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Día Internacional contra el Cambio Climático

Las "constantes vitales" de la Tierra empeoran a niveles nunca vistos por el ser humano, según un nuevo estudio

  • "La vida en nuestro planeta está claramente asediada", alerta un grupo internacional de científicos
  • Hasta 6.000 millones de personas podrían encontrarse fuera de las regiones habitables de la Tierra a final de siglo

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Sequía en el río Mississipi de Estados Unidos
La vida en la Tierra está "bajo asedio" según este estudio internacional

Las constantes vitales de la Tierra han empeorado más allá de lo que los seres humanos han visto hasta ahora, hasta el punto de que la vida en el planeta está en peligro. Así lo constata una coalición internacional de científicos del clima en un informe hecho público este martes en la revista BioScience, coincidiendo con el Día Internacional contra el Cambio Climático.

El estudio, en el que han participado una docena de científicos de varios países, señala que 20 de las 35 constantes vitales planetarias que los autores utilizan para seguir el cambio climático se encuentran en extremos sin precedentes.

"Sin medidas que aborden el problema de fondo de que la humanidad toma más de la Tierra de lo que puede dar con seguridad, vamos camino del posible colapso de los sistemas naturales y socioeconómicos y de un mundo con un calor insoportable y escasez de alimentos y agua dulce", afirma Christopher Wolf, de la Facultad de Silvicultura de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos) y, junto a William Ripple, de este mismo centro, uno de los autores del informe.

Hasta 6.000 millones de personas fuera de las regiones habitables

"Como científicos, nos preocupa enormemente el repentino aumento de la frecuencia y gravedad de las catástrofes relacionadas con el clima -afirma Wolf-. La frecuencia y gravedad de esas catástrofes podría estar superando el aumento de las temperaturas. A finales del siglo XXI, entre 3.000 y 6.000 millones de personas podrían encontrarse fuera de las regiones habitables de la Tierra, lo que significa que se enfrentarán a un calor intenso, una disponibilidad limitada de alimentos y unas tasas de mortalidad elevadas".

Los autores, procedente de Estados Unidos, China, Australia, Países Bajos, Reino Unido, Brasil y Bangladesh, comparten nuevos datos que ilustran que muchos récords relacionados con el clima se batieron por "márgenes enormes" en 2023, en particular los relativos a las temperaturas de los océanos y el hielo marino. También señalan una extraordinaria temporada de incendios forestales en Canadá que produjo emisiones de dióxido de carbono sin precedentes.

El informe actualiza Advertencia de los científicos del mundo sobre una emergencia climática, publicada por Ripple y colaboradores en BioScience hace cuatro años y firmada conjuntamente por más de 15.000 científicos de 161 países.

"La vida en nuestro planeta está claramente asediada"

"La vida en nuestro planeta está claramente asediada -afirma Ripple-. Las tendencias estadísticas muestran patrones profundamente alarmantes de variables y desastres relacionados con el clima. También encontramos pocos avances que comunicar en cuanto a la lucha de la humanidad contra el cambio climático".

Los subsidios a los combustibles fósiles -acciones de los gobiernos que reducen artificialmente el coste de la producción de energía, aumentan el precio que reciben los productores o reducen el precio que pagan los consumidores- se duplicaron aproximadamente entre 2021 y 2022, pasando de 531.000 millones de dólares a algo más de mil millones.

Ya este año, los incendios forestales en Canadá, más que las emisiones totales de gases de efecto invernadero de Canadá en 2021, que fueron de 0,67 gigatoneladas.

La temperatura más alta registrada en 100.000 años

En 2023, ya ha habido 38 días con temperaturas medias mundiales superiores a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales. Hasta este año, tales días eran una rareza, señalan los autores. La temperatura media de la superficie terrestre más alta jamás registrada se produjo el pasado mes de julio, y hay razones para creer que fue la temperatura de superficie más alta que ha registrado el planeta en los últimos 100.000 años.

Los autores afirman que se necesitan políticas que apunten al problema subyacente del "sobregiro ecológico". Cuando la demanda humana de los recursos de la Tierra es demasiado grande, el resultado es una serie de crisis medioambientales, como el declive de la biodiversidad. Mientras la humanidad siga ejerciendo una presión extrema sobre el planeta, cualquier estrategia que se centre únicamente en el carbono o el clima simplemente redistribuirá la presión, señalan.

"Nuestro objetivo es comunicar los hechos climáticos y hacer recomendaciones políticas -señala Ripple-. Es un deber moral de los científicos y de nuestras instituciones alertar a la humanidad de cualquier amenaza existencial potencial y mostrar liderazgo a la hora de tomar medidas".

Los autores instan a la transición a una economía mundial que dé prioridad al bienestar humano y frene el consumo excesivo y las emisiones excesivas de los ricos. Entre las recomendaciones concretas figuran la eliminación progresiva de las subvenciones a los combustibles fósiles, la transición hacia dietas sin consumo animal, la intensificación de los esfuerzos de protección de los bosques y la adopción de tratados internacionales de eliminación del carbón y de no proliferación de combustibles fósiles.

Subrayan que todas las medidas relacionadas con el clima deben basarse en la equidad y la justicia social, y señalan que las personas más pobres, que son las que menos han contribuido al cambio climático, sufren de forma desproporcionada las condiciones meteorológicas extremas y otros efectos del cambio climático.