Bolsonaro evoluciona "muy bien" en la UCI tras ser operado por un fuerte dolor abdominal
- El expresidente estaba de gira política por el norte de Brasil para buscar apoyos tras la condena por el fallido golpe de Estado
- El líder ultraderechista sufre problemas digestivos desde que fue apuñalado en un mitin electoral en 2018
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El expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, evoluciona "muy bien" tras ser sometido el domingo a una larga operación intestinal, aunque todavía no hay previsión para que sea dado de alta del Hospital DF Star de Brasilia en el que se encuentra, según han informado este lunes los médicos.
El cardiólogo Leandro Echenique ha afirmado durante una rueda de prensa que Bolsonaro, de 70 años, está "consciente" después de una operación "sin complicaciones" y que saldrá de la UCI "en el momento oportuno". Su mujer, antes de la comparecencia, había añadido que el expresidente ya se encontraba en su cuarto, donde permanecerá durante una lenta recuperación.
El pasado viernes, Bolsonaro fue hospitalizado de urgencia en el Hospital Río Grande do Norte, en la ciudad norteña de Natal, tras un dolor estomacal. El exmandatario se encontraba de gira política en busca de apoyos para los condenados por el intento golpista de 2023.
Un procedimiento largo y complejo
El procedimiento ha durado 12 horas y ha sido descrito por los médicos como "muy complejo". Con él, han buscado resolver una obstrucción intestinal que le había provocado fuertes dolores abdominales al exmandatario.
El jefe del equipo quirúrgico, Cláudio Birolini, ha afirmado que el intestino estaba "bastante sufrido" y que los médicos han tenido que analizar el órgano centímetro a centímetro para retirar "adherencias" derivadas de operaciones previas.
Birolini ha añadido que ahora el intestino necesitaba "desinflamarse" antes de retomar la alimentación vía oral, por lo que "no hay expectativa de una evolución rápida". "Nuestro objetivo es que tenga una vida normal sin restricciones", ha afirmado.
Problemas de salud recurrentes desde que fue apuñalado en 2018
Esta es la sexta cirugía a la que Bolsonaro se enfrenta desde que fue apuñalado en septiembre de 2018, en plena campaña para las elecciones presidenciales de ese año, de las que salió vencedor. Desde entonces, y como consecuencia del ataque, Bolsonaro sufre problemas en el estómago y tracto intestinal.
El dolor estomacal y posterior ingreso hospitalario han obligado a Bolsonaro, principal referente de la ultraderecha en Brasil, a interrumpir su gira política destinada a conseguir apoyos para los ultras condenados en los tribunales por participar en el intento golpista del 8 de enero de 2023, cuando fueron asaltadas las sedes de los tres poderes del Estado en Brasilia.
El político ha estado haciendo campaña en todo Brasil para que el Congreso apruebe una ley de amnistía para sus simpatizantes que irrumpieron en la capital tras su derrota en las elecciones de 2022.
En un mensaje a sus aliados antes de la cirugía, criticó la posibilidad de que un simpatizante fuera condenado a 10 años de prisión y volvió a pedir al Congreso que aprobara la ley de amnistía. "Que Dios ilumine a cada uno de los 513 diputados y 81 senadores en sus votaciones. Si con nuestras decisiones forjamos nuestra eternidad, este voto tiene un peso significativo", escribió.
En marzo, el Tribunal Supremo de Brasil dictaminó que Bolsonaro debía ser juzgado por las acusaciones de conspiración para derrocar al Gobierno del progresista Luiz Inácio Lula da Silva tras su derrota electoral de 2022. Bolsonaro ha negado cualquier irregularidad y ha calificado el juicio como un ejemplo de "guerra legal" de izquierdas contra líderes conservadores como él mismo y la francesa Marine Le Pen.
Bolsonaro tendrá que responder ante la Corte Suprema de Justicia; si es declarado culpable, podría enfrentar una larga pena de prisión. El líder político ya ha sido inhabilitado para postularse a un cargo público hasta 2030 por desacreditar el sistema electoral del país.
Aun así, insiste en que se presentará a las elecciones presidenciales del próximo año. Bolsonaro se erige como el mejor candidato para enfrentarse al presidente Lula da Silva, cuya popularidad ha decaído en medio de la alta inflación.
