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Los sindicatos del norte de Italia protestan contra los presupuestos de Meloni en la tercera jornada de huelga

  • El 75% de los trabajadores han parado, según los organizadores, tras las movilizaciones este mes en el centro y el sur
  • Los manifestantes consideran las cuentas del Ejecutivo "socialmente injustas" por "penalizar" a los trabajadores

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Huelga en el norte de Italia contra los presupuestos: Una pancarta con la imagen de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni
Una pancarta con la imagen de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en una manifestación sindical en Roma, el 17 de noviembre de 2023

Los trabajadores de las regiones del norte de Italia, el motor económico e industrial del país, han salido este viernes a protestar contra los presupuestos del Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni en una nueva jornada de huelga, convocada por dos de los sindicatos mayoritarios del país, CGIL y UIL.

Con un "cambio de rumbo" para la ley de presupuestos como consigna principal, se han sumado a los paros una media del 75 % de los trabajadores, según los organizadores, en la que es la tercera jornada convocada tras las celebradas el pasado 17 de noviembre en regiones del centro de Italia y Roma, y la del 21 en Sicilia.

"La ley de presupuestos es socialmente injusta, penaliza a los trabajadores, a los pensionistas, alimenta el trabajo pobre y precario, premia a los evasores de impuestos y construye un impuesto injusto", han argumentado en un comunicado los sindicatos, que han convocado movilizaciones segmentadas por regiones en lugar de organizar un paro nacional, y a las que no se ha sumado CISL, la otra gran organización.

El Gobierno aprobó hace unas semanas unos presupuestos para el próximo año, con medidas por valor de alrededor de 24.000 millones de euros, que contemplan recortes en los impuestos al trabajo, pero que para los sindicatos no son suficientes para solucionar los problemas de los ciudadanos en un contexto de alta inflación.

Manifestaciones multitudinarias en Turín y Brescia

Al mismo tiempo, este viernes se organizaron manifestaciones en las principales ciudades del norte: en Turín más de 10.000 los trabajadores se han unido a la protesta, mientras que en otras ciudades, como Brescia, la cifra ha superado los 15.000, y en Venecia han contado con 7.000 participantes en las manifestaciones, de acuerdo con los sindicatos.

Al mismo tiempo, los trabajadores aeroportuarios del país estaban llamados a la huelga y la aerolínea estatal ITA Airways ha tenido que anular una cuarentena de vuelos nacionales, aunque no hubo incidencias en rutas internacionales.

"Creo que la respuesta más fuerte proviene hoy de la muy alta participación con un número muy relevante de miembros en las 40 plazas. La democracia y los derechos se defienden practicándolos", ha comentado el líder del CGIL, Maurizio Landini, quien en cada jornada de huelga repite que Meloni "lleva el país al colapso".

A la espera de una reunión la próxima semana

El Gobierno italiano ha intentado mantener una reunión con los líderes sindicales en la mañana del viernes en el Palacio Chigi, sede del Ejecutivo, pero estos se han negado y han aplazado el encuentro para este martes, informan medios locales.

"Meloni nos llamó hoy, estoy en huelga, no soy omnipresente", ha afirmado el líder de la CGIL en una entrevista al diario Domani.

El líder de UIL, Pierpaolo Bombardieri, por su parte, ha sostenido en un discurso que es "raro" que Meloni los citara, y que se trataba de una "falta de respeto a los trabajadores, jóvenes y jubilados que salieron a las calles". Sin embargo, Meloni ha aprovechado la jornada de huelga para verse en Roma con los representantes de la patronal.

Las próximas movilizaciones están convocadas para el 27 de noviembre en la isla de Cerdeña, y el 1 de diciembre en las regiones del sur del país. Además, el sector de los transportes ha convocado un nuevo paro nacional el lunes 27 de noviembre tan solo diez después del anterior, en una enorme tensión con el Ministerio de Transportes, dirigido por el ultra Matteo Salvini, que recortó la protesta a cuatro horas aludiendo el cumplimiento de servicios mínimos.