información sobre el estado económico de la Santa Sede.
Su papel en el cónclave
La elección del nuevo papa está regulada por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (1996). El camarlengo juega un papel importante en la preparación del cónclave. Junto a los cardenales primeros de cada orden, debe determinar el inicio de las congregaciones generales y preparar la residencia de Santa Marta —que es donde residen los cardenales electores durante el cónclave— así como los alojamientos del resto del personal (maestro de ceremonias, el secretario del colegio y ceremonieros).
Durante el cónclave es responsable, junto al sustituto de la Secretaría de Estado, de la seguridad y de la protección de la ceremonia. También es responsable de comprobar que tanto la Capilla Sixtina como los edificios adyacentes estén libres de cualquier medio que pueda servir para comunicarse con el exterior. Al terminar el cónclave, el camarlengo redacta un informe sobre el resultado de cada escrutinio. Este informe —en un sobre sellado que se guardará en el archivo— es entregado al nuevo pontífice por parte del camarlengo.
Desde el 1 de mayo de 2020, el vicecamarlengo de la Iglesia católica es el arzobispo brasileño Ilson de Jesus Montanari, secretario de la Congregación para los Obispos y del Colegio Cardenalicio, que sucedió al arzobispo italiano Giampiero Gloder, nombrado nuncio apostólico en Cuba.
Ni martillo de plata, ni anillo del Pescador
Las funciones del camarlengo han experimentado cambios significativos desde los tiempos de Pío XII hasta la actualidad. Tradicionalmente certificaba la muerte del papa oficialmente, mediante el antiguo rito de golpear su frente con un martillo de plata y se aseguraba de la destrucción del anillo del Pescador.
Con la reforma de Pablo VI en la Constitución Apostólica Romano Pontifici Eligendo (1975), muchas de las funciones del camarlengo quedaron más definidas y limitadas reduciendo su papel principalmente a la gestión de los bienes temporales de la Santa Sede. Este proceso continuó con la Universi Dominici Gregis de Juan Pablo II (1996), que mantuvo la prohibición de cualquier decisión que no fuera de mantenimiento administrativo. El ritual de exequias publicado por Juan Pablo II y modificado recientemente por Francisco ya no contenía la certificación de la muerte con el antiguo rito, sino que esto se hacía a nivel médico.
El camarlengo sigue siendo una figura clave en la transición entre pontificados, pero su papel ha quedado reducido a la administración financiera del Vaticano y la preparación del cónclave, sin injerencia en cuestiones doctrinales o pastorales. Litúrgicamente, durante la sede vacante, preside algunos ritos, como la procesión con el féretro del papa difunto hasta la basílica para que los fieles puedan dar su último adiós y el sepelio justo después de la misa exequial.