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Pedro Sánchez desvela su futuro tras cinco días de reflexión y todas las opciones sobre la mesa

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Pedro Sánchez decide su futuro
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión plenaria en el Congreso. Eduardo Parra / Europa Press

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desvelará este lunes su decisión final acerca de su futuro, después de que el miércoles pasado anunciara la apertura de un período de reflexión de cinco días sobre su continuidad al frente del Ejecutivo. Sánchez tomó esa resolución tras conocerse que un juzgado había abierto diligencias previas contra su mujer, Begoña Gómez, por la supuesta comisión de delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios tras la denuncia de Manos Limpias.

El líder del PSOE anunció su intención a través de una carta a la ciudadanía en la que se preguntaba si "merecía la pena" seguir al frente del Gobierno debido a la "estrategia de acoso y derribo" que sufrían tanto él como su mujer -responsabilizando de ello a partidos de derecha y ultraderecha y medios afines- y precisando que "nunca" había tenido "apego al cargo".

El absoluto hermetismo que ha rodeado al jefe del Ejecutivo en estos días -encerrado en Moncloa con su familia y sin apenas contacto con su entorno político más cercano- es tal que no solo no hay indicios sobre hacia qué lado se inclinará la balanza. Incluso, la hora a la que intervendrá se ha sabido este mismo lunes tan solo tres horas antes de que los españoles conozcan la decisión trascendental.

Muestras de apoyo

En estos cinco días, Sánchez ha recibido numerosas muestras de aliento, fundamentalmente desde el Partido Socialista, que le ha pedido con insistencia su continuidad, aunque entre sus ministros -a los que no ve desde el miércoles- hay incertidumbre y cierto pesimismo. También varios dirigentes de Sumar han salido a la calle para protestas en contra de los "chantajes y bulos" y mostrar su respaldo a su socio de coalición.

"La cosa no está fácil porque es verdad que le han tocado su punto débil”, aseguró el domingo en un mitin el ministro de Transportes, Óscar Puente, quien no tuvo reparos en asegurar que Sánchez "es el puto amo".

"Está abatido: estos años han sido muy duros. Él es fuerte, pero cualquiera puede acabar quebrándose. Sobre todo cuando los ataques afectan a la familia, a su mujer, a su hermano", afirmó la vicepresidenta tercera del Gobierno y candidata del PSOE para las elecciones europeas, Teresa Ribera, en una entrevista en El País.

Los apoyos a Sánchez también han llegado desde el mundo de la cultura, donde figuras como Miguel Ríos, Marisa Paredes o Luis García Montero, respaldaron el domingo a Sánchez en un acto junto con los líderes de CCOO y UGT en el que reivindicaron la "decencia" en la democracia.

Enfrente, el presidente se ha encontrado con duras críticas por parte de las direcciones de PP y Vox, que se le acusan de "tacticismo y victimismo" y de hacer dejación de funciones por cuestiones meramente personales.

Figuras de la cultura respaldan a Sánchez y exigen "decencia democrática"

Diferentes escenarios

Entre el respaldo unánime y la crítica feroz, los cinco días transcurridos desde el miércoles no han hecho sino aumentar la expectativa y poner sobre la mesa los diferentes escenarios que se pueden abrir a partir de este lunes.

En primer lugar, la continuidad que desean el PSOE y sus socios de Gobierno, aunque parece difícil que este supuesto se pueda solventar sin otras consecuencias y, desde un primer momento, muchas voces apuntan a la posibilidad de que, si el presidente sigue, lo haga sometiéndose a una cuestión de confianza, como ya hicieron en el pasado Adolfo Suárez en 1980 y Felipe González en 1990.

Este mecanismo, contemplado en la Constitución, conllevaría un debate en el Congreso, con las mismas normas de una sesión de investidura, y un votación posterior en la que a Sánchez le bastaría una mayoría simple, por lo que podría salvar la cuestión con los respaldos que obtuvo en la investidura de noviembre. Incluso algunos partidos como el PNV o EH Bildu ya han avanzado que le apoyarían.

Si Sánchez optara por la dimisión, el Gobierno se mantendría en funciones hasta la investidura de un nuevo presidente, cuyas funciones asumiría de manera provisional la actual vicepresidenta primera, María Jesús Montero.

Luego habría que optar por una nueva investidura con un candidato por determinar o incluso nuevas elecciones, para cuya convocatoria sería necesario esperar al menos hasta el 29 de mayo, pues la ley impide que el presidente disuelva las Cortes hasta un año después de la anterior disolución. Esto llevaría la celebración de los comicios hasta al menos la última semana de julio.

Sánchez, reflexión y espera

Giros de guion

Pero aunque esos escenarios aparecen como los más evidentes, a nadie se le escapa que la trayectoria política de Pedro Sánchez está llena de giros inesperados de guion, que ni siquiera los más cercanos han acertado a predecir.

El último de ellos tuvo lugar hace menos de un año cuando, tras el varapalo que supusieron los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, el presidente sorprendió a propios y extraños convocando un adelanto electoral para el 23 de julio. Unos comicios ante los que partía como claro perdedor pero cuyos resultados le permitieron revalidar la mayoría necesaria para renovar su mandato.

Hay otros hitos en su carrera que también destacan, como su derrota ante los críticos en el Comité Federal socialista del 1 de octubre de 2016 que provocó su dimisión como secretario general, cargo al que regresaría meses después tras imponerse por segunda vez en las primarias.

Los giros de guion son habituales en la vida política de Pedro Sánchez

Un año después, consiguió desalojar a Mariano Rajoy de la Moncloa a través de una moción de censura histórica, la primera que ha salido adelante en nuestra democracia, convirtiéndose en presidente del Gobierno al poner de acuerdo a partidos de ideologías dispares -Podemos, PVN, EH Bildu o PdeCAT- pero que en buena parte conforma hoy el grueso que se conoce como la 'mayoría de investidura'.

La habilidad política del presidente le ha permitido también sacar adelante dos Gobiernos de coalición -algo que tampoco se había dado en el actual período democrático- y gestionar momentos muy complicados como fue la la pandemia de coronavirus en 2020.

Sea cual sea la decisión que anuncie este lunes, hay pocas dudas de que supondrá un terremoto político cuyas consecuencias aún están por calibrar.