Lisboa declara la guerra a los 'tuk tuk' y restringe su circulación en el casco histórico
- El Ayuntamiento de Lisboa emite una normativa que prohíbe circular a los tuk tuk por más de 300 calles
- Los vecinos llevan años cargando contra estos vehículos
Pasear por las calles de Lisboa implica a menudo esquivar los tuk tuk, los pequeños vehículos de tres ruedas que llevan años extendiéndose por la capital portuguesa. Tanto, que se han convertido en una de las atracciones preferidas por los turistas, que recurren a ellos para recorrer las famosas colinas y calles de Lisboa.
Sin embargo, el Ayuntamiento de la ciudad acaba de aprobar una normativa que prohíbe su circulación por amplias zonas y ha movilizado a más de 60 nuevos agentes para controlar la normativa. La decisión ha desatado quejas entre muchos empresarios, ya que fue una salida laboral muy demandada tras la pandemia del coronavirus. Con más de mil en toda Lisboa, también ha generado muchas quejas entre los vecinos de la zona.
El vicealcalde de Lisboa, Filipe Anacoreta, ha sido uno de los precursores de la iniciativa. Según confiesa a RTVE, estaban recibiendo muchas quejas de los vecinos. "Es un servicio que no tiene regulación, no depende de nosotros, pero sí nos hemos visto en la necesidad de regular nuestro espacio público", explica. "No estamos en contra de los tuk tuk, pero es verdad que muchos han empezado esta actividad sin reglas y ha sido un problema para compatibilizar este servicio turístico con la movilidad de los lisboetas", admite.
La ordenanza entró en vigor el pasado 1 de abril. Según la norma, está prohibida su circulación por más de 300 calles del centro histórico, las zonas residenciales y más congestionadas de la capital. Tampoco se permite que puedan estar estacionados para vender sus servicios, una acción que a menudo ocupa las aceras.
Aparcamientos específicos para regular su presencia
En contrapartida, el Ayuntamiento va a ofrecer nuevos aparcamientos específicos para los tuk tuk, eso sí, con reglas. Solo podrán disponer de este espacio aquellos que demuestren tener una formación básica de portugués, un requisito que se controlará a través de un examen en colaboración con el servicio de turismo. "Es también por un tema de seguridad, porque están llevando a turistas y en cualquier momento pueden tener un problema y tener que llamar a un policía o dirigirse a un hospital", explica el vicealcalde.
EMEL, la misma empresa municipal que trabaja para fiscalizar el tráfico, será la encargada de que se cumplan estas normas. "Ellos saben que, si no cumplen las nuevas normas, acabarán por ser multados" dice Anacoreta. Para ello, han creado 250 nuevas plazas: "Sabemos que son más de mil, con lo que se va a reducir su número hasta 400 en una primera fase y hasta 500 en una segunda", asegura Anacoreta.
Con todo, los tuk tuk no van a desaparecer. Los que no tengan permiso para aparcar en las zonas reguladas seguirán operando desde los hoteles o a través de las páginas web. Eso sí, ya no podrán ofrecer sus servicios en la calle.
La iniciativa ha sido aplaudida por los taxistas. "Si querías llevar a alguien desde aquí hasta la catedral, nos costaba 40 minutos, cuando lo normal es un recorrido de apenas diez", cuenta Sergio, un taxista en la Plaza del Comercio. "Pero no solo es por el tráfico, es que muchos venden rutas sin conocer la historia de Portugal y sin siquiera hablar portugués", denuncia.